Monumento
Los turistas se?alan con el dedo y preguntan, con esa ingenuidad interesada con que seleccionan los monumentos dignos de fotografiar: "?Qui¨¦nes son esos, oiga?". Isabel la Cat¨®lica y el que est¨¢ tres escalones m¨¢s abajo Col¨®n. "?Y eso otro de all¨ª?", inquieren con estupefacci¨®n. Pues mire, se?ora, eso son las pilonas. "?Y es t¨ªpico de Granada?". S¨ª, t¨ªpico pero arriesgado, como la tortilla del Sacromonte. Entonces el turista se echa a la cara la c¨¢mara, busca el ¨¢ngulo preciso y acciona el disparador.En Granada, en efecto, est¨¢ la Alhambra, la Catedral, la Cartuja y las pilonas. Las pilonas no vienen en las gu¨ªas de viajes, porque son un monumento reciente, pero no pasan desapercibidas para el forastero, cuya mirada queda prendida por un singular magnetismo en los dos hitos met¨¢licos, de sube y baja, que impiden a los autom¨®viles ingresar en el barrio del Albaic¨ªn. Las pilonas son monumentos vivos y tracioneros. Cuando el turista que sigue al coche autorizado intenta pasar sobre ellas, a su rebujo, las pilonas suben, golpean los bajos del autom¨®vil y lo dejan maltrecho. Los forasteros, aunque procedan de pa¨ªses tecnol¨®gicamente muy avanzados y sean personas muy viajadas, juran que no han visto nada igual. Entonces toman sus c¨¢maras, enfocan y se llevan la imagen de recuerdo.
La pilonas, como las abejas, mueren cuando pican, esto es, se aver¨ªan en cuanto destrozan el coche. Jos¨¦ Antonio Orta, concejal de Tr¨¢fico, un d¨ªa s¨ª y el otro tambi¨¦n, tiene que mandar a una patrulla de pilonistas a reparar los mojones. La de reparador de mojones no s¨®lo es una profesi¨®n end¨¦mica de la ciudad sino una ocupaci¨®n con un inmenso futuro.
Pero como al c¨¦sar hay que darle lo que es suyo, conviene aclarar que este monumento, que en la jerga art¨ªstica moderna se denominar¨ªa instalaci¨®n, no es invenci¨®n del actual equipo de gobierno, sino del anterior, del que presid¨ªa Gabriel D¨ªaz Berbel, y m¨¢s en concreto del entonces delegado de Tr¨¢fico, C¨¦sar D¨ªaz. Los mun¨ªcipes actuales no ser¨ªan capaces de perge?ar artefactos demon¨ªacos como ¨¦ste. Les falta imaginaci¨®n. Bastante tienen con mantenerlos.
Lo que no se sabe es por qu¨¦ a tales barreras hidr¨¢ulicas se les llama pilonas, que es palabra inexistente. A lo sumo, y estirando la sem¨¢ntica, ser¨ªan pilones, salvo que haya primado la discriminaci¨®n positiva en funci¨®n del g¨¦nero.
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