Hollywood veta a Internet
Hollywood acaba de declarar la guerra a Internet. La alta tecnolog¨ªa sirve para hacer pel¨ªculas cada vez m¨¢s irreales, crear efectos crecientemente pasmosos, sean en Gladiador o en Matrix, o plantear argumentos de filmes de acci¨®n o de comedias, pero no para estrenar pel¨ªculas y aspirar al Oscar. La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematogr¨¢ficas acaba de emitir un edicto que niega la consagraci¨®n de los Oscar a todo filme que tenga la osad¨ªa de estrenarse a trav¨¦s de Internet. Los balbuceos de lo que podr¨ªa bautizarse como Cinernet, las pel¨ªculas hechas pensando en esa tecnolog¨ªa como principal medio de difusi¨®n, han atra¨ªdo la atenci¨®n de figuras de la talla de Steven Spielberg, David Lynch o Tim Burton, entre una mir¨ªada de j¨®venes con sue?os de Oscar.El cine es para verlo en el cine. En la sala oscura es donde lo ven los cin¨¦filos, que s¨®lo transigen con la televisi¨®n por amor al s¨¦ptimo arte, por ver lo que necesitan ver sin que lo puedan hacer de otro modo. Hollywood, que a los cin¨¦filos m¨¢s estrictos les parece un McDonald's cinematogr¨¢fico, degeneradamente entregado a satisfacer gustos vulgares, ha tenido un pronto purista y ha decidido tratar como bastarda a toda pel¨ªcula que no respete el canon establecido de ver la luz en pantalla grande y se estrene en Internet.
El primer art¨ªculo del reglamento de los Oscar establece que "se conceder¨¢ anualmente para reconocer logros extraordinarios en largometrajes estrenados en salas cinematogr¨¢ficas". La Academia acaba de subrayar de forma expl¨ªcita que ese monopolio de la pantalla grande deja fuera de los Oscar a todo filme "estrenado por televisi¨®n, televisi¨®n por cable, v¨ªdeo dom¨¦stico e Internet". La Academia niega que tenga prejuicios contra las nuevas tecnolog¨ªas, en particular contra Internet, y Bruce Davis, su director, se pone piel de cordero: "S¨®lo queremos dejar claro que, en la carrera por aplicar las nuevas tecnolog¨ªas, una pel¨ªcula pensada para el cine debe estar atenta para no menoscabar sus posibilidades".
Fen¨®menos nuevos
Doug Scott, vicepresidente de Hollywood Stock Exchange, un sitio de noticias cinematogr¨¢ficas, cree que la Academia "no es precisamente una instituci¨®n abierta al cambio". Y el cambio cabalga en Internet. Es a¨²n pronto para saber c¨®mo va ser, cu¨¢nto va a durar y cu¨¢les van a ser las consecuencias de esa innovaci¨®n, pero ya hay fen¨®menos que no se habr¨ªan producido de no existir Internet: el m¨¢s notable de ellos, la realizaci¨®n de miles de pel¨ªculas para dar contenido a decenas de nuevos sitios de Estados Unidos que s¨®lo ofrecen filmes para ser vistos en el ordenador de casa. Donna Kuyper, directora, guionista y productora de un corto, lo reconoce mientras monta la pel¨ªcula en su ordenador: "Hace un a?o no estar¨ªa haciendo esta pel¨ªcula porque no ten¨ªa d¨®nde darle salida. Pero ahora, cada semana aparece un nuevo sitio en la red para mostrar estas pel¨ªculas".
Esos nuevos sitios -que luchan por llegar a hacerse un lugar bajo el sol, y nada lo har¨ªa mejor que ser asociados al Oscar- ya han elaborado una estrategia para defenderse del repudio de Hollywood. Ifilm, un portal pionero en el magma de Cinernet, y la cadena de salas cinematogr¨¢ficas AMC Entertainment han creado una sociedad para proyectar cortos en una sala de Los ?ngeles y convertir en papel mojado la excomuni¨®n acad¨¦mica. "Lo que queremos es ayudar a los cineastas a que puedan aspirar al Oscar", dice Kevin Wendle, cofundador de Ifilm, que ha invitado a una veintena de compa?¨ªas como la suya a proyectar este mes cortos durante tres d¨ªas seguidos en una sala de pago de Los ?ngeles y cumplir con las exigencias de Hollywood con respecto a los cortometrajes que buscan el Oscar. Salvada la traba burocr¨¢tica planteada por la Academia, el filme volver¨ªa a su canal natural de distribuci¨®n, que es la red.
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