El calvario del segundo a?o
Sergio Garc¨ªa no ha logrado esquivar un s¨ªndrome muy com¨²n en el golf
?Qu¨¦ le ha pasado a Sergio Garc¨ªa? Hace apenas nueve meses la opini¨®n general era que El Ni?o era el ¨²nico jugador de golf capaz de competir con El Tigre por el puesto de n¨²mero uno en el mundo, pero desde entonces Woods ha estado en ¨®rbita y el joven espa?ol casi ha desaparecido del mapa.Para un deportista que hab¨ªa generado tantas expectativas en su a?o de debutante, que fue la gran revelaci¨®n mundial del 99, 2000 ha resultado ser -hasta la fecha- un calvario. Todo es relativo, claro. Sali¨® tercero en el Buick Classic de los Estados Unidos, y tambi¨¦n tercero en un prestigioso torneo australiano. Y, sin a?adir los ingresos que obtuvo tras firmar un contrato en marzo con Microsoft, ha ganado unos 700.000 d¨®lares [unos 130 millones de pesetas] haciendo lo que m¨¢s le gusta hacer. No lloremos por Sergio Garc¨ªa.
Y a ver qu¨¦ hace esta semana en el Open Brit¨¢nico en Saint Andrews, la cuna y catedral del golf mundial, donde el a?o pasado hizo recorridos de 67, 67, 67, 72 y 69 en el triunfo espa?ol de la Copa Dunhill. Seguro que mejorar¨¢ su actuaci¨®n en el Open del a?o pasado, en Carnoustie, donde sufri¨® la humillaci¨®n de quedar ¨²ltimo tras dos recorridos desastrosos de 89 y 83.
Pero lo que tambi¨¦n es seguro es que no estar¨¢ en la lista de los favoritos al iniciar la primera vuelta el jueves. No llega a Saint Andrews en buena forma. Ha sido un a?o frustrante, tanto para ¨¦l como para sus muchos seguidores en Espa?a y en el resto del mundo. Sigue, a sus 20 a?os, encantando a los p¨²blicos donde sea que juegue con su gracia, su energ¨ªa juvenil. Pero no entran los putts. No est¨¢ consiguiendo el objetivo prioritario que ha definido su padre, V¨ªctor, que es acumular "birdies, birdies y m¨¢s birdies".
?Por qu¨¦? Habr¨¢ varias explicaciones, pero la m¨¢s factible es que est¨¢ padeciendo un s¨ªndrome muy com¨²n en el golf. El del segundo a?o. El del jugador estrella que explota como una bomba al inciar su carrera pero que sufre una abrupta ca¨ªda bajo la presi¨®n que se impone, y que le impone el p¨²blico, para mejorar sus resultados en su segunda temporada como profesional. Como dec¨ªa un antiguo profesional, esa presi¨®n se puede volver autodestructiva. Lo importante es superar esta etapa con el m¨¢ximo de tranquilidad posible y reconocer que antes de conquistar el mundo, hay que conquistarse a s¨ª mismo. El golf es el deporte m¨¢s mental que existe. El talento no es suficiente para triunfar. Lo decisivo es el factor psicol¨®gico, el estado de ¨¢nimo.
En el f¨²tbol, por ejemplo, hay pases f¨¢ciles. En el golf todos los golpes son dif¨ªciles, y un fallo en un solo golpe puede significar la cat¨¢strofe. Como si cada uno fuera un tiro de penalti. Por eso se requiere una concentraci¨®n absoluta cada una de las 280 -o 270, o 290- veces que uno se prepara a tirar una bola durante un torneo de cuatro d¨ªas de duraci¨®n.
Y lo que Sergio ha demostrado en el a?o 2000 es que no ha perdido la habilidad para hacer una vuelta brillante, o dos. Pero no cuatro seguidas. Por eso, tras los primeros dos recorridos del Open de los Estados Unidos en Pebble Beach el mes pasado, alimentaba la esperanza que podr¨ªa llegar a ganar, o al menos salir entre los primeros diez. Pero se derrumb¨® con un 81 en la tercera vuelta y acab¨® el torneo en el puesto 46.
?Se podr¨¢ recuperar Sergio? Por supuesto que s¨ª. La extraordinaria calidad que demostr¨® el a?o pasado al ganar dos torneos individuales y la Copa Dunhill, al convertirse en la estrella del equipo europeo en la Copa Ryder, al casi, casi vencer a Tiger Woods en el PGA de los Estados Unidos: eso no desaparece de la noche a la ma?ana, mucho menos a los 20 a?os. Garc¨ªa -y esto no se puede decir de muchos jugadores- es perfectamente capaz de ganar el Open Brit¨¢nico esta semana. Y aunque no lo gane, aunque le vaya francamente mal, es casi una garant¨ªa que seguir¨¢ estando entre los mejores golfistas del mundo durante mucho tiempo m¨¢s.
La pregunta es si lograr¨¢ cumplir los pron¨®sticos del a?o pasado, si se convertir¨¢ en un serio rival para el espectacular Tiger Woods, seguramente el mejor deportista del planeta en este momento. Lo que est¨¢ claro es que todav¨ªa le falta mucho por hacer. Hay quien cree en el mundo del golf que Sergio es el ¨²nico jugador con el mismo esp¨ªritu ganador que Woods, que es uno de los muy pocos que no se amedrenta ante el Tigre. Pero lo que no se puede cuestionar es que t¨¦cnicamente Woods, cuya obsesi¨®n por practicar le ha transformado en una especie de robot, es un jugador m¨¢s completo.
Lo que Sergio tiene es tiempo, mucho tiempo, para perfeccionar su juego. Y, lo que es m¨¢s importante, las ganas para hacerlo. Tampoco hay que olvidar que Woods, que al fin de cuentas sigue siendo humano, tambi¨¦n sufri¨® un baj¨®n durante su segundo a?o, que no gan¨® nada durante 14 meses. Hoy por hoy, eso s¨ª, Woods parece imbatible. Pero con Sergio todo es posible. Todav¨ªa se puede so?ar.
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