Clinton eclipsa a Gore en Los ?ngeles
El candidato se distanciar¨¢ en la Convenci¨®n Dem¨®crata de los esc¨¢ndalos sexuales del presidente
La presencia desde ayer en Los ?ngeles de Bill Clinton dominaba las v¨ªsperas de la apertura de la Convenci¨®n Nacional Dem¨®crata y restaba protagonismo a Al Gore, que s¨®lo pisar¨¢ la metr¨®poli californiana a mediados de la pr¨®xima semana. "Clinton", declar¨® a la agencia Associated Press un colaborador de Gore, "es como un elefante que ha entrado en tu cuarto y que no puedes ignorar, no puedes controlar y al que no puedes pedirle que se vaya". En su proceso de desmarque de un Clinton que representa tanto un capital como una hipoteca para sus propias ambiciones presidenciales, Gore camina hacia Los ?ngeles present¨¢ndose como un campe¨®n de los "valores familiares".La tradici¨®n dice que un candidato en las circunstancias de Gore, siendo vicepresidente de un mandatario cuya gesti¨®n pol¨ªtica es aprobada mayoritariamente y que lidera al pa¨ªs en tiempos de gran prosperidad econ¨®mica, tiene todas las cartas en la mano para ganar las elecciones de noviembre. Y, sin embargo, el republicano George Bush le llevaba ayer nueve puntos de ventaja (52% frente a 43%) en intenciones de voto, seg¨²n el sondeo difundido por The Washington Post. Gracias a la muy aplaudida elecci¨®n de Joseph Lieberman como candidato a la vicepresidencia, Gore ha recortado en cinco puntos la distancia en ese sondeo, pero aun as¨ª, su situaci¨®n no es la que cab¨ªa esperar. El protagonismo de Bill y Hillary Clinton en este fin de semana californiano refleja el dilema al que se enfrenta el candidato dem¨®crata a la Casa Blanca en la convenci¨®n de su partido, que comienza oficialmente ma?ana.
Lealtad y eficacia
Gore tiene que reivindicar la lealtad y eficacia de sus ocho a?os de trabajo a la sombra de Clinton y los buenos resultados econ¨®micos de este periodo. Pero al mismo tiempo debe desmarcarse de los esc¨¢ndalos sexuales del pol¨ªtico de Arkansas y presentarse como un candidato fresco y con identidad propia y no un mero continuador de la era Clinton. Del resultado de ese ejercicio de malabarismo depender¨¢ que Gore confirme la tradici¨®n hist¨®rica que da la victoria al vicepresidente en activo en ¨¦poca de crecimiento econ¨®mico. Gore tiene tambi¨¦n que utilizar la Convenci¨®n Dem¨®crata para otro dif¨ªcil ejercicio: otorgar humanidad y atractivo popular a su personaje, identificado hasta ahora como el de un gestor trabajador e inteligente pero tambi¨¦n fr¨ªo y rob¨®tico.Los Clinton no se lo han puesto f¨¢cil en Los ?ngeles. La pareja presidencial ya particip¨® anoche en una fiesta de recogida de fondos electorales para la campa?a de Hillary Clinton a un esca?o en el Senado por Nueva York. Esta noche tambi¨¦n asistir¨¢n a otro sarao, organizado por Barbra Streisand para recaudar dinero para la futura biblioteca presidencial de Clinton, en Little Rock (Arkansas). Y tanto el presidente como la primera dama pronunciar¨¢n discursos ma?ana por la noche en la sesi¨®n de apertura de la Convenci¨®n Dem¨®crata.
Contrasta esto con la vigorosa campa?a desencadenada por Gore para distanciarse de los esc¨¢ndalos de Clinton. El lunes, Gore design¨® candidato a la vicepresidencia al senador jud¨ªo Lieberman, que en 1998 denunci¨® duramente las relaciones del presidente y la becaria Monica Lewinsky. Luego, se opuso a la gala de recogida de fondos organizada en la mansi¨®n Play Boy por la congresista dem¨®crata californiana Loretta S¨¢nchez. Ante las sanciones ordenadas por Gore contra ella, S¨¢nchez anunci¨® ayer que renuncia a celebrar all¨ª esa gala y que la fiesta de los dem¨®cratas hispanos se celebrar¨¢ en el BB King's Blues Club, de Los ?ngeles.
