COAST TO COAST (I)
En busca del mogoll¨®n
- BCN en un plis-pl¨¢s. Llego a Barcelona. Aspectos visuales. A) es una ciudad con cierto complejo de ciudad del Norte. No obstante, en estos momentos hace tanto calor que sus habitantes avanzan groguis y con una expresi¨®n de pensar en el concepto quiz¨¢s-no-estamos-tan-al-norte-mam¨¢. B) Se trata del calor h¨²medo de Barcelona. Josep Pl¨¤ dec¨ªa, al respecto de la humedad de Barcelona, que era fant¨¢stica para conservar los puros. Y yo empiezo a creer que el calor resultante podr¨ªa encenderlos. C) La secta Mira-qu¨¦-tanga-pollo ha tomado las calles. La sensaci¨®n es que lleva tanga hasta el gato. Por lo que resulta dif¨ªcil ir por la acera pensando en el aforismo 4.56 de Wittgenstein. Por lo cual no har¨¦ ning¨²n comentario sobre Wittgenstein en este art¨ªculo, tal y como hab¨ªa previsto en un principio. Y d), y como habr¨¢n adivinado, me voy pitando a la terminal de autobuses.- Monumento al mogoll¨®n desconocido. Que me voy a Algeciras. En un autob¨²s. Se trata de un autob¨²s repleto de marroqu¨ªes que se van a ver a su mam¨¢ en agosto y que cuando llegan a Algeciras colapsan Algeciras. Van cargados de maletas gigantescas. ?Qu¨¦ llevan en tanta maletas? Ni idea. Nadie sabe nada de la inmigraci¨®n. Eso lo descubr¨ª un d¨ªa a trav¨¦s de una met¨¢fora. No se la pierdan. Ven¨ªa de hacer un reportaje con un colega fot¨®grafo. ?ste lleg¨® del Sur a Gotham City cuando aqu¨ª se escuchaba a Los Tres Sudamericanos y se fusilaba a Grimau. Trabaj¨® en lo que pudo. Se compr¨® una c¨¢mara, empez¨® a darle a la c¨¢mara y hoy es un fot¨®grafo king-size. Bueno. El fot¨®grafo y yo pasamos al lado de una obra. En la obra hab¨ªa unos cuantos obreros marroqu¨ªes prepar¨¢ndose la comida. Yo ve¨ªa a unos obreros prepar¨¢ndose la comida. Pero el fot¨®grafo, que vivi¨® a fondo la emigraci¨®n hardcore, ve¨ªa otra cosa. Dijo: "Mira, futuros diputados". Y se explic¨®. Cuando lleg¨® aqu¨ª, tambi¨¦n trabaj¨® en obras. Y se preparaba la comida frente a una hoguera, con sus amigotes. Hoy d¨ªa, algunos de esos amigotes son diputados.
- Llegas 38 segundos talde. Bueno. El tema es viajar en autob¨²s hasta Algeciras. Con unas personas de las cuales lo ignoras todo. Salvo que alg¨²n d¨ªa ser¨¢n diputados. Viajar en autob¨²s es diferente. En una estaci¨®n de autobuses, por ejemplo, la gente llora en las despedidas. En un aeropuerto cuesta encontrar gente llorando. Desde que cesaron a Arias-Salgado, m¨¢s. Alrededor de mi autob¨²s, por ejemplo, hay la tira de parejas abrazadas y llorando. ?l o ella se va a pasar el verano con su familia y ¨¦l o ella se quedar¨¢ por aqu¨ª. Se trata de parejas interraciales. Aunque, de hecho, todas las parejas del mundo son interraciales. Es m¨¢s, con el paso del tiempo, todo usuario de una pareja tiende a pensar que en realidad se enroll¨® con un/a marciano/a. Subo al autob¨²s. Son las 17.00, la hora se?alada para la salida. Le pregunto al ch¨®fer por la hora de llegada. "Y yo qu¨¦ s¨¦", me dice. "Porque fijo que no salimos a las cinco. A¨²n estamos cargando las maletas". Y, luego, a?ade: "?Qu¨¦ llevar¨¢n en tanta maleta?".
- El 'efecto Greyhound'. A las cinco y media nos vamos. En todo el autob¨²s vamos tres rostros p¨¢lidos. El resto del pasaje son matrimonios marroqu¨ªes, se?oras marroqu¨ªes, caballeros marroqu¨ªes. Y muchos ni?os. Los ni?os viajan gratis. Se sientan encima de sus padres. En diferentes estratos. Hay se?oras con el pelo tapado con pa?uelo y se?oras con pelo de anuncio de champ¨². La gente habla ¨¢rabe a gog¨®. Pero se les cuelan palabras en castellano o catal¨¢n, como "carajo", "pues ya ves", "anda que no", "sisplau" o "y un g¨¹evo". Las mam¨¢s suelen hablar con sus hijos una lengua latina, que es la que utilizan por aqu¨ª abajo los diputados. Los usuarios del autob¨²s tienen, al parecer, el culo pelado de viajar en autob¨²s. En la Pen¨ªnsula viajan en autob¨²s personas que viven en zonas geogr¨¢ficas de spot de vuelve-a-casa-vuelve-por-Navidad. Y personas que no pueden pagarse un billete de avi¨®n. O que no se imaginan en un avi¨®n. En los USA viajan en autob¨²s los negros. Subes a un autob¨²s en los USA y te encuentras un paisaje negro y triste. A veces, en un autob¨²s USA, una pareja se conoce en el autob¨²s, llegan a un acuerdo y se retiran a un extremo y hacen el amor. Les sale un tanto triste, con lo que descubres que hacer el amor es una suerte de formulaci¨®n de, tambi¨¦n, la tristeza. En mi autob¨²s, no obstante, nadie canta blues, y el personal est¨¢ alegre y con cara de rumba. La inmigraci¨®n tiene un componente optimista. Saber que tu hijo ser¨¢ diputado da buen rollo.
- Est¨¢n bloqueando la jaig¨¹ai. Y en ese plan. Hasta Castell¨®n. Son las nueve. Paramos en un ¨¢rea de servicio. "Media hora", me dice el ch¨®fer. A la doce de la noche a¨²n estoy en esa ¨¢rea de servicio. Y con una impecable cara de tonto. No se lo pierdan, que se lo explico ma?ana.
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