Morapiel reabrir¨¢ en septiembre, dos a?os despu¨¦s del cierre de la empresa
Las m¨¢quinas de Morapiel se pondr¨¢n en marcha nuevamente, despu¨¦s de dos a?os paradas, el pr¨®ximo mes de septiembre en virtud del acuerdo al que lleg¨® el grupo peletero Colom¨¦, radicado en Vic, y la empresa Aplicsa, dependiente de la Generalitat. En un principio, el acuerdo prev¨¦ la contrataci¨®n de 73 trabajadores, aunque los responsables de la sociedad explotadora de Morapiel, Adobinve, formada por Colom¨¦ y Aplicsa, prev¨¦n que la empresa puede llegar a contratar a 200 personas.La reapertura de Morapiel, empresa especializada en el tratamiento de pieles para la confecci¨®n de abrigos, ha podido llevarse a cabo, seg¨²n el subdelegado de gobierno de Tarragona, Ra¨²l Navarro, ante el cual se suscribi¨® ayer el acuerdo, despu¨¦s de la negociaci¨®n de las deudas de la empresa con la Seguridad Social y con el Fondo de Garant¨ªa Salarial.
Durante este mes de agosto, t¨¦cnicos de Adobinve comprobar¨¢n el estado de las instalaciones y la maquinaria, que los trabajadores han estado manteniendo mientras la f¨¢brica ha estado cerrada. Se prev¨¦ que la producci¨®n se pueda retomar durante el mes de septiembre.
Con el acuerdo, finaliza un largo proceso para los 100 trabajadores que Morapiel ten¨ªa en 1994, cuando el propietario de la empresa, el Grupo Tipel, perteneciente a la familia Prenafeta, afront¨® la primera suspensi¨®n de pagos. Posteriormente, la empresa peletera pas¨® por numerosas manos. Las ¨²ltimas, las de las empresas coreanas Kujke y Chun Nam, que llevaron a que la sociedad se endeudara en 1.800 millones de pesetas mediante pr¨¦stamos bancarios y que dejaron a la empresa con una alta deuda con la Seguridad Social, deuda que ha costado renegociar.
La empresa Morapiel naci¨® en los a?os setenta y desde entonces tan s¨®lo ha tenido una d¨¦cada de tranquilidad. En sus momentos de mayor actividad lleg¨® a tener una n¨®mina de 400 trabajadores. Tras las iniciales suspensiones de empleo, ¨¦pocas en las que los trabajadores tuvieron que acogerse al paro subsidiado, finalmente muchos de ellos no encontraron otra soluci¨®n que la rescisi¨®n de sus contratos.
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