Un gestor err¨¢tico, obsesionado con la acci¨®n
"Es verdad que ¨¦ramos amigos y compa?eros de clase [en el Colegio del Pilar de Madrid], pero que nadie olvide que yo era el n¨²mero uno". As¨ª, dicen muchos empresarios, ha respondido en m¨¢s de una ocasi¨®n Juan Villalonga a su relaci¨®n con el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Una frase que pone de relieve muchas cosas.En primer lugar, la importancia que esa amistad (especialmente estrecha entre Ana Botella, que ayer acudi¨® a la capilla ardiente de su madre, y la ex mujer de Villalonga, Concha Tallada) tuvo en su fulgurante ascensi¨®n a la presidencia de Telef¨®nica, tan s¨®lo dos meses despu¨¦s de que el PP triunfara en las elecciones de 1996. Aznar pens¨® en ¨¦l como el mejor gestor para organizar el brazo armado medi¨¢tico del Gobierno. De ah¨ª las fuertes inversiones de la operadora en el munco de los medios de comunicaci¨®n (Antena 3 Televisi¨®n, V¨ªa Digital, Recoletos v¨ªa Pearson, Onda Cero, etc¨¦tera).
En segundo lugar, que el hecho de que se tensara esa relaci¨®n, que se produjo a cuenta de las famosas stock options, ha sido fundamental para su salida de la primera empresa espa?ola.
Y en tercer lugar, que ese comentario es una clara muestra de la personalidad de Villalonga. Marcado por la pol¨¦mica,distante, agresivo y un punto altanero, este madrile?o de 47 a?os ser¨¢ uno de los presidentes m¨¢s recordados en la historia de Telef¨®nica.
Sobrino nieto de Ignacio Villalonga, uno de los fundadores del Banco Central, Juan Villalonga es licenciado en Derecho y Econ¨®micas de Deusto. Pero es, ante todo, un perfecto conocedor de los mercados financieros mundiales. Su paso por el Cr¨¦dit Suisse First Boston o por Bankers Trust le dieron esa experiencia, que explot¨® en Telef¨®nica. ?ste ha sido precisamente uno de los puntos fuertes de su gesti¨®n en la operadora. Sus sorpresivas y ambiciosas operaciones internacionales han multilplicado casi por ocho el valor de Telef¨®nica en tan s¨®lo cuatro a?os. Sus excelentes relaciones con los todopoderosos fondos americanos fueron su soporte durante mucho tiempo.
Esa mirada continua a los mercados de valores y al exterior ha sido otro de los detonantes, adem¨¢s del pol¨ªtico, de su salida de Telef¨®nica. Una gesti¨®n err¨¢tica, con un aut¨¦ntico carrusel de cambios entre sus hombres de confianza y un evidente desd¨¦n por descender a las tripas de la compa?¨ªa le pusieron en el punto de mira de los representantes del n¨²cleo estable,del BBVA y de La Caixa.
Ese enfrentamiento, as¨ª como la absoluta p¨¦rdida de sinton¨ªa con el Gobierno,se puso de manifiesto cuando llev¨® al consejo de administraci¨®n la fusi¨®n con la operadora holandesa KPN. El Ejecutivo y el n¨²cleo estable se encargaron de frenar en seco la operaci¨®n que, seg¨²n algunas interpretaciones, hab¨ªa sido dise?ada por Villalonga para blindarse.
Ese consejo, que se celebr¨® en dos d¨ªas, fue presidido por Villalonga desde Miami (Florida, Estados Unidos), a trav¨¦s de videoconferencia. Uno de sus consejos m¨¢s duros, que fue seguido por unos de los momentos m¨¢s dulces de su vida. El nacimiento de su hija Paulina, fruto de su relaci¨®n con Adriana Abascal, viuda del empresario mexicano Emilio Azc¨¢rraga. Hoy, el consejo del adi¨®s estar¨¢ envuelto en uno de los momentos m¨¢s amargos para Villalonga. La muerte, el pasado lunes, de su madre, Pilar Navarro.
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