Canciones de amor prohibido
Hay artistas pasionales... y luego est¨¢ Bambino, coraz¨®n loco que requiere una categor¨ªa propia. Con la ferocidad del insaciable, Miguel Vargas Jim¨¦nez parece devorar boleros, rancheras y coplas que transforma en rumbas como proyectiles, recriminaciones int¨ªmas que caen en r¨¢fagas sobre el mundo. Es tal la urgencia, tan intensa la emoci¨®n, que los acompa?antes, encabezados por gloriosos velocistas como Paco Cepero o Paco de Luc¨ªa, se las ven y se las desean para seguir semejante volc¨¢n. "Temblores, temblores de agon¨ªa", grita un palmero, y ese es el secreto de Bambino: la expresi¨®n l¨ªmite de la frustraci¨®n amorosa, la queja visceral que aspira a servir de catarsis a los implicados y a los espectadores. Editada en oto?o de 1998, poco antes de que Bambino falleciera en su Utrera natal, esta colecci¨®n contiene cuarenta abrasadoras lecciones de interpretaci¨®n y otros tantos exorcismos contra la adversidad.
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