En direcci¨®n correcta
El Gobierno aprob¨® ayer un heterog¨¦neo paquete de medidas orientadas a liberalizar los mercados de servicios en Espa?a. En general, se puede decir que casi todas las medidas van en la direcci¨®n correcta y que su m¨²sica suena bien, aunque pecan de insuficiencia en algunos casos.Con el lema expl¨ªcito de "acabar con los vestigios de los monopolios", el Consejo de Ministros aprob¨® cinco decretos-ley que pretenden aumentar el grado de competencia y flexibilidad de la econom¨ªa, o, como dice solemnemente el Ejecutivo, "sentar las reglas del modelo econ¨®mico espa?ol para los pr¨®ximos 10 a?os". Lo primero que sorprende es el elevado n¨²mero de medidas, seguramente con la voluntad de zanjar la asignatura de la liberalizaci¨®n de los mercados. En hidrocarburos, gas y electricidad, el Gobierno limita el desarrollo de las grandes empresas que controlan los mercados y la presencia accionarial dominante en los consejos de administraci¨®n; las concentraciones de empresas se suspenden hasta que sean autorizadas por el Ejecutivo; la tarifa el¨¦ctrica bajar¨¢ hasta el 9% en los pr¨®ximos tres a?os; se aprueba una tarifa plana en Internet muy sui g¨¦neris de 2.750 pesetas mensuales en horario limitado (ya se habla de Internet para las discotecas, pues dicho horario es nocturno y, por tanto, no valdr¨¢ para los colegios); los abonados al tel¨¦fono podr¨¢n elegir operadora a partir del pr¨®ximo 1 de enero; las llamadas locales se liberalizan a partir del 1 de noviembre; el peque?o comercio tendr¨¢ libertad de horarios y las grandes superficies podr¨¢n abrir un domingo m¨¢s cada a?o; se reduce la tributaci¨®n de las plusval¨ªas del 20% al 18% y se eleva en 100.000 pesetas la deducci¨®n por planes de pensiones.
Es discutible la eficacia a corto plazo de muchas de estas disposiciones, pero el efecto de las reformas estructurales debe medirse por su capacidad para introducir competencia, no por la reducci¨®n inmediata de la inflaci¨®n. Salvo el recorte de las tarifas el¨¦ctricas, no puede decirse que sean estrictamente medidas antiinflacionistas; m¨¢s bien parecen desregulaciones en el mercado cuyos efectos, con suerte, comenzar¨¢n a apreciarse en un plazo no inferior a un a?o. No es dif¨ªcil aventurar que la limitaci¨®n en las participaciones accionariales en la Compa?¨ªa Log¨ªstica de Hidrocarburos (CLH) o Enagas dif¨ªcilmente mejorar¨¢n la competencia; pero, por el contrario, la moratoria que se establece a las grandes compa?¨ªas el¨¦ctricas o petroleras para que no puedan aumentar su potencia instalada y el n¨²mero de gasolineras es una medida que tendr¨¢ efectos beneficiosos para el mercado. La invitaci¨®n a instalar surtidores en los centros comerciales contribuir¨¢ a bajar los precios de las gasolinas.
En telecomunicaciones se observa la misma dispersi¨®n de eficacia. La liberalizaci¨®n del llamado bucle local abaratar¨¢ sin duda las llamadas locales y tendr¨¢ un efecto importante sobre el IPC; pero la tarifa plana en horario nocturno dif¨ªcilmente tendr¨¢ consecuencias serias en el bolsillo. El caso de la libertad de horarios comerciales plantea adem¨¢s el problema de su dif¨ªcil aplicaci¨®n pol¨ªtica, puesto que las comunidades aut¨®nomas tienen atribuidas las facultades legales sobre su regulaci¨®n. Las medidas de liberalizaci¨®n del suelo son poco relevantes. Y en cuanto a los descuentos en los libros de texto, el Gobierno se ha plegado simplemente a las exigencias de los grandes almacenes, lo que puede tener efectos letales para muchas peque?as librer¨ªas.
Por otra parte, parece demasiado pomposo pretender que las disposiciones aprobadas vayan a liquidar los vestigios de monopolios. Ni el oligopolio en el mercado el¨¦ctrico parece amenazado a corto o medio plazo ni el mercado de carburantes dejar¨¢ de estar en manos de un operador dominante; por no mencionar el dilatado plazo que requerir¨¢ el mercado del gas, donde est¨¢ depositado en buena parte el futuro energ¨¦tico espa?ol para cambiar su monol¨ªtica estructura actual. Se echan en falta medidas m¨¢s profundas en el control de los contratos de suministro de las operadoras con las estaciones de servicio, una apertura f¨ªsica real que permita conectar la isla el¨¦ctrica espa?ola con el mercado europeo o una separaci¨®n efectiva en las distintas actividades del gas natural. Tan dudosa eficacia contrasta notablemente con la presteza con que el Gobierno ha reducido la tributaci¨®n sobre plusval¨ªas y ha bajado las retenciones de los fondos de inversi¨®n.
En el cap¨ªtulo de las ausencias destaca la falta de disposiciones en sectores como Correos, agua, transporte ferroviario, etc¨¦tera. Y, sobre todo, medidas que favorezcan la creaci¨®n de empresas, verdadero nudo gordiano de una nueva econom¨ªa que no es s¨®lo un eslogan propagand¨ªstico.
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