El servidor p¨²blico
Ahora que domina lo privado, el individualismo, es bueno tener la oportunidad de recordar que un Estado no funciona bien si no lo hacen sus servidores p¨²blicos. Esta oportunidad llega hoy cuando se jubila como gobernador del Banco de Espa?a Luis ?ngel Rojo. Despu¨¦s de tres d¨¦cadas en dicha instituci¨®n, se puede hacer un balance ¨®ptimo de quien ha encarnado como pocos el trabajo por el inter¨¦s general.Como director del Servicio de Estudios del Banco de Espa?a (1971-1988), Rojo convirti¨® a ese organismo en uno de los m¨¢s importantes de su g¨¦nero, en Espa?a y en nuestro entorno. A su alrededor convoc¨® al mejor equipo de investigaci¨®n econ¨®mica que ha tenido este pa¨ªs, cre¨® unas bases estad¨ªsticas equiparables a las europeas y dio car¨¢cter cient¨ªfico a una pol¨ªtica monetaria que hasta la d¨¦cada de los setenta se parec¨ªa poco a lo que se conoce como tal. Como subgobernador (1988-1992) fue protagonista de la entrada de Espa?a en el Sistema Monetario Europeo. Y ya como gobernador (1992-2000) administr¨® con prudencia el camino de acceso al euro, soport¨® cuatro devaluaciones de la peseta, intervino Banesto para prevenir males mayores y aguant¨® el chaparr¨®n de la crisis financiera del verano de 1997 y revalid¨® su prestigio tras el ingreso de Espa?a en la moneda europea. Durante cuatro a?os seguidos, la revista Global Finance concedi¨® la m¨¢xima calificaci¨®n a su labor al frente de un banco central. Ser¨ªa injusto no hacer una menci¨®n en este cap¨ªtulo a quien ha sido su primer colaborador, el subgobernador Miguel Mart¨ªn.
Con ser la m¨¢s importante de su vida profesional, la actividad de Rojo en el Banco de Espa?a no ha sido la ¨²nica. La misma l¨ªnea europe¨ªsta que aplic¨® en la entidad emisora fue la que le impuls¨® a participar, hace cuatro d¨¦cadas, en la elaboraci¨®n del Plan de Estabilizaci¨®n de 1959, primera piedra para sacar a nuestro pa¨ªs de la autarqu¨ªa. Como servidor p¨²blico ha tenido -hasta que la ley de incompatibilidades se lo impidi¨®- una presencia sobresaliente en la Universidad al frente de su c¨¢tedra, en la que fue el introductor del keynesianismo en Espa?a y luego del moderno monetarismo. Es muy dif¨ªcil encontrar entre los economistas que hoy ejercen en nuestro pa¨ªs quien no haya tenido en el magisterio de Rojo uno de sus principales impulsos.
Hace alg¨²n tiempo alguien acu?¨® el concepto de bien de Estado para referirse a quienes m¨¢s coherentemente lo hab¨ªan servido. Por su honestidad, por su trabajo riguroso y hasta por su discreci¨®n, Rojo es una buena representaci¨®n de esos bienes de Estado que, desafortunadamente, no abundan en estos tiempos.
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