"Es evident¨ªsima la existencia de una realidad metropolitana en Barcelona"
Lleva un a?o sentado en los bancos de la oposici¨®n en el Ayuntamiento de Barcelona. Joaquim Molins es presidente del grupo municipal de CiU. Se trata de un zorro viejo de la pol¨ªtica, ha formado parte del Gobierno catal¨¢n como titular de Pol¨ªtica Territorial y en la ¨²ltima etapa, antes de encabezar la lista de CiU por Barcelona, era el jefe de filas del grupo parlamentario de los nacionalistas catalanes en el Congreso. Tras un a?o en el Ayuntamiento, no es muy optimista.Pregunta. ?Qu¨¦ balance hace despu¨¦s del primer a?o?
Respuesta. No hemos mejorado las condiciones de vida de los ciudadanos e incluso en algunos casos se ha ido a peor. Continuamos con un instrumento urban¨ªstico -el Plan General Metropolitano- que ha quedado desfasado. Por el contrario, lo m¨¢s positivo ha sido la aprobaci¨®n del proyecto del nuevo Poblenou, del 22@. Ser¨¢ un espacio que podr¨¢ ser bien desarrollado a pesar de la falta de inversi¨®n p¨²blica. Barcelona deja, otra vez, el urbanismo al libre impulso de las fuerzas de mercado. No lo orienta, y creo que eso no es bueno.
P. ?Deber¨ªa hacerlo?
R. Las administraciones pueden actuar de dos formas: dise?ando los proyectos urban¨ªsticos, dibuj¨¢ndolos o actuando con inversi¨®n p¨²blica. Creemos que en el 22@ falta la iniciativa p¨²blica. De todas formas es lo mejor que ha pasado durante este primer a?o junto a la aprobaci¨®n del territorio que ocupar¨¢ el F¨°rum 2004.
P. ?No le gusta el Plan General Metropolitano?
R. Es un instrumento concebido hace 30 a?os y la ciudad ha cambiado profundamente. Necesitamos un nuevo documento urban¨ªstico, unas nuevas reglas del juego. Nadie sabe hoy qu¨¦ han significado las 120 modificaciones del plan. No se sabe cu¨¢les son las necesidades de la ciudad de hoy. La Barcelona de los setenta, cuando se inici¨® la planificaci¨®n, ten¨ªa 1,8 millones de habitantes y ahora tiene 1,3 millones. Estamos en una ciudad que casi ha agotado todo su espacio f¨ªsico. Hace falta un nuevo documento para asentar el urbanismo. No vale hacerlo poco a poco y con parches como se est¨¢ haciendo.
P. ?C¨®mo valora la acci¨®n del gobierno municipal?
R. En un a?o se han producido conflictos que han deteriorado las condiciones de vida. El m¨¢s llamativo ha sido el de la Guardia Urbana. Al margen del problema laboral, hace mucho tiempo que el cuerpo no funciona. No est¨¢ bien dimensionado. En 1987 hab¨ªa 3.600 guardias y ahora, 2.500. S¨®lo hay una explicaci¨®n: disminuir costes. La falta de guardias deteriora la convivencia en el espacio urbano. Por ejemplo, antes, cuando un sem¨¢foro se pon¨ªa en ¨¢mbar, se frenaba, ahora no. En Madrid se hablaba del "golpe del catal¨¢n", que era el accidente que se produc¨ªa cuando alguien frenaba ante un disco en ¨¢mbar. La ausencia de urbanos deseduca. Ahora en la Diagonal, en todas partes, se gira hacia todos los lados. Es la consecuencia de primar el coste en un Ayuntamiento que se hab¨ªa desbocado, tal vez por los Juegos.
P. ?No ver¨¢ usted las cosas m¨¢s negras por estar en la oposici¨®n?
R. Es que en todo lo que implica calidad de vida de las personas hemos ido hacia atr¨¢s: en movilidad, en disciplina urban¨ªstica y urbana, en la ocupaci¨®n del espacio p¨²blico, en los ruidos y en la limpieza. En este sentido, no ha sido un buen a?o. Econ¨®micamente ha ido bien, como todas las econom¨ªas que nos rodean, aunque Barcelona est¨¢ dejando de ser el motor y va a remolque. Antes crec¨ªa m¨¢s que la media de Catalu?a.
P. ?Se puede hablar de la actividad econ¨®mica de la ciudad, aislada de su entorno metropolitano?
R. Los estudios demuestran que lo que se entend¨ªa como ¨¢reas metropolitanas, medido por el desplazamiento de la gente a trabajar, no s¨®lo supera los limites administrativos, sino que va m¨¢s all¨¢ de la regi¨®n metropolitana de los a?os setenta . El impacto de los trenes de alta velocidad, que sit¨²an Girona y Tarragona a 20 minutos de Barcelona, producir¨¢ un continuo urbano, sobre todo en la franja litoral. Es evident¨ªsima la existencia de una realidad metropolitana que hoy ya es, como m¨ªnimo, la regi¨®n primera -hasta el Garraf y el Maresme-. Caben dudas sobre si incluir en ella Osona y Bages. Pero tenemos que trabajar con una realidad administrativa que hay que tener en cuenta. Que la gente se vaya a vivir a 15 kil¨®metros, para Barcelona no es bueno. La ciudad tiene que buscar soluciones. No es bueno que la poblaci¨®n envejezca porque los j¨®venes son menos y, adem¨¢s, se van. La vivienda debe ligarse a la calidad de vida. En el Eixample hay 70.000 pisos vac¨ªos y en cambio se encarece el precio de alquiler y de venta. No est¨¢n vacios; en realidad est¨¢n ocupados por la inmigraci¨®n porque los propietarios los alquilan en negro a extranjeros. Modifiquemos el sistema impositivo del IBI para dificultarlo.
