La 'catedral' no pierde la tradici¨®n
Kurnikova, Stevenson, Dokic, las nuevas parejas, las incongruencias y los espa?oles marcan el torneo londinense
El fin de milenio ha tra¨ªdo algunos cambios en el aspecto del All England Club, sede del torneo de tenis de Wimbledon. Un nuevo edificio de corte algo m¨¢s moderno se levanta entre los tradicionales edificios que circundan la pista central y la uno. El viejo Aorangi Park, un gran prado frente a la pista central donde el p¨²blico se sentaba a tomar el t¨¦ o a hacer sus picnics, ha desaparecido. Sin embargo, la catedral mantiene sus tradiciones: los beneficios anuales superan ya los 10.000 millones de pesetas (s¨®lo la BBC paga 3.000 millones anuales por los derechos de televisi¨®n para el Reino Unido); el domingo intermedio, o sea, ayer, sigue siendo fiesta, y los esc¨¢ndalos contin¨²an marcando el desarrollo del torneo en la primera semana. - El caso de Kurnikova. La tenista rusa de 19 a?os sigue acaparando portadas. Este a?o la cosa lleg¨® caliente, puesto que Ana est¨¢ protagonizando una campa?a de publicidad de sujetadores deportivos por la que ha cobrado nada menos que 800 millones de pesetas. Una comunidad musulmana de un barrio londinense pint¨® de blanco las im¨¢genes de la jugadora en sujetador, alegando que era un insulto para sus mujeres. No se metieron con la leyenda: "S¨®lo las bolas deben botar". Kurnikova ha sido noticia por otros motivos: el estreno de la pel¨ªcula Yo, yo mismo e Irene, en la que trabaja junto a Jim Carrey e interpreta el papel de una manager de un hotel con un novio de 65 a?os, un papel que le va que ni pintado. Su novio, el jugador de hockey sobre hielo Sergu¨¦i Federov es mucho mayor que ella y, seg¨²n se asegura, le regal¨® un anillo de compromiso de 27 millones de pesetas. Uno de sus antiguos pretendientes, Pavel Bure, puso el dedo en la llaga cuando afirm¨®: "Hay un viejo presagio ruso que dice: 'Antes de elegir a tu esposa, elige a tu suegra". Deportivamente, sigue en blanco: 75 torneos y cero t¨ªtulos.
- El vestuario, vetado a las madres. Aquello se hab¨ªa convertido en un mercado. Y la direcci¨®n del WTA Tour decidi¨® en marzo que las madres no podr¨ªan entrar en los vestuarios de los grandes torneos. En Wimbledon la medida se aplic¨® a rajatabla. Y la consecuencia fue que personajes habituales, como la madre de Martina Hingis, la de Kurnikova y la de Alexandra Stevenson, desaparecieron de un plumazo del vestuario. "La medida va dirigida a las madres, los entrenadores y los amigos", puntualiz¨® la WTA. "Me disgusta", coment¨® Hingis. "Mi madre es muy importante para m¨ª y me gusta tenerla cerca". Samantha Stevenson se lo tom¨® peor, porque el a?o pasado hab¨ªa afirmado que deb¨ªa proteger a su hija de las lesbianas. Seles no se call¨®: "Creo que el vestuario es para los jugadores. Pensaba as¨ª hace 10 a?os y lo pienso ahora. Es una decisi¨®n acertada".
- El 'caso Stevenson'. El a?o pasado, Alexandra Stevenson fue la revelaci¨®n por llegar a las semifinales del torneo y al descubrirse que su padre era el ex m¨ªtico jugador de baloncesto Julius Erving. Este a?o, a falta de resultados (lleva 7 victorias y 16 derrotas) Stevenson busc¨® el protagonismo en otra parte: el racismo. Acus¨® a las francesas Anne-Gaelle Sidot y Amelie Cocheteux de haberla insultado y de haber agredido a su madre. "Me llamaron trozo de mierda de chica negra". Sidot se defendi¨® y afirm¨® que todo era mentira, excepto que en Estrasburgo tuvo una discusi¨®n con Samantha y le tir¨® el gorro que llevaba en la cabeza. "La madre ha decidido que su hija debe salir en los papeles, y si no es por ganar torneos, busca otros motivos", dijo Sidot. La WTA no sancion¨® a nadie y acept¨® las razones de las dos francesas.
- Damir Dokic. El padre de Jelana Dokic no puede pasar inadvertido. Bast¨® que se diera a conocer una informaci¨®n seg¨²n la cual ¨¦l y su hija hab¨ªan elegido un hotel de segunda categor¨ªa para ahorrar dinero (el torneo paga una cantidad fija por noche), para que apareciera enarbolando una bandera inglesa frente a los periodistas brit¨¢nicos y les dijera: "La reina est¨¢ al lado de la democracia, pero todos los dem¨¢s sois unos fascistas". Del WTA Tour dijo que es una organizaci¨®n criminal y pol¨ªtica. Y concluy¨® rompiendo el tel¨¦fono m¨®vil de un periodista y ofreci¨¦ndole su tarjeta Visa Oro para pag¨¢rselo.
- Las parejas de tenistas. La proliferaci¨®n de parejas entre tenistas es brutal y ha sido muy bien explotada por la prensa amarilla: Agassi-Graf, Norman-Hingis, Malise-Capriati, Clement-Sidot, Hewitt-Clijsters y Huber-Medvedev (que lo dejan y vuelven).
- El torneo. En medio de todas estas pol¨¦micas, el torneo avanza y el descalabro entre los cabezas de serie ha sido tremendo: por segunda vez en la era Open (desde 1968), s¨®lo siete cabezas de serie llegan a la tercera ronda. En octavos hay uno menos: Sampras (1?), Enqvist (9?), Rafter (12?), Henman (8?), Philipusis (10?) y Agassi (2?). En el cuadro femenino, es la primera vez que s¨®lo quedan siete cabezas de serie en la tercera ronda. En octavos siguen las siete. Arantxa (9?) se enfrentar¨¢ hoy a Monica Seles (6?), mientras que Mag¨¹i Serna jugar¨¢ ante la estadounidense Lilia Osterloh (77? mundial). Este descalabro da la raz¨®n a Corretja, Ferrero y Costa, que boicotearon el torneo como protesta por no haber sido nombrados cabezas de serie, a pesar de ser el 10?, el 13? y el 15? de la clasificaci¨®n mundial.
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