Una pol¨ªtica de empleo de verg¨¹enza
Los ¨²ltimos datos estad¨ªsticos oficiales tal cual se dan a la opini¨®n p¨²blica, ofrecen una visi¨®n casi perfecta sobre la evoluci¨®n del empleo en nuestro pa¨ªs. M¨¢s de 15 millones de afiliados a la Seguridad Social y 700.000 nuevos en lo que va de a?o parecen cifras m¨¢gicas que convierten al empleo en fant¨¢stico. Es id¨¦ntico a lo que venimos escuchando en los ¨²ltimos tiempos cuando se habla del trabajo.Sin embargo, si se desmenuzan los contratos; el tipo de las contrataciones; el n¨²mero de ellos que se formulan a tiempo parcial; las condiciones laborales de cada uno de ellos; la manera a la cual se accede a un trabajo; el puesto de trabajo que se ocupa; las relaciones que se establece entre los trabajadores-as y las empresas a pie de tajo..., nos encontramos con una realidad bien distinta que nos deber¨ªa llevar a la conclusi¨®n, mucho m¨¢s real, de que el empleo en nuestro pa¨ªs est¨¢ en profunda crisis.
Andaluc¨ªa, en lo que a situaciones negativas se refiere, est¨¢ a la cabeza de casi todo y, en este terreno, lamentablemente no pod¨ªa ser menos: de 46 andaluces o andaluzas que trabajan lo hacen en forma temporal. La construcci¨®n y la agricultura encabezan el ranking de contratos temporales, llegando a situarse ambos sectores en el 80%.
Los expertos podr¨¢n decir lo que quieran. Los datos oficiales del poder lo mismo, pero eso que ellos llaman empleo, es una broma de mal gusto.
?Acaso se le puede llamar empleo a esos miles de contratos que s¨®lo duran unas horas de trabajo? A esa forma de contratar se le tiene que denominar abuso empresarial ?Es empleo el nombre que tiene que recibir aquello que est¨¢ suscrito en condiciones extremas de temporalidad y con salarios de verg¨¹enza? Su nombre ser¨¢ realizar un trabajo, pero su apellido tendr¨¢ que llevar el de explotaci¨®n en el m¨¢s puro estilo tradicional.
Algo as¨ª como unas 70 de cada 100 personas est¨¢n siendo permanentemente contratadas por las mismas empresas. Siete de cada 100 son contratados hasta 15 veces para cubrir el mismo puesto de trabajo. Incluso te encuentras con casos especiales que ponen los pelos de punta (una persona 1.500 veces contratada).
Hay que investigar a los grandes empresarios, a esas empresas multinacionales que se las saben todas y que adem¨¢s cuentan, no s¨®lo con la bendici¨®n del Gobierno, sino que incluso reciben ayudas p¨²blicas, investigarlas para no permitirles sus descarados m¨¦todos de contrataci¨®n.
Esos abusos indiscriminados, esa explotaci¨®n suprema, ese miedo en la gente que llega a esos trabajos, son las consecuencias directas de esa llamada pol¨ªtica de empleo y tienen que desaparecer.
No se puede seguir por ese camino de claros fraudes empresariales. El Gobierno de la naci¨®n y el Gobierno andaluz no deben ser c¨®mplices. Las c¨²pulas sindicales de la UGT y de Comisiones Obreras no pueden continuar ri¨¦ndoles las gracias a todo ese entramado de intereses ajenos al sentido com¨²n y a los avances de progreso que algunos deseamos, para todos en general.
Suprimir las ayudas p¨²blicas, penalizar a las empresas que repitan contrataciones para una misma tarea en el espacio de unos d¨ªas o semanas, debe ser labor prioritaria en materia de control de empleo. Cambiar leyes, normas, o lo que haga falta para impedir tant¨ªsimos abusos.
Claro que puede ocurrir que ni unos ni otros est¨¦n por la labor y en el futuro nos encontremos con m¨¢s de lo mismo. Llegado a ese punto, deben ser los propios afectados, y solidariamente la sociedad concienciada, quienes estemos obligados a poner freno a esta sinraz¨®n.
Jos¨¦ Fern¨¢ndez V¨¢zquez, de la secretar¨ªa general colegiada del Sindicatos de Obreros del Campo y del medio rural de Andaluc¨ªa.
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