El problema de la inflaci¨®n diferencial.
El dato de IPC creci¨® en junio algo m¨¢s de lo esperado. Con mayor perspectiva, la justificaci¨®n del repunte, desde el 1,4% anual con el que empez¨® en enero de 1999 hasta el 3,4%, es, seg¨²n fuentes oficiales, el extraordinario aumento de precios de los productos energ¨¦ticos (un 21% en los ¨²ltimos 18 meses). Este resultado, considerando que el ¨ªndice de precios de consumo armonizado de la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria podr¨ªa situarse en el 2,3% anual en junio, mantendr¨ªa aproximadamente el diferencial de inflaci¨®n espa?ola con la del conjunto de pa¨ªses que se integraron en la moneda ¨²nica. Pese a no ser muy elevado en t¨¦rminos hist¨®ricos, de persistir este diferencial de inflaci¨®n con la UEM, existiendo ahora una moneda ¨²nica, supondr¨ªa p¨¦rdidas de competitividad pr¨¢cticamente irrecuperables.Hay dos reflexiones que me parecen relevantes a la vista de la evoluci¨®n de la inflaci¨®n espa?ola. La primera tiene que ver con la importancia que en su repunte tiene el componente energ¨¦tico. La otra est¨¢ referida a la capacidad que medidas de reducci¨®n de precios regulados tienen a largo plazo sobre la inflaci¨®n. Ambas reflexiones tienen que hacerse teniendo en cuenta que, con la integraci¨®n de Espa?a en la UEM, m¨¢s importante que la tasa de inflaci¨®n es el diferencial con el ¨¢rea de la moneda ¨²nica.
Si eliminamos el componente energ¨¦tico y el de alimentos frescos, los precios de consumo en Espa?a s¨®lo crecen un 2,3% anual, tasa que se ha mantenido aproximadamente estable desde febrero de 1997. Esta medida de inflaci¨®n subyacente en la UEM resulta ser del 1,1% anual, y ha disminuido algo en los ¨²ltimos a?os. En definitiva, en los precios de consumo m¨¢s estables, el comportamiento del diferencial de inflaci¨®n es, si cabe, m¨¢s desfavorable.
En la moderaci¨®n de la inflaci¨®n en la segunda mitad de esta d¨¦cada ha jugado un papel especial la regulaci¨®n de precios administrados. Ese proceso, junto con la puesta en marcha de medidas liberalizadoras, ha tenido como consecuencia la reducci¨®n de algunos precios. En el caso del apartado de Correos y Telecomunicaciones, por ejemplo, la reducci¨®n de tarifas telef¨®nicas (7% anual) ha frenado algo los precios de los servicios. El problema es que dichas actuaciones tienen, de momento, un efecto transitorio. El proceso liberalizador es, adem¨¢s, com¨²n al resto de los pa¨ªses europeos, de forma que tampoco se reduce la inflaci¨®n diferencial con la UEM.
Entre los elementos propios del proceso de formaci¨®n de precios en la econom¨ªa espa?ola merece destacar el crecimiento de la demanda de consumo. Espa?a est¨¢ entre los pa¨ªses en los que ha crecido con m¨¢s fuerza recientemente. Ese comportamiento tiene que ver con el crecimiento del empleo y la convergencia de tipos de inter¨¦s, pero, ¨²ltimamente, tambi¨¦n est¨¢ asociado a la reforma del IRPF. Dicha reforma inyect¨® en la renta disponible de las familias una cantidad no inferior al 1% de la misma.
Adem¨¢s, esa inyecci¨®n se repetir¨¢ cada a?o (es una reducci¨®n permanente de impuestos), afecta en mayor medida a familias con rentas medias, de mayor propensi¨®n al consumo, y se produjo en un momento en el que el consumo ya estaba siendo estimulado por otros condicionantes. En definitiva, no deben extra?arnos la fortaleza del consumo, la disminuci¨®n de la tasa de ahorro o el mantenimiento del diferencial de inflaci¨®n porque, en alguna medida, tienen un origen com¨²n.
V¨ªctor Gonzalo es responsable de An¨¢lisis de InterMoney, SA. vgonzalo@intermoney.es
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