El esp¨ªritu del Tormo Barber¨¢
Un modesto club de Quart se ha convertido en la esperanza del voleibol valenciano, que trata de recuperar de esp¨ªritu del Tormo Barber¨¢, aquel club de X¨¤tiva que gan¨® varios t¨ªtulos en la d¨¦cada de los ochenta. Tras conseguir el patrocinio de una empresa local, el Club Voleibol Quart jugar¨¢ la pr¨®xima temporada en la Divisi¨®n de Honor B, a un pelda?o de la m¨¢xima categor¨ªa.El ascenso del Quart se convirti¨® en una aventura para las jugadoras, que tuvieron que costearse el desplazamiento a Huelva para disputar la fase final. Hasta all¨ª llegaron en una furgoneta de alquiler. "Jugamos nada m¨¢s bajar del coche", recuerda Francisco Javier Lloret, entrenador del Club Voleibol Quart, quien ya acarici¨® el ascenso la pasada campa?a: su equipo se gan¨® la plaza deportivamente, pero luego no obtuvieron respaldo econ¨®mico para afrontar la temporada.
El voleibol valenciano vuelve a presumir. A la consolidaci¨®n del Benidorm en Divisi¨®n de Honor -este club cuenta desde hace a?os con un s¨®lido apoyo econ¨®mico-, se han unido el Quart y la selecci¨®n auton¨®mica cadete femenina, que se proclam¨® recientemente campeona de Espa?a. "El voleibol valenciano goza de buena salud. La Comunidad Valenciana siempre ha tenido una cantera de buenos jugadores, pero en la mayor¨ªa de los casos emigraban ante la falta de expectativas", explica Cristobal Garc¨ªa, de la federaci¨®n valenciana de voleibol. La falta de patrocinadores ha supuesto siempre un lastre. Mientras un buen n¨²mero de jugadores valencianos se curt¨ªa en otras ciudades, la provincia de Valencia no contaba con ning¨²n equipo de ¨¦lite. "En ciudades grandes como Valencia es muy dif¨ªcil que clubes de deportes minoritarios, como el voleibol, salgan adelante. En Valencia el f¨²tbol centra la atenci¨®n. Por eso en ciudades como Albacete, Murcia o Granada, donde el f¨²tbol tiene papel discreto, los deportes minoritarios tienen mucho m¨¢s tir¨®n", afirma Asunci¨®n Gonz¨¢lez, una de las muchas jugadoras valencianas que reforz¨® clubes de otras ciudades ante la falta de expectativas en Valencia. Fueron los casos de Ana Tostado, Inma Torres, Inma Gonz¨¢lez, Marta Signes o Sonia Navarro.
En la d¨¦cada de los ochenta el voleibol valenciano vivi¨® una ¨¦poca de esplendor merced a los ¨¦xitos de un club de X¨¤tiva, el Tormo Barber¨¢, que gan¨® siete t¨ªtulos, tres de liga y cuatro de Copa. X¨¤tiva era una cantera inagotable de jugadoras. All¨ª coincidieron varios factores que impulsaron la actividad. Pero aquello se desmoron¨®. El Tormo desapareci¨® en el verano de 1991. La Federaci¨®n Espa?ola de Voleibol concentr¨® a la selecci¨®n espa?ola para preparar los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona de 1992, y el Tormo, plagado de internacionales, qued¨® desmantelado. "Ni una instituci¨®n se interes¨® por nuestra situaci¨®n", recuerda Mar¨ªa ?ngeles Vidal, entonces entrenadora del Tormo. "Cuando volvimos de las Olimpiadas no exist¨ªa ning¨²n equipo de ¨¦lite en Valencia y muchas de nosotras tuvimos que emigrar", recuerda Asunci¨®n Gonz¨¢lez.
Ahora retorna la ilusi¨®n con el Quart y los ¨¦xitos de la selecci¨®n auton¨®mica cadete. Pero sobre todo se recupera el esp¨ªritu del Tormo Barber¨¢ y se evoca aquella ¨¦poca.
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