M¨¢xima presi¨®n

El primer ministro israel¨ª ha sorteado, por siete votos, la moci¨®n de censura contra su Gobierno discutida pr¨¢cticamente ante las escalerillas del avi¨®n que le lleva a Washington para intentar una vez m¨¢s hacer la paz con Arafat bajo los auspicios de Clinton. Pero Ehud Barak, si bien con el apoyo popular que reflejan los sondeos de opini¨®n, llega a la cumbre de Camp David lastrado por la ebullici¨®n del Parlamento israel¨ª y el desorden en su compleja coalici¨®n gobernante. Para a?adir m¨¢s drama a los proleg¨®menos de la negociaci¨®n, el presidente Weizman formaliz¨® ayer su anunciada dimisi¨®n, tres a?os antes de tiempo, al verse involucrado en un esc¨¢ndalo financiero.La presi¨®n previa a una cumbre que se presume decisiva es formidable en Israel. Da una imagen fiel el hecho de que con el jefe del Gobierno no viaje su ministro de Exteriores, David Levy, en protesta por lo que considera ambig¨¹edad de Barak a prop¨®sito de eventuales concesiones a los palestinos. En las ¨²ltimas 48 horas han dimitido seis ministros y tres partidos de la coalici¨®n gobernante -ultraortodoxos, derechistas y nacionalistas- han abandonado a Barak, priv¨¢ndole de la mayor¨ªa parlamentaria. El argumento es su temor a la cesi¨®n de tierras. Un desplante simult¨¢neo en tantos frentes, que pone en duda la continuidad del primer ministro, no es la condici¨®n ¨®ptima para acudir a una cita bajo el s¨ªndrome de lo toma o lo deja.

Cualquier soluci¨®n duradera al conflicto ha venido difiri¨¦ndose durante los ¨²ltimos siete a?os. Por eso son tan escasas las expectativas ante la reuni¨®n que hoy comienza, en la que ambos bandos intentan zanjar las cuestiones m¨¢s enquistadas: desde sus fronteras mutuas hasta la suerte de los colonos israel¨ªes, pasando por el estatuto de Jerusal¨¦n o la cuesti¨®n de los tres millones y medio de refugiados palestinos. Arafat, tambi¨¦n bajo intensa presi¨®n, maneja intermitentemente en los ¨²ltimos tiempos la amenaza de la inminente proclamaci¨®n unilateral del Estado palestino.

Este Camp David 2, ¨²ltima tentativa de Clinton para hacer una de las paces m¨¢s deseadas del planeta, arranca en precario. Est¨¢ por ver qu¨¦ est¨¢ dispuesto a sacrificar Barak, que ha hablado a los suyos del momento en que han de adoptarse decisiones dolorosas, y con cu¨¢les de sus proclamadas metas se conforma el l¨ªder palestino. Lo m¨¢s peligroso que podr¨ªa suceder en Maryland, una reuni¨®n sin calendario, es que concluya con otro arreglo interino, una nueva declaraci¨®n de principios que deje una vez m¨¢s sin resolver los aspectos clave de la explosiva convivencia entre israel¨ªes y palestinos.