Rusia lanza hoy el m¨®dulo clave para completar la estaci¨®n espacial
El 'Zvezd¨¢' se acoplar¨¢ autom¨¢ticamente a los componentes en ¨®rbita
Pol¨ªticos y cient¨ªficos de 16 pa¨ªses, entre ellos Espa?a, cruzaban ayer los dedos para que el cohete ruso Prot¨®n, que, a las 6.56 de hoy (hora peninsular), debe lanzar al espacio desde las estepas de Kazajist¨¢n el m¨®dulo de vivienda y control de la Estaci¨®n Espacial Internacional, no malograse el ambicioso proyecto de la historia espacial. Si todo sale bien, el Zvezd¨¢ (estrella en ruso) se unir¨¢ dentro de dos semanas a los dos ya en ¨®rbita desde 1998.
Tripulaci¨®n
Hoy se sabr¨¢ si el cohete, que el a?o pasado dio varios sustos, se ha comportado como el orgullo de la ingenier¨ªa rusa que pretende ser o como el s¨ªmbolo de la decadencia del pa¨ªs heredero de la antigua URSS. Los expertos calculan que, en el caso de que el Zvezd¨¢ resultase destruido, el proyecto de la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS) sufrir¨ªa un retraso de al menos tres a?os. Ser¨ªa un tremendo golpe econ¨®mico y pol¨ªtico que, seg¨²n la versi¨®n m¨¢s pesimista, enterrar¨ªa el proyecto, que encabeza Estados Unidos y que tiene un presupuesto de 10 billones de pesetas.El Zvezd¨¢ ha costado 60.000 millones de pesetas y su construcci¨®n se ha retrasado dos a?os por falta de dinero. Es una mole de 20.000 kilos, del tama?o de un autob¨²s urbano, que se utilizar¨¢ como vivienda, laboratorio cient¨ªfico y, en la fase de construcci¨®n de la estaci¨®n, como centro de control de los sistemas el¨¦ctricos, inform¨¢ticos, de comunicaci¨®n y de navegaci¨®n, as¨ª como de base para paseos espaciales. Ning¨²n elemento es accesorio en la ISS, pero el Zvezd¨¢ resulta especialmente vital, como el coraz¨®n que ir¨¢ formando un complejo y delicado organismo que, cuando est¨¦ completo, no antes del a?o 2005, tendr¨¢ un tama?o similar al de dos campos de f¨²tbol.
Ya en ¨®rbita, con un peso superior a las 30 toneladas, hay dos m¨®dulos: el de servicio Zari¨¢ (Amanecer), construido por los rusos con financiaci¨®n estadounidense, y lanzado al espacio en noviembre de 1998, y el de conexi¨®n estadounidense Unity (Unidad), que se le acopl¨® unas semanas m¨¢s tarde. En cuanto al Zvezd¨¢, sus complejos sistemas autom¨¢ticos efectuar¨¢n durante dos semanas diversas maniobras para facilitar un acoplamiento que, si todo marcha seg¨²n lo previsto, se producir¨¢ el 25 de julio.
Para noviembre est¨¢ previsto que lleguen los primeros inquilinos de la nueva casa espacial, equipada con dormitorios, ba?o, cocina, frigor¨ªfico y hasta una bicicleta est¨¢tica para combatir los efectos de la vida sedentaria. Una nave de transporte Soyuz, como las utilizadas con frecuencia para viajar a la estaci¨®n orbital Mir, conducir¨¢ al estadounidense Bill Shepherd y a los rusos Yuri Gridzenko y Sergu¨¦i Krikaliov al que debe ser su hogar durante cinco meses.A partir de entonces, se desarrollar¨¢, durante cuatro a?os, una fren¨¦tica actividad para construir ese singular edificio met¨¢lico, toda una ciudad en el espacio caracterizada por la cooperaci¨®n internacional. Lo har¨¢n posible 45 misiones, en las que participar¨¢n 120 astronautas, que efectuar¨¢n m¨¢s de 90 paseos espaciales con centenares de horas de trabajo. Todo este futuro podr¨ªa sufrir un par¨®n, o incluso ser guillotinado, si el cohete Prot¨®n que hoy transportar¨¢ el m¨®dulo Zvezd¨¢ falla, como lo hicieron algunos de sus hermanos el pasado oto?o. La posibilidad parece m¨ªnima, pero la importancia de lo que est¨¢ en juego impidi¨® probablemente anoche a muchos implicados en el proyecto conciliar el sue?o.
Para Rusia es una cuesti¨®n de honor que todo salga bien, aunque, parad¨®jicamente, el ¨¦xito de la ISS implicar¨ªa que ya no podr¨ªa seguir tratando de igual a igual a Estados Unidos en la carrera espacial. Aunque el papel de Rusia en el proyecto de la estaci¨®n es muy importante, la hegemon¨ªa indiscutible corresponde a Estados Unidos, que aporta el mayor esfuerzo econ¨®mico y tecnol¨®gico. Adem¨¢s, la ISS convertir¨¢ en obsoleta, m¨¢s all¨¢ de los desesperados intentos actuales de prorrogar su vida ¨²til, a la estaci¨®n orbital Mir, s¨ªmbolo glorioso durante 14 a?os del orgullo de la ciencia rusa.
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