Pero la firmeza demostrada por Gore frente a S¨¢nchez no ha gustado a sus correligionarios m¨¢s liberales. "?ste no es el Partido Dem¨®crata, m¨¢s parece un movimiento fascista", dijo ayer el senador dem¨®crata John Burton, de San Francisco. "?Ahora qu¨¦ vamos a hacer? ?Quemar libros?". Esas cr¨ªticas liberales son las que menos preocupan a un Gore que sabe que aunque el 60% de los estadounidenses aplaude la gesti¨®n econ¨®mica de Clinton, un porcentaje semejante repudia su persona.
Los republicanos est¨¢n explotando ese fil¨®n. Haciendo campa?a con Bush en California, el muy popular senador John McCain present¨® ayer al gobernador de Tejas como "el hombre que restaurar¨¢ dignidad, honor y respeto en el Despacho Oval". Y Bush dijo que Gore "tiene que demostrar en qu¨¦ se diferencia del presidente [Clinton] en asuntos pol¨ªticos y en todo lo dem¨¢s". Tras la mejora de la educaci¨®n y el refuerzo del sistema p¨²blico de pensiones de jubilaci¨®n, los valores morales ocupan en estos momentos el tercer lugar en las preocupaciones de los norteamericanos.
Por eso, Gore, en su camino hacia Los ?ngeles, se presenta como un hombre que siempre ha sido fiel a su esposa, Tipper, y ha colocado su familia por delante de todo. Para ayudarle, Clinton volvi¨® a hacer el jueves acto de contrici¨®n por su "terrible error" en el caso Lewinsky y pidi¨® que Gore no pague por ello. Aunque bienintencionado, ese comentario de Clinton no ha gustado a todos los partidarios de Gore. "Lo ¨²nico que ha conseguido es resucitar el caso Lewinsky en las v¨ªsperas de la apertura de nuestra convenci¨®n", dijo ayer Charle Oberly, un l¨ªder dem¨®crata de Delaware presente en Los ?ngeles. Importantes colaboradores de Gore han dicho de forma an¨®nima lo mismo a The New York Times.
Esperada oportunidad
La Convenci¨®n Dem¨®crata es la muy esperada oportunidad de Gore para salir de la tutela del que ha sido su jefe en los ¨²ltimos ocho a?os, "pero Bill y Hillary Clinton", escribe el diario neoyorquino, "pretenden pasar en Los ?ngeles el doble de tiempo que el vicepresidente, coloc¨¢ndose bajo los proyectores de luz y recaudando millones de d¨®lares para sus propios proyectos pol¨ªticos".EE UU es un pa¨ªs que adora las historias, y las convenciones pol¨ªticas que cada cuatro a?os designan a los candidatos a la presidencia tienen que contar una. La historia que cont¨® la Convenci¨®n Republicana de Filadelfia fue ¨¦sta: Bush es un republicano diferente, m¨¢s moderado y m¨¢s abierto a las minor¨ªas hispana y negra y el partido ya no es la formaci¨®n extremista de los a?os noventa. Pero ayer segu¨ªa sin verse claro cu¨¢l ser¨¢ la historia de la Convenci¨®n Dem¨®crata de Los ?ngeles. Gore lleva una semana tildando a sus rivales de "defensores de los poderosos" y present¨¢ndose como el "hombre que lucha por el pueblo". Tambi¨¦n subraya ante los trabajadores y las clases medias los excelentes resultados econ¨®micos de lo que llama "Gobierno de Clinton y Gore", poniendo el ¨¦nfasis en la creaci¨®n de 22 millones de puestos de trabajo.
Ese discurso, sin embargo, refuerza la idea de que su principal oferta es el continuismo. Y a tenor de las encuestas, la propuesta de m¨¢s de lo mismo no parece entusiasmar a los norteamericanos.
Ahora, si los Clinton se lo permiten, el pol¨ªtico de Tennessee debe culminar la jugada en Los ?ngeles. Ser¨¢ su pen¨²ltima gran oportunidad -los debates de octubre ser¨¢n la ¨²ltima- ante de las citas con las urnas del 7 de noviembre.
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