Un fallo oportuno
El colosal fallo en la prueba del sistema antimisiles no ha podido ser m¨¢s oportuno. Demuestra que la tecnolog¨ªa no est¨¢ a punto para ese escudo protector del que quiere proveerse EE UU. Clinton puede agarrarse a ese fracaso para hacer lo que ya pensaba: posponer la decisi¨®n de desarrollar y desplegar un sistema que altera muchos equilibrios y que por su alcance no le corresponde a un presidente saliente. En un intento anterior, un misil fue alcanzado en vuelo por impacto directo, lo que despert¨® expectativas. La segunda prueba fracas¨®; en esta tercera fall¨® lo b¨¢sico: la separaci¨®n entre la cabeza interceptadora y el cohete que la propulsaba. El desarrollo de un nuevo sistema de defensa nacional contra misiles (NMD) es una versi¨®n actualizada (aunque muy limitada) de la guerra de las galaxias de Ronald Reagan. La NMD, que est¨¢ dirigida contra ataques limitados por parte de Estados "preocupantes", ha sido abiertamente criticada por los europeos en un amplio cierre de filas. Incluso en EE UU algunos ven exagerada la amenaza futura de misiles en manos de Estados poco fiables como Corea del Norte (2005) o Ir¨¢n e Irak (2007). Otros an¨¢lisis consideran que las amenazas nucleares vendr¨¢n m¨¢s probablemente de terroristas, o que los 29.000 millones de d¨®lares calculados para una primera fase de la NMD podr¨ªan gastarse mejor en la protecci¨®n de la red de sat¨¦lites, sobre la que reposa la aplastante superioridad militar del Pent¨¢gono, que est¨¢ desarrollando a la vez otros sistemas de defensa m¨¢s complejos.
Los europeos temen que el eventual despliegue de este sistema, si llega a funcionar, impulse una nueva carrera de armamentos, deslegitime la no proliferaci¨®n de armas nucleares, deval¨²e los propios sistemas de Francia y el Reino Unido (junto con los de Rusia y China) y produzca una mayor dependencia europea de EE UU en tecnolog¨ªa militar. La propuesta rusa de compartir un escudo de este tipo merecer¨ªa m¨¢s atenci¨®n. El debate sobre la NMD refleja que estamos cambiando de era estrat¨¦gica y que los problemas y las soluciones no son los mismos que en la guerra fr¨ªa, basada en un equilibrio del terror. Pasada ¨¦sta, EE UU sigue buscando su Grial: una imposible seguridad perfecta.
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