EL HIJO DEL 'BLUESMAN' MALDITO
Cuenta la leyenda que si uno tocaba a Robert Johnson, podía sentir palpitar el talento, otorgado por el mismísimo diablo a cambio de su alma. El padre del blues no era más que un trabajador de una granja que tocaba malamente con una vieja guitarra, hasta que una noche, en un cruce de caminos, vendió su alma al diablo a cambio de que pusiera fuego en sus dedos y azufre en su voz. Johnson se hizo famoso, pero murió solo y en la miseria a los 27 a?os en 1938. Ahora, 62a?os después, Claud Johnson ha conseguido que la Corte Suprema de Misisipí sentencie que es hijo del legendario guitarrista, y por ello va a cobrar alrededor de un millón de dólares (unos 177 millones de pesetas) en concepto de derechos por las 41 grabaciones que dejó su padre. Claud, nacido de un encuentro casual de Johnson con Virgie Jane Smith, sólo pudo verlo una vez, cuando su padre fue a visitarlos a casa de sus abuelos, donde vivían, y no le dejaron conocerle. Como él mismo explica, "la gente en aquel entonces era muy religiosa, y creían que el blues era la música del diablo". "Yo me quedé en la puerta y él fuera, y eso fue lo más cerca que llegué a estar de él. Al final, dijo 'bueno, pues seguiré mi camino', dio media vuelta y nunca más lo volví a ver", explica Claud, que entonces tenía 6 a?os. Probar su filiación no ha sido tarea fácil para los abogados, que sólo contaban con testimonios de la época, incluyendo el de una amiga que declaró haber visto a Robert Johnson y su novia en pleno acto sexual en 1931, nueve meses antes del nacimiento de Claud. Y es que no se podían hacer pruebas de ADN porque ni siquiera se sabe dónde está enterrado uno de los músicos más influyentes del siglo, cuya leyenda negra llega hasta la sentencia, en la que los jueces dicen que del cadáver "sólo sabemos que está enterrado 'en algún lugar al lado de la carretera, para que su viejo espíritu maligno pueda coger un bus y seguir su camino".-
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