La p¨¦rdida de un hijo: lo m¨¢s parecido a la propia muerte Reflexiones de un colectivo de padres que ha formado un grupo de autoayuda para superar la ausencia de un hijo
Mientras los f¨¦retros de los estudiantes muertos en Soria viajaban hacia Ripollet y Viladecans, el pasado viernes 7 de julio, la estaci¨®n de autobuses de Lloret de Mar, la Babel estival de la Costa Brava, herv¨ªa de fren¨¦tica agitaci¨®n. Un sordo griter¨ªo acompa?aba el traj¨ªn de turistas apresurados con mochilas repletas, mientras un televisor a todo volumen emit¨ªa las escenas de dolor de unos padres desconsolados frente a la hilera de ata¨²des en el funeral celebrado por la ma?ana en Soria. Una escalera lateral comunicaba este estallido de vida bulliciosa con la sala donde los viernes afloran los sentimientos de un grupo de padres que se re¨²nen para afrontar el dolor por la p¨¦rdida de sus hijos. No est¨¢n vinculados a ninguna religi¨®n, secta o instituci¨®n. No hay ¨¢nimo de lucro, jerarqu¨ªas, ni asesoramiento m¨¦dico o psicol¨®gico. A los miembros de Renacer (93 761 30 45), que tambi¨¦n celebran sus reuniones en Barcelona, s¨®lo les une la voluntad de recuperarse de una p¨¦rdida que, seg¨²n afirman, es lo m¨¢s parecido a la propia muerte.
Ese viernes, una veintena de miembros de Renacer se reuni¨® para hablar de unas vivencias a las que tambi¨¦n deber¨¢n enfrentarse los padres de los adolescentes fallecidos en Soria. As¨ª se expresaron durante el encuentro, convencidos de que el mejor modo de superar la p¨¦rdida de un hijo es compartir vivencias:
Juan. "No somos conscientes de que nuestros hijos no est¨¢n garantizados de por vida. Su muerte rompe el sentido de la vida, de ah¨ª el gran dolor y desequilibrio que provoca su muerte".
Carlos. "Los primeros d¨ªas no est¨¢s en este mundo. Es un estado de shock terrible del que tienes que ir saliendo como puedes."
Juan. "Superar la p¨¦rdida exige muchas veces pasar por tres fases: en la catarsis se expresa el dolor, la rabia, la soledad, la impotencia. Despu¨¦s vienen las preguntas: la fase existencial, en la que te preguntas ?por qu¨¦ precisamente a m¨ª? El objetivo es llegar a la tercera fase, la m¨¢s trascendente y espiritual: la asunci¨®n del hecho".
Rosa. "En los primeros tiempos sientes un mono terrible e inexplicable por no poder tocar a tu hijo".
F¨¨lix. "Debes hacer todo lo posible para que salga la emoci¨®n. Si no te vac¨ªas, no te puedes volver a llenar. Hay casos de parejas que han perdido a un hijo y acaban perdiendo a los otros porque el dolor les bloquea como padres".
Juan. "El 75% de las parejas que han perdido a un hijo acaban separ¨¢ndose. Es un suceso terrible que puede destruir el n¨²cleo familiar. La comunicaci¨®n es b¨¢sica, pero no hay recetas. A menudo, un c¨®nyuge sufre m¨¢s que otro y eso genera acusaciones y culpabilidad."
Rosa. "El d¨ªa del entierro, la gente se vuelca en ti. Pero despu¨¦s desaparece. T¨² les recuerdas que la muerte existe. Y tienen miedo".
Juani. "En realidad, huyen de ti porque no saben qu¨¦ decirte. No est¨¢n preparados para reaccionar m¨¢s all¨¢ de la palmadita en la espalda".
Juan. "Hay gente que dej¨® de saludarme y cuando me ve¨ªa, incluso se cambiaba de acera. Estamos educados en la sociedad de la seguridad, en la que la muerte no tiene lugar".
Carlos. "Perder a un hijo te hace buscar un sentido a la vida y si no lo haces acabas hundido. No puedes dejar que el hijo perdido se convierta en el verdugo de tu vida. Al contrario, debes hacerlo tu maestro, aunque sea dif¨ªcil. El proceso no pasa por el olvido. El sufrimiento de su p¨¦rdida es una mochila que deberemos cargar toda la vida".
Juani. "Ahora valoro m¨¢s las cosas. Soy m¨¢s solidaria y menos materialista. S¨¦ que no puedo vivir amargada el resto de mi vida".Rosa. "La muerte de un hijo es lo que m¨¢s se parece a la propia muerte. Es el propio dolor que, de tan intenso, te hace despertar y darte cuenta de que debes volver a vivir. La muerte de un hijo no es una enfermedad. No sirven ni los psiquiatras ni las pastillas. Lo ¨²nico que hacen es atontarte y ocultarte la realidad".
Mai. "Cuando muri¨® mi hijo comprend¨ª que no me iba a servir para nada la ayuda que yo he prestado como psic¨®loga a otros padres en estas circunstancias".
F¨¦lix. "No puedes enga?arte y continuar viviendo como si nada hubiera pasado. Puedes enga?ar a la mente un tiempo pero el cuerpo acaba revel¨¢ndose, y aparecen enfermedades psicosom¨¢ticas."
Juan. "No importa si tu hijo ha muerto por enfermedad, accidente o suicidio. Siempre te sientes culpable. Creemos que somos los guardianes de nuestros hijos y cuando mueren sentimos que hemos fracasado como padres".
Ulina. "A nadie se le pas¨® por la cabeza que mi hijo pudiera suicidarse. Despu¨¦s de buscar incansablemente alg¨²n motivo para su decisi¨®n, acab¨¦ asumiendo que hab¨ªa que respetarla. No le gustaba este mundo. No se puede vivir con esa angustia ".
Mai. "Creo que tanto la gente como los medios de comunicaci¨®n, cuando hablan de la muerte de los hijos, inciden m¨¢s en la compasi¨®n que en la comprensi¨®n".
Patricio. "El t¨®pico mensaje de las familias destrozadas nunca ofrece una salida. Hay que superar la p¨¦rdida. La muerte de un hijo no debe convertirse en una l¨¢pida para toda la familia".
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