Discurso de Ibarretxe

Los intransigentes son siempre los otros, seg¨²n el discurso reiterado por Ibarretxe a su salida de La Moncloa. Ayer, los socialistas vascos, con un punto de autocr¨ªtica, expresaron su decepci¨®n por ese discurso. Redondo hab¨ªa interpretado que el apoyo del PNV a su propuesta de crear un foro de di¨¢logo con ciertas condiciones significaba su salida de Lizarra. Arzalluz y Egibar desmintieron esa posibilidad, a la vez que Ibarretxe interpretaba la votaci¨®n como un respaldo del PSE a su propio planteamiento.Hay demasiada interpretaci¨®n sin fundamento en la pol¨ªtica vasca. El PNV se equivoc¨® en su d¨ªa al suponer que ETA quer¨ªa abandonar la violencia, y los socialistas se han equivocado ahora al creer que el PNV quer¨ªa bajarse de Lizarra. Aceptar el respeto a las reglas democr¨¢ticas implica acatar el marco institucional; no es leal votar en contra de esto ¨²ltimo -para no enfadar a los socios a tiempo parcial de EH- y pretender a la vez que se acude a La Moncloa con el aval de los socialistas.

Lo peor del discurso con que Ibarretxe resumi¨® sus divergencias con Aznar fue su total impermeabilidad a los argumentos de los dem¨¢s. No s¨®lo a los del presidente -que ¨¦ste hab¨ªa adelantado imprudentemente en un tono inapropiado-, sino a los de cuantos han refutado por activa y por pasiva muchos de los t¨®picos nacionalistas presentados por Ibarretxe como evidencias.

El primero, que, tras el problema de la violencia, existe un grav¨ªsimo problema pol¨ªtico, y que es injusto el empe?o de los dem¨¢s en mezclar ambos. Es el nacionalismo el que los confunde permanentemente al proponer como soluci¨®n a la violencia la satisfacci¨®n de determinadas aspiraciones nacionalistas. Y si se admite que no existe causa que justifique el recurso a la violencia, carece de sentido ese empe?o por hacer reconocer a los dem¨¢s que, tras el problema de ETA, existe un contencioso pol¨ªtico no resuelto; algo que la propia ETA interpreta como una legitimaci¨®n de su existencia pasada, presente y futura.

Insiste Ibarretxe en que la soluci¨®n es el di¨¢logo entre todas las ideas, pero, como el resultado tiene que convencer a ETA, queda ya prefigurado que la conclusi¨®n de ese di¨¢logo significar¨¢ que los no nacionalistas deber¨¢n renunciar a sus propias aspiraciones para avalar un marco m¨¢s favorable a los nacionalistas. Adem¨¢s, y en contra de la idea que acaba de reiterar Arzalluz, la experiencia de la tregua ha demostrado que ni siquiera concesiones m¨¢ximas, como la adopci¨®n del soberanismo por parte de los nacionalistas, bastan para hacer desistir a ETA. Y si el objetivo fuera encontrar un marco aceptable para nacionalistas y no nacionalistas, ya existe: el estatuto. El ¨¢mbito vasco de decisi¨®n es otra falsa evidencia, no compartida por quienes consideran compatible su condici¨®n de vascos con la de espa?oles, y una vaciedad si no se precisa c¨®mo conjugarlo con el ¨¢mbito navarro de decisi¨®n, el alav¨¦s, etc¨¦tera.

Ibarretxe admiti¨® hace semanas que ETA hab¨ªa invalidado Lizarra, pero no ser¨¢ posible tomar en serio su voluntad de abrir una nueva etapa mientras pretenda hacerlo con el mismo discurso.