Cuatro revistas brit¨¢nicas rechazan que se les culpabilice de la anorexia

Dos d¨ªas despu¨¦s de una reuni¨®n organizada por el Gobierno, en la que representantes de varios medios admitieron que sus im¨¢genes de moda -con cuerpos que no superan la talla 36- podr¨ªan fomentar la anorexia, las directoras de las ediciones brit¨¢nicas de cuatro de las principales revistas del ramo (Vogue, Cosmopolitan, Elle y New Woman) repudian toda injerencia gubernamental en su labor.

A la cita en Downing Street asistieron 41 representantes de los diarios y televisiones nacionales, revistas de modas y juveniles y agencias de modelos, adem¨¢s de escuelas de dise?o. La informaci¨®n facilitada al t¨¦rmino de la reuni¨®n se produjo en el sentido de que todos hab¨ªan admitido la posible influencia de las fotos de modelos muy delgadas en los h¨¢bitos de las j¨®venes, y que se hab¨ªa pactado el autocontrol.Pero las directoras de las cuatro publicaciones mencionadas han firmado una nota conjunta en la que precisan que no suscribieron la formaci¨®n de un organismo autorregulador que contribuyera a disociar belleza y delgadez. "Da la sensaci¨®n de que hemos sido unos irresponsables con nuestro trabajo. Presentar la reuni¨®n como un ¨¦xito para el Gobierno y una derrota nuestra, es buscar el voto femenino con descaro", ha se?alado Rachel Loos, directora en funciones de Elle.

Su colega de la revista Vogue, Alexandra Shulman, ha sugerido que la idea de la supervisi¨®n mutua de las revistas para evitar las modelos esquel¨¦ticas, presentada el pasado mi¨¦rcoles como un acuerdo un¨¢nime, "ha sido deformada por Marie Claire por motivos publicitarios". La directora de esta ¨²ltima, Liz Jones, aprovech¨® la despedida de la cumbre para anunciar que un organismo constituido por las propias publicaciones vigilar¨ªa la buena conducta de ¨¦stas. Seg¨²n Shulman, el hecho de que Jones se sentara junto a Tessa Jowell, secretaria de Estado de Sanidad -que presidi¨® la reuni¨®n- denota que intentaba aumentar sola sus ventas.

La versi¨®n brit¨¢nica de Marie Claire ensaya curiosas estrategias. As¨ª, ha lanzado su ¨²ltimo n¨²mero con dos portadas, una con Pamela Anderson y la otra con Sophie Dahl, una modelo cuya talla 14 (equivalente a la 44 en Espa?a) se identifica m¨¢s con la media de la poblaci¨®n. El intento era comprobar cu¨¢l de las dos ten¨ªa mejor acogida: el 65% de los lectores optaron por la segunda.

Los que rechazan hoy la supuesta presi¨®n oficial insisten: "Siempre hemos rechazado modelos que parezcan enfermas o un saco de huesos. Lo que es rid¨ªculo es pensar que vamos a intercambiar instant¨¢neas para ver si las elegidas en los pr¨®ximos meses son a¨²n demasiado delgadas", en palabras de la directora de Vogue.

Las quejas de este grupo de revistas se extienden a la actitud que debe esperarse del mismo: la cumbre de la delgadez, convocada por el ministerio de Sanidad -preocupado por el hecho de que el 4% de las brit¨¢nicas sufran problemas de anorexia o bulimia- no les fuerza, dicen, a buscar modelos m¨¢s rellenas para sus p¨¢ginas en el futuro.