De la guerra de Afganist¨¢n al Icona de apagafuegos
El Museo del Aire a?ade a su colecci¨®n de aeronaves un helic¨®ptero comprado a los rusos para el plan contra incendios
Es un helic¨®ptero verde. Tiene el fuselaje estampado con una estrella roja de cinco puntas. Un r¨®tulo permite leer "Icona 89". Y en el morro luce, como si tal cosa, una hoz y un martillo. Este aparato, de raro atuendo ecol¨®gico-comunista, que particip¨® en la guerra de Afganist¨¢n y luego ha sido dedicado a tareas de extinci¨®n de incendios forestales, es la ¨²ltima adquisici¨®n del Museo del Aire. Ha sido donado por Serguei Bozian. Lleg¨®, precisamente, el viernes. El museo es una suerte de sorpresa m¨¢gica, situada en la carretera de Extremadura, en el kil¨®metro 10,500, no lejos de San Jos¨¦ de Valderas. Abre todos los d¨ªas de la semana, entre las 10.00 y las 14.00, salvo los lunes. La entrada cuesta 100 pesetas.Sobre una superficie de 35.000 metros cuadrados al aire libre, m¨¢s las de tres hangares que suman otros 7.500 metros cuadrados, se exhibe desde 1981 una de las colecciones de aeron¨¢utica m¨¢s completas del mundo, al decir de numerosos expertos extranjeros. Incluye 140 aviones y autogiros, utensilios de navegaci¨®n, uniformes, ense?as, motores, h¨¦lices, armas y balizas, m¨¢s un relato detallado, en documentadas cartelas, de lo que ha sido la historia de la aviaci¨®n en Espa?a y de sus principales protagonistas.
El Museo alberga curiosidades como un manuscrito de 1792, firmado por el conde de Aranda, sobre la primera ascensi¨®n en globo cautivo registrada en Espa?a. Fue la de un grupo de oficiales de Artiller¨ªa de Segovia y se realiz¨® en San Lorenzo de El Escorial. Tambi¨¦n muestra una barquilla de mimbre trenzado, perteneciente al globo aerost¨¢tico en el que se elev¨® 500 metros sobre el suelo la reina Mar¨ªa Cristina de Habsburgo, en junio de 1889, en el primer viaje regio de esta naturaleza.
El museo exhibe aparatos de raqu¨ªticas ruedas carenadas, recubiertas con grandes guardabarros; otros de afilados bujes, esos promontorios oscuros que alojan las h¨¦lices; los de planos, alas, con vistosas ense?as estampadas o perforadas para albergar ametralladoras y otros de acristaladas carlingas. Hay Junker alemanes, Mirage franceses, De Havilland ingleses, Texan y P3 Orion de lucha antisubmarina estadounidenses, Mig y Polikarpov de la URSS, Aviocar y Azor espa?oles; m¨¢s un excelente repertorio de autogiros y de aviones hist¨®ricos como el Dragon Repide, que traslad¨® a Franco en julio de 1936, y una r¨¦plica Dornier que pilotaba el Bar¨®n Rojo, Von Richtoffen. Se exhiben adem¨¢s numerosos motores, aut¨¦nticas piezas de orfebrer¨ªa mec¨¢nica, de cuyo perfecto funcionamiento dependieron durante lustros miles de vidas. Los fuselajes y las h¨¦lices, entre aromas de aceite y de barniz, desprenden destellos que elevan la imaginaci¨®n hasta atardeceres deslumbrantes, por donde el visitante quisiera pac¨ªficamente navegar y escudri?ar el horizonte.
La historia dice que Espa?a tuvo un papel destacado en la aeronavegaci¨®n, desde el a?o 1910 en que comenzaron en Europa los vuelos tripulados en aeroplanos, siete a?os despu¨¦s del primer vuelo conocido, en diciembre de 1903, por los norteamericanos hermanos Wright. El primer piloto civil espa?ol fue Benito Loygorri, cuyo carn¨¦, el n¨²mero 1, data de 1907. Al autogiro de La Cierva el museo dedica una complet¨ªsima muestra monogr¨¢fica. Otra exposici¨®n, desde marzo, destaca la figura del militar, diplom¨¢tico y aventurero Francisco Iglesias, brillante as de la aviaci¨®n espa?ola, que cruz¨® el Atl¨¢ntico en 46 horas a bordo del Jes¨²s del Gran Poder, realiz¨® una expedici¨®n cient¨ªfica al Amazonas entre 1932 y 1933 y verific¨®, en nombre de la Sociedad de Naciones, una misi¨®n pionera de interposici¨®n entre Colombia y Per¨², a prop¨®sito de un conflicto de lindes. Otro detalle singular: la exposici¨®n atesora la m¨¢xima condecoraci¨®n republicana, llamada Laureada de Madrid, medalla que lucieron los generales Miaja y Rojo. Lleva un lema: La Rep¨²blica, a sus h¨¦roes. Los aviones de la guerra civil presentan una particularidad: a un lado de su fuselaje lucen los colores del bando franquista, y al otro, las del bando republicano; pero cada avi¨®n es un ¨²nico avi¨®n.
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