Un par de poder a poder

Toro y caballo arrancaron de lejos a la vez, viendo y dej¨¢ndose ver, galoparon con la misma cadencia y velocidad y, cuando estaban muy cerca, el jinete hizo un cuarteo de radio muy corto y clav¨® en lo alto, uniendo los pitones y el estribo. Es un par de poder a poder y su autor, huelga decirlo, fue Pablo Hermoso de Mendoza. Anteriormente, hab¨ªa muleteado templando con el caballo, luci¨¦ndose m¨¢s en banderillas que en rejones; mat¨® con efectividad al segundo intento.Luis Domecq da?¨® al primero al colocarle un rej¨®n bajo y trasero, que le perjudic¨® en los cuartos posteriores. La lidia fue protestada por la cojera resultante. Antonio Domecq escondi¨® su falta de temple con galopadas, aspavientos y sombrerazos. A la hora de clavar lo hizo a lo largo y ancho de lo negro; mat¨® de metisaca.

Cartagena, con estilo del salvaje Oeste, estuvo m¨¢s pendiente del p¨²blico que del manso entablerado que le toc¨®. Dejando aparte sus numerosas carreras sin fundamentos, se gan¨® al p¨²blico en varias farpas que puso al viol¨ªn. Por parejas, los Domecq abusaron del toro bravo que les correspondi¨®, al que sometieron a carruseles que pon¨ªan de manifiesto la inferioridad de la pelea. Mataron con efectividad y fueron muy del agrado del respetable.

Hermoso de Mendoza vio otra clase de toreo a caballo, encelando al toro y consiguiendo que ¨¦ste lo siguiera d¨®cilmente; no se entiende muy bien la compa?¨ªa de Cartagena, que en un principio asist¨ªa como alumno aventajado desde cerca, y que despu¨¦s se prodig¨® nuevamente en violines. Hermoso fall¨® en primera instancia y remat¨® Cartagena descordando a la res, lo que motiv¨® que el premio quedara en una sola oreja. Un absurdo remilgo en un presidente que se hab¨ªa pasado toda la feria regalando trofeos a m¨¢s y peor.