P. Hablando de vivienda, ?qu¨¦ opini¨®n le merece destinar el suelo de equipamientos a pisos de alquiler para j¨®venes?
R. No nos oponemos, aunque hacemos un discurso cr¨ªtico. Pero el problema es general: no lleva a nada parchear el Plan General Metropolitano. El propio plan incluye posibilidades mucho mayores para lograr viviendas para j¨®venes que la utilizaci¨®n del suelo de equipamientos. Lo que habr¨ªa que hacer es dedicar el 10% del suelo que cede el promotor a vivienda. Esto supone entre 10.000 y 12.000 millones de pesetas anuales.
P. Volviendo a la disgregaci¨®n administrativa, ?no dificulta esto la gesti¨®n conjunta en muchas ¨¢reas?
R. Es verdad que la dimensi¨®n condiciona la soluci¨®n del problema. Los dos asuntos m¨¢s importantes en Barcelona son el urban¨ªstico y el de la movilidad. Pero en estas cuestiones, la autoridad es supramunicipal y no est¨¢ condicionada por la autoridad local. Cuando desapareci¨® la Corporaci¨®n Metropolitana, se crearon suced¨¢neos como la Autoridad del Transporte. Se puede discutir si en transporte se invierte lo suficiente, pero la ATM existe. Otra cosa es si la Generalitat debe invertir m¨¢s en metro o en trenes. En transporte, la planificaci¨®n que se est¨¢ realizando ¨²ltimamente ser¨¢ positiva. La l¨ªnea 9 del metro dar¨¢ m¨¢s operatividad a toda la red y potenciar¨¢ la utilizaci¨®n del suburbano. Pero se debe dar m¨¢s atenci¨®n al transporte de superficie.
P. El AVE, ?llegar¨¢ en 2004?
R. Creo que el proyecto de una doble entrada, en Sants y la Sagrera, es bueno y realza la importancia de enlazar el tren con los aeropuertos. Lo que ser¨ªa un drama es que por la doble entrada no tengamos el AVE en 2004, porque Barcelona perder¨ªa impulso. Lo que puede acabar ocurriendo es que llegue a Sants en 2004 y que la Sagrera tambi¨¦n est¨¦ lista entonces. Pero desconfio de que est¨¦ acabado el t¨²nel de la frontera francesa, y es una de las cosas m¨¢s importantes para nosotros. Francia ya tiene el ancho europeo, pero nosotros no. Con el t¨²nel podremos ir a 220 kil¨®metros en vez de a 350 en el tramo entre Montpellier y Perpi?¨¢n. Pero nuestro problema es que no podemos llegar porque el ancho es diferente.
P. ?C¨®mo van las relaciones con el equipo de gobierno?
R. Todo es nuevo, incluido el equipo. Todav¨ªa no se ha definido ni el tipo de relaciones entre los socios del gobierno ni con la oposici¨®n. Por ejemplo, del pacto del alcalde con el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, sus socios, Imma Mayol y Jordi Portabella, se enteraron al mismo tiempo que yo; y se trata de algo propio de las ¨¢reas que gestionan. Lo mismo ocurri¨® con Santiago Fisas, y eso que intervino para lograr el acuerdo. Creo que no han encontrado la forma de relacionarse ni siquiera con el PSC. Es comprensible en parte: ha sido un a?o con dos convocatorias electorales.
P. ?Cree que es prepotencia?
R. Yo creo que lo que ocurre es que no saben qui¨¦n manda.
P. Se habla de un triunvirato.
R. S¨ª, pero no es como el de Jordi y Pujol y Soley.
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/K4JJR3RNG37KKO263NWT6ROTUY.jpg?auth=fd95708cdd711ff226a63e37241965f4c29311bd5c7af550e51ba609ffac7a98&width=414)
"Nos cuesta penetrar en la ciudad"
La pol¨ªtica municipal es bastante plana. En muchas ocasiones parece que la verdadera oposici¨®n al gobierno del alcalde, el socialista Joan Clos, est¨¢ en manos del movimiento vecinal.Molins lo ve de otra forma: "No es as¨ª. Nosotros hemos encabezado varios de los movimientos de oposici¨®n a proyectos que consideramos especulativos, como el Bar?a 2000. Luego los vecinos se movilizaron. De todas formas, yo creo que es bueno que la gente vigile. Adem¨¢s, estoy seguro de que una de las cosas que est¨¢n provocando el malestar de los ciudadanos es que ahora no se les escucha. En eso los socialistas ten¨ªan buena mano. En cambio, nosotros tenemos dificultades para penetrar en el tejido capilar de la sociedad. A nuestro partido, est¨¢ claro que le cuesta, se vio con el mal resultado de las elecciones municipales, donde nuestro electorado dej¨® de votarnos, y algo parecido ocurri¨® en las auton¨®micas. Seguramente no acertamos el tipo de mensaje o la campa?a fue err¨®nea. Pero tenemos que buscar las razones de por qu¨¦ hemos perdido tanta pistonada en las grandes ciudades y particularmente en Barcelona . Tenemos que mejorar la capacidad de transmitir y de estar en contacto con la gente. Ahora estamos trabajando en la organizaci¨®n de los distritos y en el contacto con la sociedad civil. Si hemos perdido pistonada es porque no conectamos con los problema reales de la gente. Parece que no tenemos la imagen de tener la soluci¨®n a los problemas, al contrario de lo que le sucede a los socialistas en las grandes ciudades".
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