Un segundo que hiela la sangre
El copiloto del cami¨®n, que ya ha salido del hospital, apenas recuerda los instantes previos al accidente
En un segundo se te hiela la sangre. ?sta es la sensaci¨®n descrita por Carlos Asoya Pereira, el copiloto del cami¨®n que ocasion¨® el accidente de Soria, el pasado jueves, en el que murieron 28 personas. El instante que transcurre antes de chocar de frente a 100 kil¨®metros por hora decide la suerte. A Carlos le sali¨® cara y a su amigo y socio, el conductor F¨¦lix Minguela Rodrigo, de 33 a?os, le toc¨® cruz: muri¨® al instante.Chocar de frente a 100 kil¨®metros por hora es lo mismo que chocar a 200 por hora contra un muro de hormig¨®n. A esta opini¨®n, expresada por expertos, debe a?ad¨ªrsele la inercia del peso de varias toneladas de la carga del cami¨®n al chocar con el autob¨²s.
24 horas despu¨¦s del siniestro, Carlos Asoya respira hondo al atravesar la puerta principal del Hospital de Soria. Le han dado el alta y, de momento, es el m¨¢s afortunado de los 11 heridos. Sus familiares m¨¢s cercanos rechazan cualquier contacto; le llevan, casi en volandas, hasta el interior de un coche.
Florencio Garc¨ªa, jefe de medicina cl¨ªnica del hospital, saca por fin una media sonrisa al despedirse de Carlos. "No hemos hablado de nada, de ning¨²n detalle del accidente, nuestra funci¨®n es simplemente mantener el ¨¢nimo y hacer lo posible para mejorar el estado f¨ªsico de los heridos", explica.
A unos 50 kil¨®metros de Soria, la localidad de Cu¨¦llar es un otero rodeado por un mar de trigos. All¨ª, en el domicilio de F¨¦lix Minguela, su viuda y algunos familiares muy cercanos han cerrado las puertas de casa a cal y canto. No responden a las llamadas por tel¨¦fono, ni tampoco contesta nadie al otro lado del hilo en la sede social de la empresa de transportes de Minguela, situada en Aranda de Duero. En la calle, junto al domicilio de los Minguela, un grupo de mujeres, que ha salido a la compra, habla con susurros y disimulo. "C¨®mo no voy a conocerles, son ¨ªntimos amigos m¨ªos, son amigos de todo el pueblo, una gente ejemplar", explica una de las mujeres, Rosaura, para distraer la insistencia de los informadores. Cu¨¦llar es un pueblo de varios cientos de habitantes, casi escondido tras un quebrado que hay despu¨¦s de atravesar Burgo de Osma, en la misma N-122 en la que se produjo el accidente. Alrededor del pueblo, campos y pedregales. Y tambi¨¦n acequias que le han robado el agua al Duero para regar los p¨¢ramos.
En el momento del impacto, el copiloto del cami¨®n not¨® que una fuerza rugosa se lo llevaba hacia atr¨¢s. Fue un golpe seco seguido de un interminable rasgu?o de metales y cristales. Despu¨¦s un amasijo salpicado de heridos y cuerpos mutilados. El cami¨®n al chocar de frente con el autocar se dirig¨ªa a la entrada sur de Soria. La cabina en la que estaban F¨¦lix y Carlos miraba al Moncayo. Al murmullo de la Laguna Negra y a los meandros que deshielan el Urbi¨®n.
Santa B¨¢rbara es un altozano desde el que se divisa buena parte de Soria, la ciudad por donde traza el duero su curva de ballesta. Uno de los extremos del distrito es casi un balc¨®n desde el que se adivina la alameda sobre el Duero a una distancia de menos de dos kil¨®metros. M¨¢s abajo, en el casco hist¨®rico de Soria, ayer no fue un d¨ªa normal. En las tiendas, en los bares, en los mercados, todos hablaban de lo mismo, del accidente. Entre las declaraciones institucionales se mezclaban las opiniones de los ciudadanos. Uno de ellos, Fernando Arrabal, olvid¨® su cl¨¢sico malditismo provinciano al se?alar: "La muerte es una parte de la vida; y yo estoy con los familiares y con el dolor".
El cuerpo sin vida de F¨¦lix Minguela fue trasladado a la morgue y despu¨¦s al estadio de Los Pajaritos junto a otros 23 cad¨¢veres. Entre el jueves por la tarde y la noche del viernes el estadio de f¨²tbol de Soria ha sido un habit¨¢culo de dolor inconsolable.
El segundo antes del choque fue para el conductor de autob¨²s, Fernando Alcarazo Lorenzo, el de la mala suerte. Fernando muri¨® en el acto al igual que F¨¦lix. El veh¨ªculo industrial invadi¨® al parecer la calzada contraria y, a criterio de los expertos, circulaba demasiado r¨¢pido; el propio ministro del Interior, Jaime Mayor, dijo ayer que se baraja "la hip¨®tesis de una velocidad m¨¢s alta de lo normal".
En el autocar, junto al conductor F¨¦lix Minguela, viajaba Purificaci¨®n Moncloba Nieto. Tras la brutal colisi¨®n, apareci¨® atrapada en un amasijo de metales. Tras los primeros auxilios, Purificaci¨®n fue trasladada, sin pasar por el hospital de Soria, al Hospital Cl¨ªnico de Zaragoza. Padece una fractura de pe?asco izquierdo y fractura de pubis, c¨²bito y radio izquierdos. Adem¨¢s, en el parte m¨¦dico figura tambi¨¦n una luxaci¨®n de primer grado en el metacarpiano derecho. El pron¨®stico es muy grave.
En los pasadizos y antesalas del Hospital de Soria los familiares de los heridos esperan ansiosamente los partes m¨¦dicos. La madre de Silvia Bard¨®n Monmany, que padece fractura de f¨¦mur, pelvis y h¨²mero, no recuerda haber visto nunca al conductor del autob¨²s ni a nadie de su empresa.
Lo cierto es que la empresa de autobuses que transportaba a los colegiales -Viajes Granada- es conocida precisamente en las escuelas de Ripollet y Viladecans que organizaron las colonias. Luis Romero y Fernando Pascual, el padre y el t¨ªo de otra de las heridas, Zoila Romero Pascual, subrayan por su parte que el autocar estaba "en perfectas condiciones, ya que es nuevo y tiene m¨¢s o menos un a?o de rodaje". Asimismo, los Romero Pascual destacaban especialmente que el conductor fallecido era un excelente profesional.
F¨¦lix Minguela fue enterrado ayer en la parroquia de San Andr¨¦s de Cu¨¦llar (Segovia). Cerca de un millar de vecinos acudieron a dar el p¨¦same a sus familiares.
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