Algunas nuevas realidades
La figuraci¨®n tambi¨¦n existe. Ahora. Mientras el consenso sobre la vanguardia del arte apuntaba hacia la abstracci¨®n y los nuevos soportes (instalaciones, fotograf¨ªas) como el colmo de la modernidad, la vieja figuraci¨®n (representaci¨®n art¨ªstica de escenas) quedaba como algo caduco. Nada m¨¢s lejos. La exposici¨®n Pintura Metarrealista, que se exhibe en el Museo de la Universidad de Alicante (MUA) desde hoy hasta el 12 de septiembre, demuestra que el tradicional arte de plasmar sobre lienzo los mundos que est¨¢n en ¨¦ste todav¨ªa puede hacerse desde planteamientos originales.Eso del "metarrealismo" no es sino una de las etiquetas necesarias para enlazar la obra de los 18 autores que conforman la muestra. Seg¨²n el comisario de la exposici¨®n, Juan Bufill, en ella se vierten aguas procedentes de los manantiales del surrealismo, el pop, la metaf¨ªsica y el realismo m¨¢gico. Pero el metarrealista no plagia. Asume una o varias de esas herencias y las regurgita transformadas en una obra muy personal. No es, por tanto, una muestra homog¨¦nea. En ella conviven el pop fe¨ªsta e irreverente de Gino Rubert con el realismo m¨¢gico, tierno y na?f, de Andr¨¦s R¨¢bago, m¨¢s conocido por sus hirientes vi?etas firmadas bajo el seud¨®nimo El Roto, que actualmente se publican en EL PA?S.
La exposici¨®n ha quedado instalada en la Sala Sempere del MUA. La iluminaci¨®n, vital en lo que se refiere a muse¨ªstica, vuelve a ser excelente. Los focos tenues resaltan los colores y contribuyen a crear una atm¨®sfera intimista que hace justicia a pasajes metaf¨ªsicos y surreales, en algunos casos, como el de Brigitte Szenczi, demasiado deudores del urbanismo on¨ªrico de Salvador Dal¨ª.
Para entender el presente siempre conviene mirar al pasado. El pop comenz¨® a finales de los cincuenta como reacci¨®n a los desmanes del expresionismo abstracto y como reivindicaci¨®n de la cotidianeidad y la sociedad del consumo como objetos narrativos. En este sentido, s¨ª es cierto que casi todos los cuadros que se exponen demuestran que actividades tan prosaicas como repintar una pared una tarde de verano o refugiarse de una tormenta de granizo bajo una gasolinera en una violenta tarde de agosto (magistrales Raimon Sunyer y ?ngel Mateo Charris, respectivamente) pueden convertirse en motores del hecho art¨ªstico.
El surrealismo es una de las vanguardias con mayor calado. Su utilizaci¨®n del sue?o como instrumento de conocimiento puede rastrearse en Juan Antonio Ma?as y la menos previsible Maria Gibert. Esta ¨²ltima inquieta con una combinaci¨®n de tenebrismo y l¨ªrica del sue?o con La hora m¨¢gica, y divierte en This means nada, un jerogl¨ªfico surreal y con aires retro que reivindica la pl¨¢stica como una disciplina que no tiene necesariamente que responder a una explicaci¨®n.
Colindante con el surrealismo (y de hecho precursora de los disc¨ªpulos de Andr¨¦ Bret¨®n) es la corriente metaf¨ªsica, aquella que busca reflejar estados del alma. Antonio Rojas bebe de ella, pero no pone reparos a emplear otros mimbres, como el cubismo y la abstracci¨®n geom¨¦trica, para trenzar composiciones con la fuerza del tr¨ªptico Paisaje cambiante, una de las obras m¨¢s destacables de toda la muestra.
Pero Pintura Metarrealista ofrece m¨¢s que herencia y revisi¨®n de las corrientes mencionadas. Hay cubismo controlado y met¨¢foras en la obra de Jorge Gay, y pop psicoanalizado en los pinceles de Pere Joan. Incluso gui?os al barroco en la composici¨®n y mirada del ir¨®nico Marcos Palazzi. Tambi¨¦n una nueva figuraci¨®n sin estridencias, que utiliza la luz como protagonista (por ejemplo, en el casi cinematogr¨¢fico Aeropuerto, de Gonzalo Sicre) o se recrea en arquitecturas exteriores mediante un realismo borroso (Neus Mart¨ªn Royo) o emplea la transparencia para las interiores (Montserrat Clausells). Metarrealismo: pintura m¨¢s all¨¢ del realismo, o quiz¨¢ tan cerca como nunca estuvo del interior del hombre, es decir, de su realidad.
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