La decisi¨®n m¨¢s sabrosa
Los cerdos de la denominaci¨®n de origen Jam¨®n de Huelva est¨¢n sujetos a un estricto control de calidad
"Del cerdo se aprovecha todo...", dice el refranero popular y no le falta raz¨®n. Y es que este animal de dehesa, tan vilipendiado por sus malas maneras, ofrece al paladar humano el exquisito manjar de sus jamones y paletas, que han llegado incluso a compararse con el caviar. La extrema calidad de los productos ib¨¦ricos s¨®lo se alcanza mediante un arduo trabajo de control alimentario y sanitario del cochino, desde que nace hasta que se sacrifica en los mataderos.Jos¨¦ Demier Morales, de 29 a?os, director t¨¦cnico veterinario del Consejo Regulador de la Denominaci¨®n de Origen Jam¨®n de Huelva, es el encargado de supervisar, junto a dos profesionales m¨¢s, la crianza de cerdos en las 717 explotaciones de ganado ib¨¦rico de Andaluc¨ªa occidental y Extremadura, integradas en la zona de producci¨®n de la marca.
La denominaci¨®n onubense ha registrado como "ib¨¦ricos" a m¨¢s de 70.000 cerdos desde su constituci¨®n, en julio de 1995, y supervisa actualmente el trabajo de 22 industrias transformadoras que se reparten por toda la Sierra de Aracena y Picos de Aroche (Huelva).
El proceso de control de la marca de calidad comienza en las explotaciones, desde que el cerdo nace, para establecer el futuro engorde de los animales, que puede realizase con bellota, recebo (bellota y pienso) o s¨®lo pienso. "En primer lugar nos trasladamos a las dehesas para realizar los an¨¢lisis iniciales de edad y raza en las madres y los berracos (machos adultos con capacidad reproductora)". Posteriormente, "se establecen las pautas de alimentaci¨®n, ya que el consejo s¨®lo admite la raza ib¨¦rica 100% y la mezclada al 75%".
A partir de ese momento, los t¨¦cnicos proceden a la identificaci¨®n de los cerdos "a los que se les coloca un auricular de pl¨¢stico en las orejas, que determina su procedencia: ib¨¦rico o cruzado". Durante el tiempo que dura la montanera, desde mediados de septiembre hasta marzo, "se realizan otras cuatro visitas al ganadero, sin avisarle, para tomar notas sobre la calidad que van alcanzando los animales".
Los veterinarios prestan una especial atenci¨®n a la fase inicial del proceso, ya que de la buena o mala alimentaci¨®n del marrano depende su calidad final. Cuando el animal alcanza el peso deseado, "que oscila entre los 135 y los 180 kilos", se trasladan al matadero "donde se les marca de nuevo con un precinto de garant¨ªa inviolable de distintos colores, en base a las actas de campo y a los informes de origen sanitario".
Seg¨²n el veterinario, "el distintivo rojo se atribuye a los cerdos de bellota -los m¨¢s apreciados-, mientras que el azul y el amarillo corresponden a los de recebo y pienso, respectivamente". Demier expres¨® "la obligaci¨®n que tienen los ganaderos e industriales de respetar estas denominaciones". Paralelamente a esta actuaci¨®n, "se realizan diversas muestras de grasa a los animales, desde la piel hasta el magro, para determinar su calidad".
Finalmente, "se practican las medidas de control en los secaderos y bodegas, donde los jamones y paletas permanecer¨¢n durante un periodo que oscila entre los 12 y los 18 meses". Para el director t¨¦cnico, "el cumplimiento estricto de la normativa durante todo el proceso de crianza garantizar¨¢ la calidad final de los jamones y paletas".
Jos¨¦ Demier asegura que el sabor del mejor jam¨®n "es dulce y salado, untuoso y penetrante. Una delicia". Este experto en productos ib¨¦ricos prefiere no entrar en comparaciones con otras denominaciones de origen, como la de Guijuelo, en Salamanca, aunque asegura que "los controles que se llevan a cabo en Huelva son superiores a los del resto de zonas de producci¨®n".
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