Una visita cargada de simbolismo
Bill Clinton carg¨® de gran simbolismo sus primeras horas en la isla de Okinawa. El presidente de Estados Unidos, en cuanto lleg¨®, se dirigi¨® al monumento erigido en el sur, al lado del mar, en memoria de los m¨¢s de 250.000 muertos, la mayor¨ªa japoneses, que caus¨® la batalla de Okinawa, meses antes del final de la II Guerra Mundial."Es m¨¢s que un recordatorio de la guerra. Es un monumento a la tragedia de todas las guerras", dijo Clinton, acompa?ado del gobernador de la isla, de una colegiala y de su hija Chelsea. Su esposa Hillary no ha viajado a Jap¨®n.
Grandes placas de granito oscuro con los nombres de las v¨ªctimas, japoneses y norteamericanos indistintamente, se levantan sobre el cuidado parque. No lejos de all¨ª, un grupo de j¨®venes trat¨® de boicotear el breve acto, al que asistieron veteranos de la contienda, con gritos contra las bases estadounidenses en Okinawa.
Clinton hizo una velada referencia a los ¨²ltimos episodios violentos en los que se han visto envueltos algunos de los 25.000 soldados desplegados en la isla. Insinu¨® la posibilidad de reducir las tropas desplegadas en todo Jap¨®n, que se cifran en m¨¢s de 40.000 soldados. El d¨ªa anterior, unas 27.000 personas se concentraron en la base a¨¦rea de Kadena, la mayor de todas las que EE UU tiene en Jap¨®n, y constituyeron un cintur¨®n humano alrededor de su per¨ªmetro de 17 kil¨®metros para pedir el cierre de la misma.
Los habitantes de Okinawa se han distinguido siempre por los sentimientos antinorteamericanos y los recelos hacia el Gobierno japon¨¦s, al que recriminan haber descuidado hasta ahora la ayuda para su desarrollo. Sin embargo, no hay reivindicaciones independentistas. En 1972 la isla volvi¨® a la soberan¨ªa nipona tras casi cuatro d¨¦cadas de control administrativo norteamericano. Hace dos a?os, un refer¨¦ndum no vinculante arroj¨® un voto mayoritario contra la presencia militar norteamericana.
La primera jornada del G-8 tuvo un incidente que acab¨® con la detenci¨®n de cuatro militantes de Greenpeace cuando desembarcaron en una playa pr¨®xima al complejo donde se celebra la reuni¨®n. Los activistas pretend¨ªan entregarles ocho troncos para protestar por la deforestaci¨®n en Rusia.
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