Demasiado viejo para aprender solfeo
Si hoy Mozart hubiese intentado con nueve a?os entrar en el conservatorio elemental Pablo Picasso de M¨¢laga, no habr¨ªa podido. Resulta que, aunque hubiese arrasado en las pruebas de acceso, tendr¨ªan prioridad los ni?os de ocho a?os que hubiesen superado el examen. Ya fueran mediocres o hubiesen optado por capricho paterno, Amadeus se quedar¨ªa sin plaza por gracia de la LOGSE.Sustit¨²yase el nombre de Mozart por el de Francisco Rold¨¢n (de ahora en adelante Paquito) y saldr¨¢ una historia real. Paquito no es Mozart. Pero tiene un o¨ªdo excelente. Adora cantar y ha participado en varios concursos de ni?os artistas con buenos resultados, como el Veo Veo de Teresa Rabal. Hace tres meses empez¨® a sentarse delante de un piano, ayudado por el profesor Paco Rodr¨ªguez, que aconsej¨® meter al ni?o en el conservatorio porque ten¨ªa madera.
El mes pasado hizo Paquito las pruebas de acceso al primer curso del conservatorio elemental Pablo Picasso de M¨¢laga. Su madre, Ana Mu?iz, dice que un profesor tras el examen le dijo "en una calificaci¨®n sobre diez, su hijo tendr¨ªa un quince". Quince no, pero entre 122 aspirantes, el ni?o sac¨® la m¨¢xima calificaci¨®n: 9,76. Pero como s¨®lo hab¨ªa 53 plazas y hab¨ªa tantos ni?os de ocho a?os como ¨¦sos con el examen aprobado, Paquito se qued¨® fuera.
El director del conservatorio, que se llama Jorge D¨ªaz y dise?¨® personalmente las pruebas, reconoce que Paquito "demostr¨® mejores cualidades que ninguno y sac¨® muy buena nota". Pero a?ade que la oferta docente de cada a?o viene "determinada por la consejer¨ªa, de acuerdo a la LOGSE y seg¨²n cada centro", y que en este caso se daba "prioridad absoluta" a los ni?os de ocho a?os. La ley fija entre 8 y 14 a?os la edad de acceso a un conservatorio elemental. "Son datos legales. Cualquier otro tipo de consideraci¨®n no nos interesa", a?ade D¨ªaz.
Y es que tras Paquito hay muchas consideraciones. Este ni?o encantador y responsable, que proviene de una familia cuyos cabezas se encuentran en paro, es tutelado por los due?os de una academia de cante y baile que vieron en el ni?o "cualidades excepcionales". Albelda es una academia de barrio llena de fotos de ni?as y ni?os vestidos de flamenco por las paredes. Adolfo Albelda ya ha cursado dos denuncias contra esta "injusta discriminaci¨®n", una en la Consejer¨ªa de Educaci¨®n y otra en el juzgado de guardia.
Dice que el ni?o es "un superdotado y tiene un floreciente porvenir". Porque el se?or Albelda est¨¢ convencido de que Paquito es un Peque?o Ruise?or. Hasta el ni?o dice que su ¨ªdolo es Joselito. Y canta en su tono melismas sobreagudos con buena afinaci¨®n y soltura cuando coge el micr¨®fono delante del cursi decorado de columnas de la academia que regentan Adolfo Albelda y Thomy Montijo.
"Lo he adoptado como un hijo por la situaci¨®n de sus padres, porque es muy cari?oso y porque nadie tiene su tes¨®n y es el mejor o¨ªdo que he visto en mi vida". Y dice la se?ora Mu?iz que acepta la tutela porque no tiene dinero "y le tratan muy bien". Paquito tiene una cuenta bancaria con Albelda que no pueden tocar sus padres.
Y a Paquito se le pregunta qu¨¦ piensa de todo esto. "Que me admitir¨¢n en el conservatorio, pero mejor que no hubiera tanto l¨ªo", dice sonriendo, como un ni?o que es. Un ni?o al que le encanta la m¨²sica, las matem¨¢ticas, el f¨²tbol, estar con sus amigos, y es capaz de asumir cualquier disciplina para alcanzar su sue?o. ?La gloria musical, un hogar estable o sentirse querido? Que hablen los psic¨®logos. Lo cierto es que hoy, en M¨¢laga, hasta Mozart podr¨ªa quedarse sin plaza en un conservatorio. Si encima te llamas Paquito Rold¨¢n, puede que te zurzan.
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