Clinton extrema la presi¨®n sobre palestinos e israel¨ªes para lograr un acuerdo en Camp David
El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, asegura que las negociaciones de Camp David son "las m¨¢s duras" que ha visto nunca y no tiene ninguna certeza de que puedan desembocar en un acuerdo. Su valoraci¨®n rompe el silencio autoimpuesto, rebaja el optimismo de algunos comentarios y permite al presidente norteamericano empezar a cubrirse las espaldas ante un posible fracaso. La reflexi¨®n, poco alentadora, contrasta con la presi¨®n de la Casa Blanca para que la cumbre culmine ma?ana por la ma?ana, momentos antes de que Clinton emprenda viaje hacia Jap¨®n para participar en la cumbre del G-8.
Bill Clinton rompi¨® la rigidez del secretismo impuesto por ¨¦l mismo para hacer unos comentarios al diario New York Daily News. Aunque el presidente de EE UU dice sentirse "m¨¢s optimista" que al comienzo de la cumbre, Clinton transmiti¨® un tono nada alentador: "Es dur¨ªsimo. Es peor que todo lo que he visto antes: las negociaciones irlandesas, mi trabajo anterior con los palestinos y los israel¨ªes, los Balcanes en Dayton...", lamenta Clinton. Su frase m¨¢s optimista en el breve comentario se reduce a un "podr¨ªamos conseguirlo. Pero no lo s¨¦". Despu¨¦s muestra la otra cara al asegurar que ser¨ªa "totalmente enga?oso decir que hay un acuerdo al alcance de la mano: eso, sencillamente, no es verdad".
Un portavoz de Clinton justific¨® los comentarios del presidente: "El bloqueo informativo s¨®lo afecta a los israel¨ªes y los palestinos", dijo P. J. Crowley, a pesar de que su oficina de prensa distribuy¨® los comentarios de Clinton con un gesto no escondido de sorpresa y mala gana.
La Casa Blanca se enfrenta entre hoy y ma?ana a una decisi¨®n con la que aparentemente no contaba: la de mantener o cancelar el viaje de Clinton a Jap¨®n para la reuni¨®n del Grupo de los Ocho (G-8, los siete pa¨ªses m¨¢s industrializados del mundo y Rusia). Oficialmente, el portavoz presidencial, Joe Lockhart, asegur¨® ayer que los planes son "completar este proceso antes de que el presidente se vaya", y record¨® que el primer ministro israel¨ª, Ehud Barak, y el presidente palestino, Yasir Arafat, son conscientes de ese calendario.
El comportamiento de los anfitriones es desconcertante para las delegaciones. Si israel¨ªes y palestinos coinciden en algo es en la necesidad de dedicar al di¨¢logo el tiempo necesario, lo que no se corresponde con el repentino inter¨¦s de Washington en acelerar el proceso. La Casa Blanca no esconde que su mayor deseo es una ceremonia de acuerdo -por precaria que sea- momentos antes de que Clinton se marche a Jap¨®n.
Eso s¨®lo ocurrir¨¢ si el acuerdo es ficticio. Es poco realista imaginar que el desencuentro entre las partes pueda transformarse en un pacto sustancial en menos de 48 horas. En conversaciones con varios pol¨ªticos de Israel, el propio Barak coment¨® ayer lo improbable que es llegar a un acuerdo con tiempo para que Clinton pueda colgarse esa medalla antes de marcharse a Jap¨®n.
Ninguna de las dos delegaciones parece poner reparo alguno en prolongar la duraci¨®n de la cumbre. Los l¨ªderes han vaciado su agenda al menos hasta la pr¨®xima semana, lo que choca con la premura que ahora muestran los organizadores.
Todav¨ªa ayer, fuentes palestinas aseguraban que hoy y ma?ana son jornadas decisivas no para saber si habr¨¢ acuerdo antes del mi¨¦rcoles, sino para saber en cu¨¢ntas semanas puede llegar ese acuerdo.
Al mismo tiempo, la delegaci¨®n israel¨ª ha transmitido cierto temor a que el di¨¢logo se rompa si Clinton se ausenta de Camp David, especialmente despu¨¦s de la primera amenaza de abandono por parte de Yasir Arafat a los pocos d¨ªas de comenzar las negociaciones. El domingo, Clinton se reuni¨® con Arafat, pero no con Barak; los palestinos han transmitido su sensaci¨®n de que las posiciones estadounidenses est¨¢n sensiblemente m¨¢s inclinadas hacia las pretensiones de Israel.
La Casa Blanca tambi¨¦n tiene una salida alternativa para superar el problema de agenda que crea el viaje a Tokio: enviar al vicepresidente Al Gore. Sin embargo, esa decisi¨®n no se tomar¨¢ antes de esta noche o ma?ana por la ma?ana, y s¨®lo si la cumbre peligra por culpa del viaje presidencial.
[Hasta el terreno tecnol¨®gico llegan las dificultades de Camp David. Piratas inform¨¢ticos atacaron el sistema de distribuci¨®n del correo electr¨®nico del Departamento de Estado en el centro de prensa de Thurmont, cerca de Camp David, donde se est¨¢ celebrando la cumbre, informa France Presse. Esta incursi¨®n dificult¨® la distribuci¨®n de fotograf¨ªas de Clinton, Barak y Arafat. El virus se activ¨® cuando los fot¨®grafos intentaron consultar las im¨¢genes en las pantallas de sus ordenadores].
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