Holanda saca su mejor repertorio
Las luces de Bergkamp y el apetito goleador de Kluivert fulminan a Yugoslavia
Holanda por fin explot¨® del todo. Enchufada a Bergkamp, que cuando tira de repertorio es sublime, y a Kluivert, al que se le ha despertado el apetito goleador, la selecci¨®n local tritur¨® a Yugoslavia. El equipo balc¨¢nico se derriti¨® de forma estrepitosa ante la luminosa sociedad formada por los dos personajes de la tarde, que engancharon a su causa a todos los compa?eros. Holanda, que hab¨ªa despertado ciertas dudas en la primera fase, encendi¨® todas las luces y bail¨® sobre el equipo de Boskov, que a duras penas se sostuvo en el partido. Los yugoslavos pagaron una factura muy alta frente a una selecci¨®n capaz de devorar a sus adversarios si la cosa se pone a tiro. Ante su p¨²blico, y con el marcador acomodado su voracidad ofensiva, Holanda es una tortura para cualquier rival. Lo lleva en los genes. Por algo ya es el equipo m¨¢s goleador y con su camiseta desfila Kluivert, el m¨¢ximo anotador del campeonato con cinco tantos que ser¨¢n seis si hoy la UEFA le concede el tercero de los que encaj¨® ayer Yugoslavia. El propio Kluivert reconoci¨® tras el partido que ese gol lo empuj¨® hasta la red de Kralj el yugoslavo Govedarica. De sumar ese tanto a su cuenta personal, el barcelonista ser¨ªa el primer jugador que marca cuatro goles en un solo partido en la historia de la Eurocopa.De entrada, Yugoslavia ofreci¨® medio partido a Holanda con una m¨¢s que cuestionable decisi¨®n de Boskov, que desplaz¨® a Djukic al lateral izquierdo para tapar las aceleraciones de Overmars. Un disparate del que no abusaron los holandeses. No les hizo falta, porque a Bergkamp le dio por aplicarse en todas las facetas del juego y sacudirse la pereza que tantas veces ha tachado su carrera.
Con el diez holand¨¦s nunca se sabe c¨®mo vendr¨¢ la tarde. Se enchufa a la partida con la misma facilidad que se funde y se hace invisible. Criticado por su mecenas juvenil, Johan Cruyff, y al borde de la retirada internacional -desliza en sus c¨ªrculos privados que dejar¨¢ la selecci¨®n al final de este torneo-, el jugador del Arsenal est¨¢ en el marco adecuado para reivindicarse por ¨²ltima vez. Los holandeses sienten que Bergkamp, l¨ªder de una brillante generaci¨®n, tiene una deuda con su pa¨ªs, del que emigr¨® muy joven y al que nunca ha aupado en el podio internacional.
Ante los yugoslavos su juego fue una alegr¨ªa para la vista. Y para todo el equipo holand¨¦s, que se dej¨® llevar en brazos por su mejor jugador. Bergkamp ofreci¨® una galer¨ªa de jugadas bell¨ªsimas, llenas de inteligencia y efectividad. Como aquel maravilloso taconazo con el que tir¨® un ca?o delicad¨ªsimo a un central yugoslavo. O la pelota que le entreg¨® segundos despu¨¦s a Davids, tras un pase trazado con un comp¨¢s desde la posici¨®n de enganche. Y qu¨¦ decir de la hermosa combinaci¨®n con Kluivert que deriv¨® en el primer bocado del delantero. Plet¨®rico de potencia y velocidad, y con su habitual sexto sentido para descoser defensas con sus movimientos, el ariete se dio un empacho frente al portero Kralj. Discutido por sus apagones frente al gol, Kluivert tuvo la noche de su vida y puso en jaque a los m¨¢s esc¨¦pticos.
El primer gol aturdi¨® definitivamente a los yugoslavos, que s¨®lo hab¨ªan dado se?ales de vida en una gran jugada de Milosevic que Mijatovic estrope¨® ante Van der Sar. Govedarica y Jugovic se sent¨ªan enanitos frente a Bergkamp, que asumi¨® toda la creatividad de su equipo por las dificultades de Davids y Cocu para una misi¨®n de semejante envergadura. Ambos son los guardianes de su cerebro, barren todo el centro del campo y se conceden algunas aventuras en ataque, pero les cuesta frenar el partido, pensarlo y digerirlo adecuadamente.
Para eso est¨¢ Bergkamp, que brind¨® una fiesta por todo lo alto a su gente, que disfrut¨® de lo lindo con la apisonadora holandesa del segundo periodo. Boskov ya hab¨ªa centrado a Djukic y dado otro perfil al equipo, pero no hab¨ªa remedio. Con Kluivert resguardado en el banquillo despu¨¦s de sus tres goles, Holanda le meti¨® una quinta velocidad al partido. Overmars, Zenden y Makaay abrieron en canal al equipo yugoslavo, que hac¨ªa siglos que hab¨ªa bajado los brazos. A la mayor¨ªa de sus futbolistas les sobran los a?os y hoy d¨ªa pagan en exceso su tradicional anarqu¨ªa. Especialmente en defensa, por lo que el equipo se despide de la Eurocopa con trece goles en la mochila tras cuatro partidos.
Demasiadas ventajas para una Holanda en vena, que tir¨® confetis en el c¨¦sped y en las gradas. Por el juego y por el resultado, pero, sobre todo, por dos noticias de extraordinaria relevancia para el curso del torneo: Bergkamp est¨¢ motivado como nunca y Kluivert ha pactado con el gol. Argumentos de peso para el sue?o de una hinchada que siente que el f¨²tbol mundial le debe algo.
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