Cuando en el aula se apaga la luz
Apenas un kil¨®metro y medio separa el colegio Luis Braille, de la ONCE, del IES Valle Incl¨¢n. Pero ha sido esta distancia -que algunos d¨ªas recorr¨ªan cuatro veces- lo que m¨¢s ha perturbado el aprendizaje de los cinco alumnos, con distinto grado de deficiencia visual, que, desde el comienzo del curso en septiembre, se han esforzado a diario para asimilar la formaci¨®n que en ambos centros escolares se les ofrec¨ªa.Por lo dem¨¢s, esta experiencia de ense?anza compartida, pionera en Espa?a, ha sido valorada por los directores de ambos centros, por los profesores y por el alumnado, como "muy positiva". La idea es que para el pr¨®ximo curso se duplique, al menos, el n¨²mero de alumnos participantes.
En el IES Valle Incl¨¢n, los afortunados, Vanesa Ortega, Eleonara Jim¨¦nez, Fran S¨¢nchez, Pedro Blas y David Herrera, todos con edades comprendidas entre los 17 y los 19 a?os, han estudiado las asignaturas de Lengua y Literatura y de Ciencias Sociales, correspondientes al 4? curso de la ESO. En el colegio Luis Braille, el resto del curr¨ªculo.
Para Estela Sanz, profesora de secundaria en la ONCE, "este es el camino a seguir", asegura, "porque les facilita a los chicos con deficiencias visuales la integraci¨®n en los centros normales de ense?anza". En su opini¨®n, no ha habido a lo largo del curso ning¨²n incidente rese?able. "Y esto prueba que todo ha ido bien", dice. No obstante, tanto Sanz, como su compa?ero Nicol¨¢s Mart¨ªn, se?alan que "algunos profesores de los centros p¨²blicos no siempre colaboran", -"quiz¨¢ porque no saben c¨®mo hacerlo", matizan-; y comentan que, en m¨¢s de una ocasi¨®n, cuando acuden como profesores de apoyo, han sentido la soledad en los institutos. Tambi¨¦n dicen haber observado ciertas situaciones de incomodidad entre sus colegas. "Para ellos, es dif¨ªcil saber qu¨¦ han de hacer cuando tienen a un ni?o ciego en la clase".
De eso dan fe Fran y David que recuerdan como "hay profesores que mandan apagar la luz" sin darse cuenta de que ellos no ven.
"La mayor¨ªa del profesorado colabora todo lo que puede; de eso no tenemos dudas. Lo que ocurre es que no est¨¢ preparado para abordar situaciones como estas", puntualiza Juan G¨®mez, el director del Luis Braille. Por su parte, Manuel Quesada, el director del Valle Incl¨¢n, aunque est¨¢ "b¨¢sicamente de acuerdo", explica: "Puede que nuestro profesorado necesite una cierta formaci¨®n y orientaci¨®n para participar en programas de ense?anza compartida como el que hemos iniciado este curso, pero, creo, que a pesar de que no hab¨ªa precedentes, el resultado ha sido positivo".
Eso, seguro. Porque los cinco alumnos quisieran seguir compartiendo instituto y colegio el pr¨®ximo curso. Dos de ellos, los que han aprobado todas las asignaturas, ya tienen plaza segura en bachillerato "con la plena integraci¨®n", precisa Quesada. El resto del grupo, al que se incorporar¨¢n ya ni?os con ceguera total, podr¨¢ continuar con la experiencia de ense?anza compartida; eso s¨ª, con un horario m¨¢s regular. Manuel Quesada anuncia que se les va a ofertar un bloque horario de 8,30 a 11,25 de la ma?ana, para que puedan aprovechar m¨¢s el tiempo "y no tengan que pasarse el d¨ªa yendo y viniendo".
En el IES Valle Incl¨¢n estudian 1.080 alumnos y hay un claustro de 70 docentes. En el colegio Luis Braille son 110 los estudiantes y m¨¢s de 180 personas de plantilla; aqu¨ª las clases apenas llegan a tener 10 alumnos. En cambio, en el Valle Incl¨¢n, lo normal es superar la treintena por clase; esto supone una dificultad a?adida para atender al alumnado espec¨ªfico. "Por eso, quiz¨¢, les cuesta m¨¢s adaptarse. Entre tanto compa?ero se sienten m¨¢s solos", dice Juan G¨®mez. Vanesa, por su parte, que es malague?a, lo que m¨¢s valora es el compa?erismo y los apuntes que le han pasado en clase. Reclama, sin embargo, m¨¢s tiempo para adaptarse.
Su compa?ero David est¨¢ muy ilusionado con repetir la experiencia el pr¨®ximo curso; y, como ¨¦l, Emiliano Madrid, que por un desprendimiento de retina imprevisto, tuvo que abandonar el Valle Incl¨¢n a mitad de curso. Emiliano, hoy, pide que sean las asignaturas m¨¢s dif¨ªciles, como las ciencias en general y las matem¨¢ticas, las que se estudien en el instituto y "se dejen para el colegio", en braille, las que "son m¨¢s de leer", como la historia o la literatura.
En la integraci¨®n no existen ni el blanco ni el negro, afirma Loli Carmen, coordinadora del Equipo de Educaci¨®n Integrada de la ONCE en Sevilla. Tampoco, asegura, se puede pensar que un ni?o con deficiencias visuales va a fracasar en la escuela m¨¢s f¨¢cilmente que otros. "No depende tanto de su f¨ªsico como de su intelecto".
La Consejer¨ªa de Educaci¨®n ha aprobado ya la continuaci¨®n de esta experiencia de ense?anza compartida para el pr¨®ximo curso. Por su parte, Juan G¨®mez opina que con los profesionales y recursos t¨¦cnicos que tiene en el colegio imparte el mismo nivel dedocencia que en cualquier otro centro escolar. Por eso no entiende que se les siga considerando como un centro de educaci¨®n especial, "sin autonom¨ªa plena" en su labor docente. En Andaluc¨ªa hay 1.500 ni?os con deficiencias visuales, susceptibles de ser integrados.
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