Carod logra el aval para pactar con CiU con un severo voto de castigo
El 34% de la militancia de ERC rechaz¨® ayer el posible acuerdo
El secretario general de Esquerra Republicana, Josep Llu¨ªs Carod, logr¨® ayer el aval de los militantes para tratar de buscar un pacto con Converg¨¨ncia i Uni¨®, pero tuvo que apechar con un severo voto de castigo. El documento que la c¨²pula de ERC present¨® ante la tercera conferencia del partido, que se celebr¨® ayer en Manresa (Bages), s¨®lo logr¨® el respaldo del 61% de los asistentes. Por el contrario, un militante de base, Josep Pinyol, puso contra las cuerdas a la direcci¨®n con una enmienda a la totalidad rechazada en el ¨²ltimo momento.
Correcciones posteriores
La conferencia de ERC, en la que pod¨ªan participar todos los militantes del partido con la ¨²nica condici¨®n de preinscribirse antes, certific¨® que el periodo de gracia concedido a Carod tras la turbulenta salida de ?ngel Colom y Pilar Rahola llega a su fin.El documento aprobado ayer en Manresa, ERC, referent de la Catalunya activa, incluye un mandato expl¨ªcito a la direcci¨®n para que tras el verano haga llegar a CiU una propuesta formal de pacto. La ponencia se propone "plantear una propuesta de acuerdo de gobierno con CiU para la mejora del bienestar y el autogobierno, que libre a la pol¨ªtica catalana de la hipoteca condicionante del PP y de los intereses de los sectores conservadores de la coalici¨®n". El texto a?ade que la propuesta deber¨¢ ser negociada a partir de los postulados electorales de ERC concretados en un programa m¨ªnimo de gobierno "realista y comprensible". Asimismo, se?ala que un eventual acuerdo de gobierno deber¨¢ ser ratificado por dos tercios del consejo nacional de Esquerra.
Tanta concreci¨®n en las fechas y objetivos -ofrecer tras el verano un pacto a CiU- no figuraban inicialmente en el borrador de la ponencia, coordinada por Carles Bonet, vicesecretario del partido. Fue el propio Carod quien, a modo de conclusi¨®n, los introdujo en el texto, pero utilizando un mecanismo que enfureci¨® a no pocos militantes: el punto de la propuesta que aboga expl¨ªcitamente por buscar un pacto con CiU no pudo enmendarse ni someterse a votaci¨®n por separado porque no formaba parte del documento original. Es decir, si los militantes se opon¨ªan a este apartado deb¨ªan votar en contra de todo el documento y, por tanto, en contra de toda la direcci¨®n.Esta disyuntiva aliment¨® ayer las expectativas de un peque?o n¨²cleo de militantes de base, encabezado por Josep Pinyol, afiliado en Cornell¨¤ (Baix Llobregat). Este ex militante socialista en los a?os setenta y despu¨¦s estrecho colaborador de Carles Bonet defendi¨® una ponencia alternativa que puso contra las cuerdas a la direcci¨®n: s¨®lo el 52% de los asistentes la rechaz¨®.
El texto de Pinyol pretend¨ªa subrayar el perfil de izquierdas de Esquerra y evitar un acercamiento a CiU. En su intervenci¨®n, este militante se expres¨® en t¨¦rminos duros: asegur¨® que la ponencia "abandona la equidistancia, decanta a ERC hacia la derecha y rompe el discurso de la izquierda nacional". "?Con este texto, ERC vuelve a los tiempos de Hortal¨¤!", exclam¨®, en referencia al ex secretario del partido, actualmente militante de Converg¨¨ncia Democr¨¤tica y presidente de la Bolsa de Barcelona.
La enmienda tuvo un respaldo muy superior al esperado, teniendo en cuenta que Pinyol es un militante de base, que la direcci¨®n en pleno vot¨® en contra y que la votaci¨®n se hizo a mano alzada. Pese a ello, el 34% de los asistentes la secund¨®, el 14% vot¨® en blanco y fue rechazada por el 52%. "?Qu¨¦ habr¨ªa sucedido si la enmienda hubiera sido defendida por un capit¨¢n en lugar de por un soldado raso?", se preguntaba ret¨®ricamente un miembro del consejo nacional que respald¨® la enmienda a la totalidad.
La conferencia de Manresa evidencia que la paz interna parece llegar a su fin
La c¨²pula de Esquerra Republicana logr¨® ampliar su apoyo en la votaci¨®n del documento oficial, pero aun as¨ª recibi¨® un severo voto de castigo. La ponencia de la direcci¨®n fue aprobada con el 61% de los sufragios. El 21% vot¨® en contra y el 18% opt¨® por el voto en blanco. No obstante, los resultados arrojan que buena parte de los cr¨ªticos ya se hab¨ªan marchado en el momento de votar la ponencia oficial, mientras que los militantes proclives a la direcci¨®n se mantuvieron en el recinto: 230 personas votaron contra la enmienda a la totalidad presentada por Pinyol y 227 aprobaron dos horas despu¨¦s el documento presentado por la direcci¨®n.El desarrollo de la conferencia nacional de ayer en Manresa evidencia que el periodo de gracia concedido a Carod cuando fue elegido secretario general en noviembre de 1996 ha finalizado. La grave crisis provocada por la escisi¨®n encabezada por ?ngel Colom y Pilar Rahola favoreci¨® un pacto entre todas las familias de ERC y el inicio de un periodo excepcional de paz interna que parece estar llegando a su fin.
Las votaciones de ayer contrastan con el resultado de la segunda conferencia nacional de ERC, que se celebr¨® en 1997 para fijar la controvertida estrategia de la equidistancia. En aquella ocasi¨®n, la ponencia oficial tuvo el apoyo del 86% de los asistentes y la enmienda a la totalidad, que propugnaba una alianza con la izquierda, se qued¨® ¨²nicamente en el 5%.
El voto de castigo de ayer certifica una divisi¨®n interna que ha ido aflorando al finalizar el ¨²ltimo ciclo electoral, aunque los nuevos contornos todav¨ªa no est¨¢n definidos. Ernest Benach, un estrecho colaborador de Carod, fue elegido el pasado mes de abril vicesecretario general con el apoyo de poco m¨¢s del 50% del consejo nacional. Poco despu¨¦s, en junio, David Minoves, hombre pr¨®ximo a Joan Puigcerc¨®s, fue desplazado de la direcci¨®n del partido en Barcelona y el nuevo l¨ªder, Rafel Niub¨®, cosech¨® s¨®lo el 53% de los sufragios.
El amago de divisi¨®n a causa de la pol¨ªtica de alianzas ven¨ªa siendo anunciado desde que el partido opt¨® por la equidistancia. No obstante, lo que nadie hab¨ªa previsto es que esta confrontaci¨®n se expresara sin que ERC tuviera al menos sobre la mesa una propuesta concreta de pacto de gobierno.
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