Jordi Ball¨® estudia en un libro las im¨¢genes que se repiten en las pel¨ªculas
La obra apela a la memoria visual del p¨²blico
El h¨¦roe es herido de muerte. Cae al suelo. Un ser querido lo levanta, lo sostiene impotente y presencia c¨®mo muere entre sus brazos. Esta escena, repetida innumerables veces en la historia del cine, est¨¢ sacada de la iconograf¨ªa b¨ªblica, m¨¢s espec¨ªficamente de la Piedad. Es una imagen que el espectador que est¨¢ viendo la pel¨ªcula conoce y con la cual se identifica. Apela a su memoria visual, puesto que parte de referencias que el espectador conoce y que vienen de la pintura. ?sta es la tesis de Jordi Ball¨®, autor del libro Im¨¢genes del silencio; Los motivos visuales en el cine, publicado en Anagrama.
Ball¨®, profesor de Comunicaci¨®n Audiovisual de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, considera que el cine utiliza unos determinados motivos visuales, que son "im¨¢genes que aparecen repetidamente en filmes diferentes y que, gracias a su disposici¨®n visual, dan una informaci¨®n emotiva que el espectador sabe descifrar y complementar". Esto significa que s¨®lo viendo la composici¨®n visual de un segmento de un filme entendemos perfectamente lo que pasa, lo que piensan los protagonistas, su estado de ¨¢nimo. El consumidor cinematogr¨¢fico act¨²a m¨¢s como un conocedor que como un espectador."Es como si funcionara un contrato de inteligencia entre el director y el espectador", explic¨® el autor en la presentaci¨®n de su obra, "un contrato que permite al director omitir parte de lo que va a contar y deja al espectador que ponga lo que falta".
Ball¨® propone diversos tipos de im¨¢genes visuales. Por ejemplo, la mujer en la ventana, en su opini¨®n, conduce al espectador a mirar no lo que est¨¢ ocurriendo fuera, sino lo que pasa en la mente del personaje. "Es como una pausa reflexiva, normalmente pat¨¦tica", explic¨® Ball¨®.
La Piedad es la imagen, seg¨²n el autor, m¨¢s repetida en el cine. Resume en un drama individual una tragedia colectiva. En una de las escenas finales de Espartaco (Stanley Kubrick, 1960), el protagonista se ve obligado a luchar contra Antonino. El que sobreviva tendr¨¢ que morir en la cruz. Espartaco vence y acoge a Antonino entre sus brazos en una escena t¨ªpica de la Piedad.
La mujer delante del espejo busca la interrogaci¨®n, dice Ball¨®, ya que "como bien sabe la madrastra de Blancanieves, los espejos dicen la verdad". La imagen del pensador, un hombre quieto, con la mirada fija, representa al personaje en malestar consigo mismo, en estado de reflexi¨®n, de intimidad.
Las escaleras, "uno de los grandes contenedores simb¨®licos de la arquitectura cinematogr¨¢fica", a juicio del autor, acogen las pasiones del pasado y del futuro de los personajes, son recept¨¢culo de su emociones. El baile evoca la celebraci¨®n, el tiempo festivo. El espectador delante del espect¨¢culo manifiesta una fascinaci¨®n, vemos lo que pasa a trav¨¦s de los ojos del espectador.
El horizonte, piensa Ball¨®, evoca sentimientos diferentes en el cine asi¨¢tico -donde simboliza "una muerte anunciada"-, en el norteamericano -que supone "un territorio por conquistar"- y en el europeo, de connotaciones melanc¨®licas.
Finalmente, la imagen de The End es, dice el autor, una forma de clausura visual del filme, una forma de decir "esto se acaba".
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