Un hist¨®rico con la soga al cuello
Empleados y jugadores del C¨¢diz se concentran en Madrid para reclamar el sueldo de tres meses - Un empresario cordob¨¦s promete hacerse cargo del club
El C¨¢diz no paga. Ni a traidores ni a leales. Sencillamente no paga los salarios desde el mes de abril. Ni a la plantilla, ni a los empleados del club, que hac¨ªan guardia desde el pasado domingo frente a la sede en Madrid del Grupo Zeta, propietario de la entidad, para reclamar el dinero que les adeudan.Bajo dos pancartas reivindicativas: "No dej¨¦is morir al C¨¢diz", y "Grupo Zeta, cede ya", lejos del mar del sur, entre el tr¨¢fico y las oficinas de la c¨¦ntrica calle de O'Donnell de Madrid, los trabajadores y jugadores de la entidad gaditana esperaban una soluci¨®n que no llegar¨ªa hasta pasadas las ocho de la tarde, cuando el empresario cordob¨¦s afincado en C¨¢diz Antonio Mu?oz cerraba un acuerdo con el Grupo Zeta para comprar sus acciones del club, y aseguraba a los empleados del C¨¢diz que ya pod¨ªan volver tranquilos a sus casas.
La historia empieza tres meses antes. Tres meses en los que en las arcas del C¨¢diz no ha entrado una sola peseta. De los hombres que el m¨¢ximo accionista del Grupo Zeta, Antonio Asensio, dej¨® en la ciudad al frente de la entidad nada se sabe. Se han suspendido todos los pagos. No s¨®lo los emolumentos de los futbolistas, tambi¨¦n una letra mensual a Hacienda de 1.800.000 pesetas como aval de una deuda con el erario p¨²blico. Si no se hace efectiva esa cantidad antes del final de este mes el club tendr¨¢ que pagar m¨¢s de 120 millones de pesetas a Hacienda, y muy probablemente desa- parecer¨ªa.
"Nos han cortado hasta el tel¨¦fono. El dinero para comprar la lej¨ªa para que a los chavales no les salgan hongos en los calzoncillos lo tenemos que poner de nuestro bolsillo", explica Pepe Mej¨ªas, el que fuera fino centrocampista de aquel C¨¢diz de Primera Divisi¨®n que capitane¨® el irrepetible salvadore?o M¨¢gico Gonz¨¢lez.
Pero en medio de ese caos financiero ha emergido la figura de Antonio Mu?oz, que se ha comprometido a hacerse cargo del club, comprando las acciones que posee el Grupo Z. El empresario est¨¢ dispuesto a pagar todas las deudas y asumir el presupuesto del equipo para la pr¨®xima temporada. Las negociaciones se han demorado m¨¢s de lo esperado porque el Grupo Zeta pretend¨ªa que Mu?oz se hiciese cargo tambi¨¦n de los 120 millones que se adeudan a Hacienda.
El C¨¢diz no es el ¨²nico club por el que ha pasado el grupo de comunicaci¨®n de Asensio. Con desigual fortuna, el Grupo Zeta ha apadrinado al Badajoz, al Mallorca, al H¨¦rcules, o al M¨¢laga. El caso m¨¢s cercano al de los gaditanos ha sido el del H¨¦rcules de Alicante que, hundido en la Segunda Divisi¨®n B, tambi¨¦n atraviesa severos problemas de liquidez que le pueden llevar a la desaparici¨®n. Lo mismo ocurre con el Logro?¨¦s, al margen ya del grupo.
Una situaci¨®n, la disoluci¨®n del club, que sobre las cuatro de la tarde tem¨ªa el jugador del C¨¢diz Armando, casado y con dos hijos, que no ten¨ªa nada claro que el problema se fuera a resolver, y ya pensaba en colgar las botas: "Si esto no se soluciona pronto habr¨¢ que ponerse a currar en alg¨²n bar o lo que salga".
A esa hora, la expedici¨®n del C¨¢diz se quejaba, medio en broma medio en serio, de la falta de solidaridad con su causa de algunos personajes p¨²blicos, como el c¨¦lebre ganador del concurso televisivo Gran Hermano, Ismael, confeso seguidor del club, o Kiko Narv¨¢ez, el jugador del Atl¨¦tico que siempre ha hecho alarde de su amor a los colores cadistas.
Sin embargo, sobre las ocho de la tarde, la noticia de que sus puestos de trabajo ya no corr¨ªan peligro se desliz¨® de boca en boca entre los futbolistas y empleados que mataban el tiempo leyendo prensa deportiva en el poyete exterior de la cercana librer¨ªa del C¨ªrculo de Lectores. El C¨¢diz y sus sueldos estaban salvados. Mu?oz hab¨ªa llamado para tranquilizarles. El asunto, al parecer, estaba hecho.
La expedici¨®n volvi¨® a C¨¢diz a las doce de la noche en un autob¨²s pagado por la presidenta del Rayo, Teresa Rivero, con la esperanza de que su situaci¨®n se aclare definitivamente.
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