La gloria en un partido
Espa?a se enfrenta a la campeona del mundo con una plaza de semifinales en juego
EUROCOPA 2000Cuartos de final
De vuelta a Brujas, la selecci¨®n espa?ola pisa con garbo, gustosa de acudir al encuentro de Francia. El recuerdo del triunfo ¨¦pico ante Yugoslavia la estimula en su empe?o de ganarse el reconocimiento futbol¨ªstico mundial que reclamaba a su llegada al torneo y que, sin embargo, perdi¨® en dos actos fuera de gui¨®n contra Noruega y Eslovenia. Para un equipo joven como el de Camacho, ansioso por romper con el pasado fatalista de sus progenitores y deseoso de polemizar con las batallitas de sus abuelos, nada mejor que desafiar a la campeona del mundo y punto de referencia del juego contempor¨¢neo. Francia juega y, adem¨¢s, gana, condiciones para poder reinar con coqueter¨ªa.Pocas veces tendr¨¢ Espa?a la posibilidad de alcanzar la gloria en un partido despu¨¦s de pasar por el purgatorio. El impacto del triunfo ser¨ªa tan estruendoso a efectos de juego como de resultado. La selecci¨®n lleva tiempo estrell¨¢ndose contra el muro de los cuartos de final de los torneos de altura, as¨ª que alcanzar las semifinales despu¨¦s de derrotar a Francia tendr¨ªa mucho de gesta y tambi¨¦n de novedad por lo que supone la propuesta futbol¨ªstica de los de Camacho. Espa?a quiere discutir con Francia ¨²nicamente con la pelota de por medio.
El buen estado an¨ªmico del grupo viene avalado por todo cuanto rodea al partido: el recuerdo del campo, el mismo en el que derrotaron a Yugoslavia; el horario, por fin podr¨¢n jugar a las nueve menos cuarto; el tiempo, entre refrescante y lluvioso; el apoyo de la hinchada, m¨¢s numerosa en Brujas que en cualquier otra ciudad; y, sobre todo, la sensaci¨®n de haber dado con un equipo que ha salido por s¨ª solo, simplemente poniendo a los que en mejor forma parec¨ªan estar. Incluso Hierro fue dado ayer de alta y se entren¨® con normalidad, aunque es dif¨ªcil calcular el riesgo que supondr¨ªa ponerle contra Francia. El futbolista se ofrece para jugar y el seleccionador dispondr¨¢, aunque no parece estar por la labor.
A juzgar por la pr¨¢ctica dispuesta anoche por Camacho bajo una intensa lluvia, el central madridista dif¨ªcilmente jugar¨¢ hoy, as¨ª que continuar¨ªa el d¨²o Paco y Abelardo. El seleccionador parece dispuesto a mantener su idea de montar una alineaci¨®n para cada partido, y Aranzabal recuperar¨ªa el puesto de lateral izquierdo mientras Sergi pasar¨ªa a jugar como volante zurdo, de manera que Mendieta actuar¨ªa por la derecha y Etxeberria quedar¨ªa fuera del equipo. Camacho quiere contener el despliegue franc¨¦s por banda derecha, siempre iniciado por el el¨¢stico Thuram, con dos laterales zurdos. Espa?a ha mostrado una sorprendente fragilidad defensiva, y el t¨¦cnico le ha estado dando vueltas sobre la forma de resolverla. No adivina que el problema est¨¦ en los centrales sino en tapar mejor las bandas y de ah¨ª el nuevo dispositivo que prepar¨® ayer, del que adem¨¢s de Hierro qued¨® excluido Munitis, un hombre de refresco para el segundo acto del encuentro.
Pintan a gusto las cosas para Espa?a, ansiosa por medir su crecida ante la coqueta Francia, que anda tambi¨¦n removiendo el equipo como si le hubiera entrado el cosquilleo: que si Petit es baja, que si Anelka podr¨ªa dejar su puesto a Dugarry; que si Djorkaeff es vital por sus goles, que si Pires se merece un puesto. El buen partido de los suplentes contra Holanda ha puesto sobre aviso a los titulares, y en especial a los cuatro futbolistas que llevan el cotarro: Blanc, Desailly, Deschamps y Zidane, el mejor valedor de Dugarry. Los automatismos del equipo, en cualquier caso, parecen tan probados que hay pocas dudas sobre el buen rendimiento de Francia, que hasta la fecha ha viajado de forma muy c¨®moda por el torneo.
No s¨®lo por el car¨¢cter eliminatorio del partido sino tambi¨¦n por la entidad del contrario, los franceses entienden que su jerarqu¨ªa comienza a discutirse hoy. Los soldados de Lemerre, campe¨®n del mundial militar, sienten el aliento de los espa?oles, excitados por sentirse el foco de atenci¨®n del partido m¨¢s atractivo de los cuartos, por el duelo entre equipos de buen gusto y de grandes futbolistas. Zidane, Ra¨²l, Henry, Guardiola. La tradici¨®n, la historia, los antecedentes juegan a favor de Francia y en contra de Espa?a, que acostumbra a despedirse de los grandes torneos en los cuartos de final con el mejor de sus partidos. La nueva generaci¨®n espa?ola, sin embargo, entiende que es el momento de cambiar tanto el fondo como la forma. Nunca la gloria hab¨ªa estado tan cerca. Acostumbrados a negarse, es un buen momento para reivindicarse.
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