El presidente Mbeki culpa a la extrema pobreza de la epidemia de sida en ?frica
El l¨ªder surafricano evita la pol¨¦mica sobre la causa del mal al inaugurar la reuni¨®n de Durban
ENVIADA ESPECIALEl sida es una m¨¢s de las enfermedades que castigan a ?frica debido a la extrema pobreza en la que est¨¢ sumido todo el continente. ?ste fue el esquema central del discurso de apertura de la XIII Conferencia Internacional del Sida que el presidente Thabo Mbeki ofreci¨® anoche ante un auditorio de m¨¢s de 20.000 personas. En una ceremonia impecable con todo tipo de efectos sonoros y luminosos, Mbeki eludi¨® la controversia suscitada por ¨¦l mismo al poner en duda que la causa del sida sea el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
Mbeki dijo estar abierto a todas las teor¨ªas y tratamientos. Incluso mencion¨® los medicamentos antirretrovirales, pero ni siquiera cuestion¨® su precio. El problema, insisti¨®, es la pobreza, madre de todas las enfermedades."Estamos buscando respuestas", dijo Thabo Mbeki. "Eminentes cient¨ªficos se han prestado a buscarlas para nosotros y a¨²n trabajan en ello. Esperamos que este importante trabajo nos ayude a obtener mejores resultados en t¨¦rminos de salvar vidas y en mejorar la vida de millones de personas. Nosotros, como africanos, debemos hablar franca y honestamente, con suficiente tolerancia para respetar los puntos de vista de todos, con suficiente tolerancia para admitir que todas las voces sean escuchadas".
Pero la cuesti¨®n del sida y las controversias surgidas sobre esta pandemia quedaron ayer muy minimizadas en el discurso de Mbeki. Record¨® el presidente surafricano que ya en 1995 la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS)clasific¨® la extrema pobreza como la causa de millones de muertes y de sufrimiento. "La pobreza es la raz¨®n m¨¢s importante de que los ni?os no est¨¦n vacunados, porque no hay agua potable y porque no se dispone de medicinas. La pobreza es la m¨¢s importante causa de las enfermedades mentales, del suicidio, de la desintegraci¨®n de la familia y del abuso de drogas. Cada a?o mueren en los pa¨ªses en desarrollo 12,2 millones de ni?os menores de cinco a?os, la mayor¨ªa de ellos por enfermedades evitables".
El presidente surafricano record¨® que, ya seg¨²n aquellas predicciones de la OMS, en algunos de los pa¨ªses m¨¢s pobres, la esperanza de vida caer¨ªa para el a?o 2000 a 42 a?os, frente a los 79 de los pa¨ªses ricos y que este abismo entre ricos y pobres seguir¨ªa en aumento. Y sobre el sida record¨®: "La mitad de las personas infectadas de sida tienen menos de 25 a?os".
Ahora, subray¨®, en el a?o 2000, la realidad es peor de lo que contaban aquellas predicciones. Y no s¨®lo debido al sida. Habl¨® del c¨®lera, de la malaria, de la hepatitis, de la tuberculosis, de las infecciones respiratorias, la malnutrici¨®n y las enfermedades ven¨¦reas. "Ya no nos quedan defensas naturales", dijo Mbeki. "Tenemos el sistema inmunol¨®gico peor que los ciudadanos de los pa¨ªses ricos".
Mbeki se defendi¨® de los que le acusan por no administrar los f¨¢rmacos antirretrovirales a la poblaci¨®n asegurando que est¨¢ siguiendo los consejos que entonces hizo la OMS: prevenir la pandemia repartiendo preservativos dentro de una amplia campa?a de sexo seguro, buscar una respuesta social al drama de los millones de ni?os hu¨¦rfanos y adultos infectados, contribuir a la b¨²squeda de una vacuna, seguir investigando en f¨¢rmacos antirretrovirales y, sobre todo, de nuevo, luchar contra la pobreza de su pa¨ªs. Porque, a?adi¨®: "Para muchos, la posibilidad de prolongar la vida es m¨¢s un castigo que un regalo"
Las palabras de Mbeki fueron acogidas con cierta frialdad, si bien en esta ocasi¨®n no hubo las ya tradicionales protestas de organizaciones de lucha contra el sida como la estadounidense Act-Up. Frente a la algarab¨ªa previa de la manifestaci¨®n por el abaratamiento de las medicinas antirretrovirales, la ceremonia se desarroll¨® con una espectacularidad propia de la inauguraci¨®n de unos juegos ol¨ªmpicos que dej¨® poco espacio a la improvisaci¨®n.
En el escenario hubo coros de hasta 800 personas y los v¨ªdeos y mensajes exhibidos machaconamente se refer¨ªan al lema de la reuni¨®n Romper el silencio.
Este llamamiento cobra especial significado en un pa¨ªs en el que la ciudadan¨ªa negra ten¨ªa por costumbre no hablar jam¨¢s de sexo hasta hace muy poco. Como recordaba estos d¨ªas la prensa local, el anterior presidente de la Rep¨²blica, Nelson Mandela, cit¨® por primera vez al sida en 1997 en una reuni¨®n de la ONU.
"El silencio ha estado demasiado tiempo entre nosotros", dijo el presidente de esta conferencia Hoosen Coovadia. Y, finalmente, se oyeron las voces de los ni?os, las m¨¢s vulnerables v¨ªctimas de la epidemia del sida, como la de Nkosi Johnson, de once a?os, que p¨²blicamente declar¨® sufrir el sida y confiar en el futuro.
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