La peor jugada de Berlusconi
El l¨ªder de Forza Italia pierde popularidad tras sus cr¨ªticas al seleccionador de f¨²tbol
El f¨²tbol es un tema demasiado serio para dejarlo en manos de los pol¨ªticos. Al menos cuando se vive en Italia. ?sta es la primera conclusi¨®n a la que podr¨ªa llegar un observador extranjero a la vista de las encuestas de opini¨®n que han colocado a tres de cada cuatro italianos en contra de Silvio Berlusconi, l¨ªder populista como pocos, tras el sonado lance de sus cr¨ªticas al seleccionador nacional de f¨²tbol, Dino Zoff.Quiz¨¢s los comentarios del que se perfila como el pr¨®ximo primer ministro italiano, que el lunes pasado puso en duda la inteligencia del seleccionador y recurri¨® al t¨¦rmino "indigna" para describir su estrategia deportiva, no habr¨ªan dado tanto que hablar si Zoff no hubiera respondido contra todo pron¨®stico con una dimisi¨®n. Pero as¨ª ha sido. Y Berlusconi, que lanz¨® su anatema convencido de interpretar una vez m¨¢s el "sentimiento nacional" de desolaci¨®n por la p¨¦rdida del t¨ªtulo de campeones de Europa de f¨²tbol, medita ahora en su villa de Arcore c¨®mo remontar la ola de condena y entrar de nuevo en sinton¨ªa con los italianos.
M¨¢s de un polit¨®logo se pregunta c¨®mo ha podido dar este paso en falso, marc¨¢ndose un autogol de consecuencias menores, s¨ª, pero, en todo caso, desagradables. La lista de personalidades que han censurado su conducta es interminable: va desde el presidente de la Comisi¨®n Europea, Romano Prodi, siempre atento en Bruselas a la actualidad italiana, al cardenal Ersilio Tonini, pasando por todos los l¨ªderes pol¨ªticos del pa¨ªs, alg¨²n hombre de negocios y no pocos intelectuales.
No es desde luego el primer pol¨ªtico que se va de la lengua hablando de f¨²tbol. El ex primer ministro Massimo d'Alema tuvo una amarga experiencia de este tipo cuando se le ocurri¨® comentar en un programa de radio que a la Juventus la ayudaban los ¨¢rbitros. Las reacciones, especialmente en Tur¨ªn, fueron contundentes y D'Alema tuvo que disculparse discretamente. Pero el Cavaliere se precia de ser uno de los m¨¢s agudos int¨¦rpretes de la psicolog¨ªa calcistica italiana. ?C¨®mo puede haberse equivocado? Hay explicaciones para todos los gustos.
La oposici¨®n pol¨ªtica, que se ha sumado diligente a la ola de cr¨ªticas contra la peligrosa verbosidad del l¨ªder de centro-derecha, ha llegado a argumentar que Berlusconi ha atacado a Zoff porque el seleccionador es de izquierdas. Para mayor precisi¨®n, Massimo Mauro, antiguo jugador de la Juventus, hoy diputado del principal partido del Gobierno, Dem¨®cratas de Izquierda, ha ofrecido algunos datos sabrosos del trasfondo pol¨ªtico que tuvo la elecci¨®n de Zoff como sustituto de Cesare Maldini en 1998. Seg¨²n Mauro, que ha intentado despu¨¦s desmentir sus palabras, en realidad fue el actual dirigente de su partido, Walter Veltroni, el que sugiri¨® amablemente al presidente de la Federaci¨®n Italiana de F¨²tbol, Luciano Nizzola, el nombre de Dino Zoff. Un hombre serio, formal, de origen campesino, austero y nada comunicativo, que adem¨¢s votaba a la izquierda. El Cavaliere, tipo vengativo, habr¨ªa centrado el objetivo, y el mismo lunes, con la derrota de Rotterdam todav¨ªa caliente, se habr¨ªa lanzado a tumba abierta contra el seleccionador.
Los colaboradores de Berlusconi han suministrado otras explicaciones. La tesis general es que el l¨ªder de la oposici¨®n es un verdadero apasionado del calcio y como tal ha reaccionado, sin encomendarse a los sondeos. En primer lugar, dicen, Berlusconi cree que Zoff est¨¢ demasiado ligado a la Juventus e intent¨® salvaguardar los intereses de ese equipo permitiendo jugar a Alex del Piero. Pero adem¨¢s hay quien reconoce resignado: "El Cavaliere es as¨ª". Toda su vida ha sido un hincha del f¨²tbol, como lo demuestra el hecho de que haya dedicado sumas fabulosas a su equipo, el Mil¨¢n, y que su lenguaje pol¨ªtico est¨¦ plagado de t¨¦rminos futbol¨ªsticos.
Hay quien apunta la posibilidad de que Berlusconi no se haya equivocado tanto y duda de la sinceridad de los ciudadanos a la hora de responder a las encuestas. En todo caso, conviene recordar que el l¨ªder del centro-derecha lleg¨® a formar un equipo en su juventud, en el que era jugador y entrenador al mismo tiempo. Y seguramente lo recuerda con nostalgia.
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