Desmontada en Par¨ªs una red china de inmigraci¨®n clandestina y blanqueo de dinero

La inmigraci¨®n china en Francia ha recibido un duro golpe con el que ha perdido el aura de secretismo tradicional que proteg¨ªa sus actividades de la curiosidad de los poderes p¨²blicos, siempre suspicaces, en cambio, con los ciudadanos llegados de ciertos pa¨ªses del ?frica negra franc¨®fona o del Magreb. Ayer, la polic¨ªa francesa -su cuerpo dedicado a la represi¨®n del fraude y la gran delincuencia financiera- detuvo en Par¨ªs a 27 personas de origen chino, nueve de las cuales fueron inmediatamente encarceladas al ser consideradas como los cerebros de una organizaci¨®n delictiva de amplio espectro.

Desde hac¨ªa 18 meses, la polic¨ªa vigilaba las actividades de dos oficinas bancarias de cambio controladas por inmigrantes chinos. Cada d¨ªa pasaban por sus mostradores, con destino a bancos chinos y de Hong Kong y tras un breve tr¨¢nsito por instituciones financieras francesas, unos tres millones de francos (75 millones de pesetas). "Eran el fruto de diferentes tr¨¢ficos que se ocultaban al fisco", ha explicado uno de los agentes, que intervino en la detenci¨®n. Y entre esos tr¨¢ficos estaba el de seres humanos. "Para entrar en Francia con papeles falsos y en vuelo desde Pek¨ªn o Shangai hab¨ªa que pagar 100.000 francos (2,5 millones de pesetas), mientras que tambi¨¦n se pod¨ªa llegar por tren despu¨¦s de que otro avi¨®n te hubiese depositado en Viena. En ese caso hab¨ªa que abonar 60.000 francos".Durante esos 18 meses de control discreto, los polic¨ªas creen que han salido hacia China 1.700 millones de francos (unos 425.000 millones de pesetas). Muchos de los chinos que hoy viven en Francia -en 1999 representaron un 20% de los inmigrantes legalmente admitidos- llegan a su nueva patria europea en condiciones muy precarias. Las autoridades francesas calculan que la red china de lavado de dinero desarticulada esta semana pudo haber blanqueado unos 260 millones de euros.

Para poder subsistir tienen que trabajar en situaci¨®n de casi esclavitud para las personas que les han facilitado el dinero del viaje, los documentos y la instalaci¨®n. "La mayor parte del dinero blanqueado con destino a China procede del comercio alimentario, ya sean restaurantes o almacenes", precis¨® la polic¨ªa, al tiempo que tambi¨¦n se refer¨ªa a otro tipo de negocios legales, como pueden ser las peluquer¨ªas.

"El sistema era muy simple, pues se limitaba a inyectar en el circuito financiero grandes sumas de dinero en efectivo cuyo origen no se especificaba", dijo un agente de la Brigada Financiera. En los ¨²ltimos 10 a?os Par¨ªs ha visto c¨®mo dos de sus barrios -Belleville y los alrededores de la plaza de Italia- eran ocupados por una poblaci¨®n de origen chino cada vez m¨¢s numerosa.

A diferencia de otras oleadas migratorias asi¨¢ticas -la de vietnamitas, laosianos y camboyanos fue importante a?os atr¨¢s-, la china ha parecido funcionar en circuito cerrado o en un mundo endog¨¢mico, ajeno a las reglas vigentes para el resto de la sociedad y ajeno tambi¨¦n al deseo o posibilidad de integraci¨®n. En los ¨²ltimos tiempos, las autoridades francesas, deseosas de favorecer las inversiones galas en el gran pa¨ªs asi¨¢tico, han sido acusadas de hacer la vista gorda respecto a quienes llegan de la China continental, una actitud que contrasta con la exigencia con que se controlan los visados y pasaportes de los viajeros procedentes de ?frica.

Ya en 1998 algunos controles sanitarios provocados por denuncias de vecinos alarmados ante el hedor pestilente que sub¨ªa de un inmueble de los suburbios parisinos sirvieron para descubrir que muchos restaurantes chinos se surt¨ªan a trav¨¦s de talleres clandestinos de elaboraci¨®n de comida tradicional hecha con productos de baja calidad, en condiciones de higiene m¨¢s que dudosas y explotando a gente en situaci¨®n irregular. Fue la primera prueba tangible de que algunos de los rumores que hablaban de las ilegalidades de la comunidad china no eran enteramente infundados.

Ayer, los agentes se hicieron tambi¨¦n con 5,3 millones de francos en efectivo e intervinieron seis cuentas corrientes en las que hab¨ªa depositados 27 millones m¨¢s de francos (unos 675 millones de pesetas).