Los fantasmas de Ch¨¢vez

ENVIADO ESPECIALHugo Ch¨¢vez compareci¨® en un sal¨®n del Palacio de Miraflores sonriente, tarareando una canci¨®n bolivariana, felicit¨¢ndose porque cree que poco a poco el mundo va entendiendo su revoluci¨®n. "Pero todav¨ªa, tristemente, sigue trat¨¢ndose a Venezuela con injusticia", declar¨® el presidente reelecto en un encuentro con corresponsales extranjeros. "A pesar de la tolerancia infinita, de nuestro empe?o democr¨¢tico, uno oye comentarios a¨²n sobre tiran¨ªas, 'se incrementa la concentraci¨®n de poder', 'caudillo populista y golpista, etc¨¦tera'. Y lo que hemos hecho es salir de una farsa democr¨¢tica, de unas instituciones podridas". La transici¨®n, anunci¨®, durar¨¢ veinte a?os. "Si hubiera querido ser dictador ya lo hubiera sido".
Durante casi tres horas y media neg¨® que vaya a encaminar a Venezuela hacia un r¨¦gimen comunista, fascista o militarista, aunque se manifest¨® dispuesto a imitar el sistema de salud cubano. "Los estoy rindiendo por inanici¨®n", agreg¨® cuando faltaban unos quince minutos para concluir una singular reuni¨®n informativa. Despu¨¦s de ganar las presidenciales del 6 de diciembre de 1998, manifest¨®, sectores militares desarticularon "un golpe t¨¦cnico" contra su victoria.
Hugo Ch¨¢vez, de 46 a?os, traje y camisa azules y corbata amarilla, brome¨® con cada corresponsal sobre su origen, igual fuera de Huesca que de Arizona, y neg¨® que su intenci¨®n sea hacer temblar a los oligarcas en el sentido estricto de la palabra, como prometi¨® en campa?a. "S¨®lo voy contra los insensibles y corruptos". Las conspiraciones contra su vida o su Gobierno fueron mencionadas con un equivalente criollo del t¨¦rmino fantasmadas. "Mi primo Te¨®filo Padilla, cuando era un muchacho, sal¨ªa por el pueblo con una s¨¢bana. Alguien le pagaba con objetivos privados (insinu¨® que, para forzar alguna resistencia femenina, el objetivo era que se apagaran las luces excepto de una esquina), y mi primo gritaba: ?Uuuuuuh! Son teofiladas. Nadie va a atemorizar m¨¢s a este pueblo".
"Ch¨¦, esto es una rueda de prensa desopilante", comentaba una periodista argentina. Un anciano colega alem¨¢n se acerc¨® hacia la mesa presidencial con una larga e ininteligible perorata, y debi¨® ser llamado al orden. El jefe de Gobierno despreci¨® las protestas de los candidatos de oposici¨®n a gobernadores de 6 de los 23 Estados, que denuncian haber perdido fraudulentamente a manos del oficialismo, que gan¨® en 14. William Lara, de M¨¦rida, se atrincher¨® en la sede del Gobierno, hubo choques callejeros, y Ch¨¢vez envi¨® tropas. "Son bravuconadas de los adecos. Les he mandado un poco de gas lacrim¨®geno, a ver si lloran un poquito al menos. Perdieron, pues perdieron". Adecos son los militantes de Acci¨®n Democr¨¢tica (AD), socialdem¨®crata, uno de los dos partidos hist¨®ricos. Los choques entre militantes del Gobierno y de la oposici¨®n continuaban ayer en los Estados y alcald¨ªas donde las victorias del oficialismo han sido muy apretadas. "?A plomo habr¨¢n de sacarme!", desafiaba un alcalde.
"Los viejos poderes no reconocen a Ch¨¢vez como presidente, se niegan a reconocer que aqu¨ª hubo un cambio. Aspiran a que vuelva Carlos Andr¨¦s P¨¦rez (el presidente contra quien lanz¨® un fallido cuartelazo el cuatro de febrero de 1992), para abrazarse con ¨¦l y decir: 'todo esto fue una pesadilla. Bienvenido, s¨¢lvanos, caudillo". La realidad, insisti¨® Ch¨¢vez, es muy diferente. "Alguien me preguntaba. ?C¨®mo es eso Ch¨¢vez? Yo tengo dudas. ?Es que usted va caminando hacia la dictadura? Yo le dec¨ªa: '?Pero usted no tiene vista, hermano? ?Que yo estoy caminando hacia la dictadura? Ya lo hubiera hecho". "A?o y medio tengo yo de presidente", a?adi¨®. "Que alguien me pregunte a estas alturas si estamos caminando en Venezuela, si yo llevo al pa¨ªs hacia una dictadura, yo digo: bueno, se?or, ?cu¨¢ndo lleg¨® usted a Venezuela? ?Ayer? ?Hacia el comunismo? Todo lo contrario".
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