Saura abre su caja de Pandora fotogr¨¢fica
Llega armado con dos c¨¢maras y revoluciona a todos los fotoperiodistas que le estaban esperando y que esta vez no s¨®lo le acribillan a golpe de flas, sino tambi¨¦n de preguntas. En la cintura exhibe una digital; colgada del brazo, una cl¨¢sica Vo?gtlander. Carlos Saura (Huesca, 1932) parece c¨®modo entre dos mundos, entre dos t¨¦cnicas. Ayer inaugur¨®, en el Centro Cultural Fundaci¨®n C¨ªrculo de Lectores de Barcelona (Princesa, 52), una gran exposici¨®n de sus fotograf¨ªas de juventud, en su inmensa mayor¨ªa in¨¦ditas, que cierra la Primavera Fotogr¨¢fica. Nada menos que 179 fotograf¨ªas en blanco y negro realizadas entre 1949 y 1962 en una Espa?a que, tal como demuestran sus im¨¢genes, a¨²n merec¨ªa el calificativo de negra. Pero, y ah¨ª est¨¢ el contraste, la presentaci¨®n es, en cierta manera, revolucionaria. Las copias han sido escaneadas y retocadas por el propio autor y se han positivado "con una impresora personal, comercial, de ¨¦stas que valen 40.000 pesetas". La raz¨®n es sencilla: "Ahora, la fotograf¨ªa escaneada tiene cada vez m¨¢s calidad, y lo hice as¨ª porque no quer¨ªa que nadie manipulara mis im¨¢genes". De todas formas, C¨ªrculo del Arte pone a la venta una serie de 12 fotograf¨ªas positivadas seg¨²n las t¨¦cnicas tradicionales en un tiraje de 25 copias.En la comparaci¨®n, y en el coleccionismo, a¨²n sigue ganando el mundo viejo. Pero Saura se declara un entusiasta de los avances t¨¦cnicos, especialmente para los profesionales de la imagen. "La digitalizaci¨®n es el futuro inmediato del cine", afirma Saura, que en octubre comienza el rodaje de Bu?uel y la mesa del rey Salom¨®n", una pel¨ªcula de ficci¨®n "muy disparatada e imaginativa que no tiene nada de biogr¨¢fica o hist¨®rica". "La c¨¢mara de cine es un animal prehist¨®rico que ahora ya no tiene sentido. En cuanto tenga suficiente definici¨®n, todos nos pondremos a trabajar con c¨¢maras digitales". En fotograf¨ªa ya lo hace. El a?o pasado present¨®, en las Atarazanas Reales de Sevilla, una serie de 25 im¨¢genes de sus rodajes realizadas con una c¨¢mara digital. Las que hasta el 21 de julio pueden verse en Barcelona las hizo, en gran parte, con una vieja Leica.
En cualquier caso, Carlos Saura acaba de abrir su caja de Pandora fotogr¨¢fica y a¨²n es pronto para saber lo que llegar¨¢ a salir de ella. De momento, azuzado por Hans Meinke, director de la fundaci¨®n C¨ªrculo de Lectores, ha comenzado a poner en orden un archivo de miles de negativos cuyo primer resultado es esta exposici¨®n, que, dice Meinke, "es s¨®lo la punta del iceberg".
Las fotograf¨ªas m¨¢s antiguas que se exhiben son familiares. Ten¨ªa unos 17 a?os cuando realiz¨® los retratos de su hermano Antonio o de su hermana Mar¨ªa ?ngeles -de la que Meinke anunci¨® que en breve publicar¨¢ su primer libro de relatos-, y estaba a punto de comenzar la carrera de Ingenier¨ªa Industrial. La abandon¨® al poco tiempo, en 1952, por los estudios de cine. Durante un tiempo trabaj¨® como fot¨®grafo profesional para los festivales de Granada y Santander y, entre otros, comenz¨® el proyecto de un libro sobre la Espa?a de su ¨¦poca. Realiz¨® varias exposiciones de estos trabajos y public¨® sus trabajos en diferentes revistas y libros e incluso reconoce que tuvo la tentaci¨®n de dedicarse exclusivamente a la fotograf¨ªa cuando, en 1959, recibi¨® la oferta de trabajar para Paris-Match. Renunci¨® porque en aquel momento estaba preparando su primer largometraje, Los golfos, y el cine pudo m¨¢s.
Nunca lleg¨® a terminar aquel libro sobre las gentes de Espa?a, pero parte de las im¨¢genes que deb¨ªan integrarlo se presentan ahora en Barcelona. Bailes de domingo por la tarde, una novillada en La Zarzuela, la matanza del cerdo en Ca?ete, la feria de ganado de Puertollano, pueblos y gentes de Andaluc¨ªa, Castilla, Sanabria. Y tambi¨¦n im¨¢genes de la visita del grupo El Paso a Barcelona, en 1959, o las visitas de Luis Bu?uel a Espa?a en 1960 y 1962. Im¨¢genes todas ellas documentales en las que, sobre todo, destaca la pobreza y el atraso de una Espa?a a¨²n asolada por la resaca de la guerra, un pa¨ªs con ni?os de ojos tristes que le tend¨ªan la mano en actitud mendicante.
"La Espa?a de aquella ¨¦poca era as¨ª", afirma Saura. "De todas formas, esta visi¨®n documental de Espa?a la abandon¨¦ cuando me dediqu¨¦ al cine. Tras el documental Cuenca, de 1957, me di cuenta de que lo que quer¨ªa era contar historias".
Hasta ahora, estas historias las hab¨ªa contado s¨®lo en celuloide, pero hace pocos meses public¨® su primera novela, ?Esa luz! (Galaxia Gutenberg), una historia de amor ambientada en la guerra civil, y es m¨¢s que probable que contin¨²e la exposici¨®n de su numerosa obra fotogr¨¢fica y, ?sorpresa!, Hans Meinke anunci¨® que la pr¨®xima exposici¨®n tal vez se dedique a sus fotograf¨ªas repintadas, de las que tambi¨¦n pueden verse cuatro ejemplos en la exposici¨®n y sus dibujos, que realiza desde peque?o y que confiesa que han ido cogiendo importancia en los ¨²ltimos a?os. "Es un pozo de creatividad", coment¨® Meinke, que tambi¨¦n insiste para que el cineasta escriba sus memorias, algo a lo que ¨¦l, de momento, dice resistirse. Pero, en fin, tambi¨¦n se resisti¨® a exponer sus fotograf¨ªas y ha cedido. Y est¨¢ animado a mostrar sus dibujos. "Soy un amateur", asegura, modesto, Saura. "Lo hago para pasar el rato, porque me divierte".
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.