El perfil
RICARD P?REZ CASADOLos militantes y simpatizantes socialistas, andamos estos meses a la b¨²squeda de la candidata o el candidato a dirigir el partido pol¨ªtico m¨¢s antiguo de nuestro pa¨ªs. Se debaten ideas, aunque este discurso sea menos atrayente en t¨¦rminos de simplificaci¨®n medi¨¢tica. Y se debaten personas, en singular y en equipo, seg¨²n preferencias. De la misma manera que se reconsideran los instrumentos, desde el propio partido a su funcionamiento. No pod¨ªa ser de otro modo. Al menos para quienes somos convictos de que socialismo y libertad son t¨¦rminos equivalentes en la misma ecuaci¨®n para el progreso de la sociedad acorde con la vieja, y actual, tradici¨®n democr¨¢tica, la que hunde sus ra¨ªces en el tri¨¢ngulo revolucionario de libertad, aspiraci¨®n a la igualdad, y solidaridad.
El espacio social europeo, la consolidaci¨®n progresiva de pol¨ªticas de seguridad, cooperaci¨®n, y relaciones internacionales de la Uni¨®n tiene la impronta de la presencia de la socialdemocracia y, de modo singular, de sus representantes espa?oles. La presencia, y reconocimiento, internacional del pa¨ªs forma parte ya de un acervo cotidiano. En el marco de globalizaci¨®n, en nuestro mismo entorno m¨¢s inmediato, se est¨¢ produciendo una reconsideraci¨®n de la izquierda, un repensar, por as¨ª decir, la izquierda. Suele singularizarse, por la simplificaci¨®n medi¨¢tica, en nombres, v¨ªas. Schr?der, Blair, Jospin. Y tambi¨¦n Joschka Fischer, por cierto. Desde 1989, fin del siglo breve, las cuestiones est¨¢n abiertas, y el flujo de ideas, de Hobsbawn a Bobbio, antecedentes ilustres no dejan de tener nuevas fuentes, Lafontaine, los nuevos intelectuales animados por la desaparici¨®n de las viejas amenazas y perplejos o indignados ante las consecuencias de la globalizaci¨®n y de la fragmentaci¨®n identitaria, a veces de funestas manifestaciones de violencia.
El perfil del candidato o la candidata deber¨¢ responder a todos o a la mayor parte de estos elementos. O lo que es lo mismo, en el mundo globalizado, de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n, tener bien claro el entorno del propio pa¨ªs, la Uni¨®n Europea y sus espacios de inter¨¦s inmediato, el Este de Europa, las zonas de conflicto en los Balcanes occidentales, el Mediterr¨¢neo, el Magreb, el Oriente Pr¨®ximo. Y mucha UE, que deviene, de manera creciente pese a los frenazos de la derecha o del aislamiento brit¨¢nico, el marco y sede de las decisiones que conciernen al bienestar y a la seguridad del pa¨ªs. De la misma manera que el entendimiento de las transformaciones de Espa?a deber¨¢ concluir con el ocioso debate respecto del modelo de Estado. Espa?a ha dejado de ser ¨²nica para ser plural, y adem¨¢s de diversa comienza a ser una sociedad multicultural y multi¨¦tnica, en un proceso que las migraciones intensificar¨¢n en los pr¨®ximos a?os. La federalizaci¨®n comienza a ser imparable, como lo ha comenzado a ser en la escala continental, mal que pese a toda suerte de nacionalistas, excluyentes, incluyentes, o emparentados, con lo m¨¢s rancio de nuestra historia, com¨²n o separada.
Y ha de conciliar tradici¨®n y modernidad de un instrumento, el Partido Socialista, m¨¢s que secular. Aceptar la necesidad del instrumento como elemento para la formaci¨®n de la voluntad de los militantes, y veh¨ªculo de participaci¨®n de la ciudadan¨ªa en la direcci¨®n y gesti¨®n del pensamiento progresista. Y a la vez, pulverizando los vicios de burocratizaci¨®n, de aislamiento de los aparatos respecto de los objetivos pol¨ªticos de transformaci¨®n de la sociedad, con el fin de liderar los cambios que la propia sociedad ya ha segregado y producido.
Puede ocurrir que ninguno o ninguna de los candidatos re¨²nan en su totalidad las caracter¨ªsticas de un perfil. La capacidad de integraci¨®n de conocimientos, de perspectivas asimismo plurales, y la constituci¨®n de equipos de direcci¨®n solventes a¨²n en sus discrepancias es virtud que se espera de un nuevo liderazgo. Por supuesto, y por si es necesario explicitarlo, desde la perspectiva que demanda una sociedad moderna, din¨¢mica, y progresista. La nuestra. La que ha contribuido de modo decisivo a edificar el PSOE, y que s¨®lo de modo provisional, por cuestiones que todos conocemos nos ha vuelto la espalda. Por cierto, de modo menos dram¨¢tico de como lo presentan algunos propios, y muchos ajenos. La palabra y la decisi¨®n es de los delegados y delegadas del 35 Congreso del PSOE. En su voto y acierto est¨¢ la oportunidad de un nuevo giro en el PSOE y en el liderazgo de la izquierda.
Ricard P¨¦rez Casado es diputado socialista por Valencia y miembro del comit¨¦ federal.
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