Berezovski dimite como diputado para no ser c¨®mplice de "la destrucci¨®n de Rusia"
Bor¨ªs Berezovski, el oligarca ruso por antonomasia, tan amante de las intrigas de pasillos como de los golpes de efecto, anunci¨® ayer su dimisi¨®n como diputado (que har¨¢ oficial ma?ana) con dos argumentos de peso. El primero es que no quiere ser c¨®mplice de "la destrucci¨®n de Rusia y la implantaci¨®n de un r¨¦gimen autoritario"; el segundo resulta m¨¢s ins¨®lito: quiere perder la inmunidad parlamentaria para estar en igualdad de condiciones con los otros grandes magnates, en el punto de mira de los fiscales durante las ¨²ltimas semanas.
O Berezovski est¨¢ planeando una de las maquiav¨¦licas maniobras que le han hecho justamente famoso, o ha cruzado el Rubic¨®n para romper definitivamente con el presidente Vlad¨ªmir Putin, que pugna por hacerse con el poder real, sin reparar en las v¨ªctimas que se cobra el proceso. Berezovski no perdona al antiguo agente del KGB -que tiene en los servicios secretos su principal apoyo- ni el proyecto de reforma del Estado que pretende reforzar el poder central segando el de las regiones, con un cambio total en la composici¨®n del Senado, ni lo que considera una campa?a para "destruir a los grandes empresarios independientes". Es ¨¦sta una categor¨ªa en la que el Rasput¨ªn del Kremlin en tiempos de Bor¨ªs Yeltsin encaja de lleno, a causa de sus intereses en los medios de comunicaci¨®n, el petr¨®leo y los autom¨®viles. Dos d¨ªas antes de los comicios del 26 de marzo, Berezovski aseguraba en un desayuno con varios corresponsales extranjeros que Putin tendr¨ªa garantizada una holgada victoria en las urnas si se atrev¨ªa a meterle entre rejas. Se trataba de un reflejo de hasta qu¨¦ punto era consciente de su impopularidad como mascar¨®n de proa de los magnates que se hicieron con medio pa¨ªs a precio de baratillo, gracias a las buenas conexiones en el Kremlin.
La pregunta clave, reflexionaba entonces, era si el presidente debe tener la capacidad o no de encarcelar a quien le estorbe, y si la sociedad civil se lo permitir¨ªa. Esa duda se resolvi¨® cuando Vlad¨ªmir Gusinski, cabeza de un grupo de comunicaci¨®n cr¨ªtico con el poder actual, pas¨® tres d¨ªas de junio en la c¨¢rcel por una decisi¨®n del fiscal que la mayor¨ªa de los analistas consider¨® que hab¨ªa tomado el propio Putin.
Al renunciar a la inmunidad, Berezovski lanza un reto al nuevo presidente, que sabe que la suerte del oligarca es la clave de la credibilidad de su campa?a contra los oligarcas, a los que antes de ganar la presidencia en las urnas prometi¨® eliminar como clase enquistada en el poder.
Hasta ahora, adem¨¢s de Gusinski, han sido objeto de las atenciones de la fiscal¨ªa, en mayor o menor medida, Vaguit Alejp¨¦rov (petrolera Lukoil), Vlad¨ªmir Potanin (grupo Interros), Vlad¨ªmir Kad¨¢nnikov (grupo automovil¨ªstico Avtovaz), Ana-toli Chub¨¢is (monopolio el¨¦c-trico), Rem Vi¨¢jirev (monopo-lio del gas) y Mija¨ªl Friedman (grupo bancario e industrial Alfa).
En una entrevista publicada ayer por Financial Times, Berezovski se mostraba partidario de una amnist¨ªa que haga tabla rasa de las violaciones de la ley durante la etapa de las privatizaciones salvajes. En su opini¨®n, s¨®lo los que "estuvieron durmiendo durante los ¨²ltimos 10 a?os" tienen las manos totalmente limpias. ?l siempre ha dicho que escarbar en las irregularidades de la transici¨®n del comunismo al capitalismo podr¨ªa provocar un cataclismo y echar por tierra el proceso de reformas.
Berezovski sostiene que el poder y el mundo de los negocios no tienen m¨¢s remedio que llegar a un compromiso. En otro caso, a?ade, "habr¨¢ un mal Estado, una mala pol¨ªtica y una mala econom¨ªa". Seg¨²n ¨¦l, son los hombres de negocios los que determinan "el ¨¦xito de una sociedad en el marco de una econom¨ªa de mercado", y el poder debe ayudarles a ganar posiciones en los mercados mundiales. "Justo lo contrario", concluye, de lo que ocurre ahora, cuando Rusia se enfrenta a esta elecci¨®n: o modelo latinoamericano (poder autoritario con econom¨ªa de mercado) o europeo (poder liberal con econom¨ªa de mercado).
A sus 54 a?os, Berezvoski ha dado una nueva vuelta de tuerca en sus pol¨¦micas y privilegiadas relaciones con el poder, que proceden de cuando, en 1996, dirigi¨® la coalici¨®n de oligarcas que lograron la reelecci¨®n de Yeltsin.
A partir de entonces, este matem¨¢tico, miembro de la academia de Ciencias, due?o de peri¨®dicos como Nezavisimaya Gazeta y Kommersant, que controla la primera cadena de la televisi¨®n estatal, posee una red de concesionarios de atom¨®viles, y tiene intereses en Aeroflot y la petrolera Sibneft, se convirti¨® en el miembro m¨¢s se?alado de "La Familia", la corte de los milagros de Yeltsin. Desde esa privilegiada situaci¨®n maquin¨® crisis y puso y quit¨® ministros, con facilidad s¨®lo posible en un r¨¦gimen podrido. Paralelamente, fue consolidando su fortuna.
Parece ahora evidente, sin embargo, que no pudo hacerse hueco en el entorno de Putin, un hombre con tantas aristas como ¨¦l y al que no le gusta la gente a la que no es capaz de controlar. En diciembre, su elecci¨®n como diputado por una rep¨²blica cauc¨¢sica (lograda a golpe de talonario) pareci¨® un blindaje por lo que pudiera venir con el nuevo zar. Una inmunidad que ahora pierde voluntariamente. S¨®lo ¨¦l sabe por qu¨¦.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.