Las dos cabezas
C¨®mo me gustar¨ªa que este pa¨ªs no tuviera m¨¢s desgracia que la inminente reaparici¨®n en escena de Raphael, incorporando al doctor Jeckyll y Mr. Hyde en un musical que se estrenar¨¢ en oto?o
As¨ª viene el d¨ªa, dice el locutor, con la resaca de los ¨²ltimos cr¨ªmenes hecha pasta en su voz, para justificar que tambi¨¦n tiene que hablar de las vacaciones, de este agosto que, pese a todo, nos empecinamos en consagrar a las cosas tontas y amables de la vida. C¨®mo me gustar¨ªa que este pa¨ªs no tuviera m¨¢s desgracia que la inminente reaparici¨®n en escena de Raphael, incorporando al doctor Jeckyll y Mr. Hyde en un musical que se estrenar¨¢ el pr¨®ximo oto?o. Pero la coreograf¨ªa en la que nos movemos es otra, y el buen doctor Jeckyll que sale en las noticias, dolorido y perplejo, le dice a su Mr. Hyde: "Has matado a un abertzale, a uno de los nuestros", sin querer caer en la cuenta de que es esa concepci¨®n del mundo que est¨¢ en sus dos cabezas, la de que unos son los nuestros y el resto son los otros, lo que hace de Hyde el monstruo que mata, y de Jeckyll, el aprendiz de brujo que observa cu¨¢l es el resultado de no controlar las p¨®cimas nacionalistas.Qu¨¦ m¨¢s quisiera yo que poder hablarles con total desparpajo del aparato genital de Luis Figo que sale (o mejor dicho, se sale de los calzones) en Intervi¨² (y hasta podr¨ªa a?adir que comprendo que en el Bar?a hayan ca¨ªdo, con su marcha y aunque intenten disimularlo, en lo que se ha dado en llamar el mal de Figo), si no fuera porque hoy los penes se me hacen hu¨¦spedes, y en general todo aparato reproductivo me parece o bien sospechoso o bien fuente de grandes sufrimientos. Estos b¨¢rbaros lo mismo te dejan sin padre que te dejan sin hijo. Son, ellos mismos, hay que joderse, padres e hijos de humanos. Las nuevas levas, incluso, aprendieron a asesinar jugando en la calle a poner c¨®cteles m¨®lotov, mientras pap¨¢ Jeckill se limitaba a llamarles "estos chicos". Y otros siguen entren¨¢ndose.
Cuando pienso en verano, en veraneo, no me quito de la cabeza el agosto que pasan los se?alados por la horda nazi. Esa valiente mujer, Mar¨ªa San Gil, presidenta del PP de Guip¨²zcoa, insultada y amenazada de muerte una y otra vez a pie de calle. ?Qu¨¦ clase de veraneo puede ofrecer a su criatura de pocos a?os? No hace mucho, en una entrevista en televisi¨®n que romp¨ªa el alma, contaba que no pod¨ªa llevarle a los jardines de Alderdi Eder, en el centro de San Sebasti¨¢n, para no ponerle en peligro. Por la misma raz¨®n, hasta cuando va a visitar a su hermana tiene que meterle en otro coche. F¨ªjense ustedes a lo que obliga "el grado de entrega" de quienes el sindicato abertzale LAB considera "militantes comprometidos por las luchas de las libertades de Euskal Herria". Grado de entrega de explosivos, I presume.
Pensando en el veraneo de Mar¨ªa San Gil y de la gente amenazada como ella, de sus familias, se me ocurre si no deber¨ªan reunirse con urgencia los ministros de Exteriores de Espa?a y Francia aludidos por la amenaza de Otegi: ("El futuro de este pa¨ªs lo vamos a conquistar peleando y luchando"), y montar entre todos, quiz¨¢ con la colaboraci¨®n de la empresa Disney, un parque tem¨¢tico, un Terra M¨ªtica de cart¨®n piedra con vacas lecheras lo bastante locas como para quedarse all¨ª, y con todos los av¨ªos para que Hyde trotara por los prados convertido, al fin, en Heidi; para que estos hijos de sus madres y de sus padres pudieran campar a sus anchas y seguir creyendo que son patriotas en una irrealidad que no asesine. Tenerles entretenidos, quiero decir. Yo creo que incluso se podr¨ªa, porque su maldad es mucha, pero su capacidad cerebral no alcanza ni la del capit¨¢n Garfio.
Son teor¨ªas que aventuro, presa de la desesperaci¨®n. Otra idea, y ¨¦sta a¨²n me parece mejor, ser¨ªa preparar un gran montaje a lo El show de Truman, que incluyera su propia televisi¨®n en circuito cerrado, porque a ¨¦stos les gusta tanto verse en los medios como asesinar. Un inmenso plat¨® en forma de id¨ªlica Euskal Herria, que podr¨ªamos encargar a Gil Parrondo, que ya gan¨® un Oscar por poner en pie la Rusia de los zares para Nicol¨¢s y Alejandra, aunque ahora lo tendr¨ªa muy dif¨ªcil, porque, al fin y al cabo, aquella Rusia existi¨® y hay documentaci¨®n que lo atestigua. En El show de Hyde no har¨ªa falta poner extras. Los extras son ellos, aunque con las armas en la mano se crean protagonistas.
El problema radica en qu¨¦ har¨¢ el doctor Jeckyll: volver al mundo real o seguir donde est¨¢. Luis Figo
Sale (o mejor dicho, se sale de los calzones) en 'Intervi¨²'
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