Indignaci¨®n y pesimismo en la Puerta del Sol
Gritos contra Arzalluz
Un enclave de rabia y de silencio. En eso se convirti¨® ayer la Puerta del Sol de Madrid a las ocho y cinco de la tarde. Fueron s¨®lo cinco minutos. Durante ese tiempo unas 3.000 personas permanecieron calladas para mostrar, una vez m¨¢s, su rechazo a la irracional violencia de ETA. Y despu¨¦s, al terminar el acto, otra vez las mismas frases plagadas de pesadumbre: "Algo hay que hacer", "posiblemente no sirva para nada", "si los pol¨ªticos no se ponen de acuerdo tendremos que ser los ciudadanos los que digamos lo que pensamos".Impotencia, escepticismo, indignaci¨®n. Esos sentimientos volvieron a encontrarse ayer frente a la Real Casa de Correos, sede de la Comunidad de Madrid, unas horas despu¨¦s de que la banda terrorista intentara segar la vida de otro pol¨ªtico, socialista, en M¨¢laga.
Pilar, desde Coslada; Iciar y Almudena, desde Parla; Juan, desde el barrio de Chamber¨ª... Todos hab¨ªan llegado desde sus domicilios hasta el centro de la capital de Espa?a para unirse en un grito indignado: "?Basta ya!" y "?ETA cobarde, el pueblo est¨¢ que arde!".
Y, sin embargo, el ardor de la muchedumbre esta vez casi brill¨® por su ausencia. No hubo manos blancas. Apenas cincuenta pancartas intercaladas entre los congregados y en las que se pod¨ªa leer, sobre todo, "?ETA no!".
En cuesti¨®n de pocos minutos, la concentraci¨®n comenz¨® a disolverse. Lentamente, las gentes se disgregaron con cierto pesimismo, mientras comentaban la reciente ofensiva de acciones de ETA y la buena suerte de esa familia de M¨¢laga, que gracias al fallo de un explosivo ayer volvi¨® a nacer.
No hubo m¨¢s. Tan s¨®lo la voluntad de, al menos, estar all¨ª, hacer acto de presencia. "Que sepan que estamos aqu¨ª para exigir la paz, para exigir que los asesinos dejen de matar a personas inocentes". El objetivo, ayer, era estar en la emblem¨¢tica Puerta del Sol, para mostrar una vez m¨¢s el rechazo al crimen injustificado y el consecuente desconcierto. "Ante semejante irracionalidad no se puede hacer nada".
Pero hubo algo m¨¢s. La concentraci¨®n estuvo impregnada de un sentimiento de rabia. Esta vez no estaba dirigida s¨®lo hacia los asesinos. Tambi¨¦n hacia los que, pese a todo, no muestran una actitud de rechazo radical hacia la violencia. Era un grito contra los "amigos de los asesinos". As¨ª, en varias ocasiones, se pudo oir: "?Arzalluz, cabr¨®n, no tienes perd¨®n!". Una consigna cargada de odio hacia el nacionalismo y que indirectamente exig¨ªa una respuesta clara y la b¨²squeda de una soluci¨®n verdadera al problema de la violencia. Y que los concentrados completaron tambi¨¦n con otro c¨¢ntico: "?ETA y HB la misma mierda es!". A las nueve de la noche, un peque?o grupo que portaba una bandera de Espa?a lanz¨® insultos a la Polic¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.