Eclipse parcial
JAVIER UGARTESe acab¨®. El paseante ve subir a Celed¨®n mientras piensa ya en el artillero donostiarra. Ellos, en la costa, lo har¨¢n fino. Con alg¨²n ca?onazo, s¨ª, pero sin descomponer la figura. Una cosa como de pel¨ªcula de corsarios cuando llega el gobernador con su hija y lanzan salvas en la ciudadela. Claro que ellos tienen los fuegos y tienen la Quincena Musical (este a?o con el simp¨¢tico Lorin Maazel, nada menos). Tambi¨¦n Vitoria, piensa el paseante, podr¨ªa pasar de la fiesta al festival. ?Podr¨ªa/deber¨ªa? Naturalmente, no sola. Sabi¨¦ndose parte de ese c¨ªrculo trinitario de la Ciudad Vasca y como parte de una constelaci¨®n m¨¢s extensa.
Tiene ya una parrilla m¨¢s que interesante. Un festival de jazz que I?aki A?¨²a ha sabido elevar a la primera l¨ªnea internacional, en julio, mes que Jos¨¦ ?ngel Cuerda lo quiso de la cultura. El festival audiovisual, las Jornadas de Derecho Internacional (que el paseante las sabe muy divertidas), y, adentr¨¢ndose en agosto, el festival de ¨®rgano sobre la base de aparatos magn¨ªficos como el de San Juan de Laguardia. Un ciclo de m¨²sica de c¨¢mara soportado con dignidad por la Escuela de M¨²sica Luis Ar¨¢mburu, la quincena de pop-rock, la fiesta de humor de Araia en agosto. Y un oto?o espl¨¦ndido con la Semana de M¨²sica Antigua, la Semana Coral y el Festival Internacional de Teatro.
Una estructura muse¨ªstica que puede llegar a ser s¨®lida: Museo de Bellas Artes, un gran Museo de Arte Sacro (con sede a¨²n provisoria) y el proyectado Museo de Arte Contempor¨¢neo.
Y, muy especialmente, una Vitoria subterr¨¢nea muy activa que puede -o eso cree el paseante- animar ese proyecto siempre que se articule capilarmente: la propia Escuela de M¨²sica y el Conservatorio, un din¨¢mico campus universitario, iniciativas como Katanga, de los hermanos de la Casa (importantes productores de m¨²sica y v¨ªdeo), un buen entorno de m¨²sica pop y rock (Mugalaris, Potato, Reverendo Parker o The Br?ntes), gentes del teatro, o la Sala Trayecto, en torno a la que se agruparon gentes de las artes pl¨¢sticas (Fernando Illana, I?aki Cerrajer¨ªa, Alvarez Pl¨¢garo, Mintxo). Y, claro, alguien que desde el medio p¨²blico o el privado sea capaz de animar y relacionar ese potencial.
No es cosa de aspirar a ser Edimburgo, pero la Ciudad Trinitaria ser¨ªa, de quererlo, capaz de realizar una m¨¢s que aceptable oferta de verano y oto?o, de la que saldr¨ªa beneficiado hasta el Festival de Cine de Donosti (claro, que habr¨ªan de cre¨¦rselo primero ellos). Vitoria, piensa el paseante, est¨¢ en condiciones de ser algo m¨¢s que comparsa en esa empresa. Dec¨ªa el fot¨®grafo Perex que el alav¨¦s se encoge con los grandes proyectos. El paseante simpatiza con esa mirada entre ir¨®nica y esc¨¦ptica del fot¨®grafo. Pero tambi¨¦n es capaz de distinguir a otro vitoriano de origen bastardo, mucho m¨¢s din¨¢mico y capaz que el viejo y discreto alav¨¦s.
Mientras, Celed¨®n se hace artillero para morir en la R¨ªa transformado en Mari Jaia. S¨®lo, pues, por hoy, eclipse parcial. Y que muera el crimen organizado.
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