Richard Hamilton afirma que el arte contempor¨¢neo se ha vuelto "acad¨¦mico, sensacionalista y vulgar"

Presente en todo manual de arte contempor¨¢neo que se precie a trav¨¦s del famoso collage titulado ?Qu¨¦ es exactamente lo que hace a los hogares de hoy tan diferentes, tan atractivos?, de 1956, Richard Hamilton es un artista que ha vivido en la propia piel algunas de las mutaciones m¨¢s transcendentes del arte en los ¨²ltimos 50 a?os. Por su relaci¨®n con Marcel Duchamp, el gran fundador, se puede decir que su mirada abarca la evoluci¨®n del arte de todo el siglo XX. A sus 78 a?os, se pasea por el mundo en vaqueros y zapatillas deportivas y se maneja con soltura con las nuevas tecnolog¨ªas, que utiliza para manipular dibujos y fotograf¨ªas. Seg¨²n hamilton, el arte contemporaneo se ha vuelto "acad¨¦mico, sensacionalista y vulgar".

El artista brit¨¢nico, considerado el padre del pop art, pas¨® el jueves por Barcelona para celebrar un aniversario e inaugurar una exposici¨®n. Fue en la Galer¨ªa Eude, de la calle de Consell de Cent, que cumple 25 a?os del mismo modo que se inaugur¨®, con una exhibici¨®n de obra gr¨¢fica de Hamilton. Entre las obras expuestas, algunos ejemplos de sus ¨²ltimos trabajos con retoques digitales, pero tambi¨¦n -por expreso deseo de la propietaria de la galer¨ªa- grabados de la ¨¦poca pop. La selecci¨®n, breve pero heterog¨¦nea, da cuenta de la filosof¨ªa antiestilo de Hamilton: "Creo que fue en una entrevista con un cr¨ªtico de The Guardian en la que dije que nunca hab¨ªa estado interesado en el estilo en s¨ª", y recuerda: "Hay artistas que emplean la primera mitad de su vida en encontrar un estilo y luego se dedican a explotarlo durante la segunda mitad". Poniendo como ejemplo el magisterio del autor de la Fuente, remacha: "No creo que Duchamp tuviera un estilo...".Con una trayectoria un poco al margen del glamour de las grandes figuras del mundo del arte, la obra de Hamilton se ha movido siempre entre la referencia cultista y la cr¨ªtica social. Ah¨ª est¨¢n sus trabajos acerca del Ulises de James Joyce, al lado de obras dedicadas al conflicto de Irlanda del Norte o, por ejemplo, a la pol¨ªtica sanitaria de la ex primera ministra de su pa¨ªs, Margaret Thatcher. De hecho, para descalificar a los J¨®venes Artistas Brit¨¢nicos -Damien Hirst, los hermanos Chapman y compa?¨ªa- s¨®lo le hace falta mentar el pasado de su patrocinador, el publicista Charles Saatchi, quien apoy¨® largamente a la dama de hierro. Otra vez aparece Duchamp: "Estar¨ªa horrorizado con la evoluci¨®n del arte contempor¨¢neo. Se ha vuelto acad¨¦mico, sensacionalista y vulgar. Yo, por mi parte, he renunciado a ¨¦l".

Mercado

"?Es obvio que hay una manipulaci¨®n del mercado cuando se consigue vender una obra de Hirst por un mill¨®n de libras!", exclama. "En todo caso, el m¨¦rito es de Saatchi", dice en referencia a la pol¨¦mica que acompa?a a estos artistas por donde pisan. El ¨²ltimo y m¨¢s sonado ejemplo ha tenido lugar en Nueva York, donde el alcalde Giuliani quiso vetar una exposici¨®n colectiva por obscena. "Quiz¨¢ ser¨ªa mejor que les pagara para que no hicieran nada", contin¨²a, acompa?¨¢ndose de una sonora carcajada.

"En sus obras, Duchamp nunca hubiera sometido a la mujer a la misma indignidad a la que la someten los Chapman", reflexiona, pensando en los maniqu¨ªes mutantes de estos hermanos. "Warhol, Oldenburg, Beuys, Lichtenstein eran artistas interesantes. Las nuevas generaciones, en cambio, no tienen ninguna elegancia pl¨¢stica". ?Reaccionario? "Desde luego, prefiero parecerlo. Pero no creo que lo sea. ?De hecho, los artistas j¨®venes dicen que soy muy bueno con el Photoshop!".