AINHOA ARTETA Y ?NGEL CORELLA SUMAN TALENTO EN UN ORIGINAL ESPECT?CULO
El bailar¨ªn madrile?o y la soprano guipuzcoana, afincados en Nueva York, regresan a Espa?a con un montaje novedoso, que combina voz y danza y se estrena hoy en San Sebasti¨¢n dentro de la Quincena Musical Donostiarra.
El exilio no es plato de mal gusto cuando uno se siente reconocido. Basta con escuchar a Ainhoa Arteta o ?ngel Corella para saber que una conquista, que en este caso se llama Nueva York, compensa todos los sacrificios. Cada uno ha tocado techo a su manera; la soprano guipuzcoana, como cantante de ¨®pera en las mejores salas del mundo; el bailar¨ªn madrile?o, figura principal del American Ballet Theatre, por su maestr¨ªa en la interpretaci¨®n del repertorio de ballet cl¨¢sico.Hoy regresan juntos a Espa?a para mostrar las claves que han propiciado su triunfo art¨ªstico en Estados Unidos. Y lo hacen de la mano, con un singular espect¨¢culo de voz y danza, que presentar¨¢n hoy en el auditorio Kursaal de San Sebasti¨¢n dentro de la Quincena Musical (20.00 horas). En el montaje, en el que tambi¨¦n participar¨¢ el pianista guipuzcoano Alejando Zabala, abordar¨¢n obras de Scarlatti, Vivaldi, Puccini y Garc¨ªa Abril, entre otros.
Ainhoa Arteta (Tolosa,1964) y ?ngel Corella (Colmenar Viejo, Madrid, 1975) han encontrado la qu¨ªmica como pareja art¨ªstica. Se admiraban antes de conocerse, al menos as¨ª lo confiesan, y ahora se buscan intencionadamente. Soprano y artista ya han compartido la experiencia que hoy protagonizar¨¢n en el Kursaal. Fue el pasado mes de diciembre en el Palau de la M¨²sica de Barcelona, en el marco del Festival del Milenio que naci¨® bajo el signo del mestizaje. El experimento cautiv¨® al p¨²blico y dej¨® marcados a los propios ejecutantes. "Es una de las cosas m¨¢s bonitas que he hecho a lo largo de mi carrera y que m¨¢s satisfacci¨®n me ha dado en un escenario", asegura Arteta. Tambi¨¦n cal¨® en Corella. "Normalmente los bailarines siempre so?amos con lograr esa conexi¨®n con la chica con la que bailamos. Esa sensaci¨®n de yo estoy en el escenario para t¨ª y t¨² para m¨ª. Muy pocas veces se consigue y yo lo viv¨ª con Ainhoa", dice. Por eso ambos han hecho coincidir sus complicadas agendas, repletas hasta m¨¢s all¨¢ de 2002. Incluso Arteta, que espera su primer hijo para mediados de septiembre, retras¨® el abandono temporal de los escenarios para poder actuar con Corella en San Sebasti¨¢n. Hoy se despedir¨¢ hasta el 29 de octubre, d¨ªa en el que tiene prevista una actuaci¨®n en el Carnegie Hall de Nueva York.
La realidad del actual calendario de los dos artistas es fruto de a?os de esfuerzo y sacrificios. Los dos decidieron instalarse en la Gran Manzana; Corella hace seis a?os y Ainhoa Arteta hace dos. Compart¨ªan similares miedos e incertidumbres que se han desvanecido. "Cuando llegas a una ciudad como Nueva York nunca piensa que tu sue?o se pueda hacer realidad, lo ves muy lejano", se?ala Arteta. "Pero cuando te pasa, la verdad es que supone un triunfo personal bastante grande, porque eres consciente del nivel que se exige y eso te da seguridad para continuar con tu propia carrera, confianza en t¨ª misma".
Su compa?ero de reparto coincide en este pensamiento y a la vez destaca la que para ¨¦l es una de las mejores virtudes de la ciudad para los artistas. "La mayor diferencia que percibo entre Nueva York y Espa?a, es que la primera te da una oportunidad, te abre las puertas. Te dice: ens¨¦?ame qu¨¦ es lo que puedes hacer y si vales sales adelante", se?ala. "En cambio, aqu¨ª no queda m¨¢s remedio que luchar, luchar y luchar para conseguir que te den una primera oportunidad".Los dos se lo han peleado y han conseguido meter a cr¨ªtica y p¨²blico en sus respectivos bolsillos. "Me cost¨® mucho entrar", reconoce la soprano guipuzcoana, "fue un trabajo de muchos a?os y todav¨ªa me cuesta y tengo que trabajar d¨ªa a d¨ªa para demostrarlo, porque all¨ª no te regalan nada". Pero se saben queridos. El bailar¨ªn lo intu¨ªa y lo comprob¨® en octubre de 1999, en su primera actuaci¨®n una vez recuperado de la rotura de ligamentos que sufri¨® meses antes. Nada m¨¢s pisar el escenario la audiencia del City Center del Nueva York le recompensaron con una espectacular ovaci¨®n.
Corella ten¨ªa ocho a?os cuando comenz¨® a bailar y en 8? de EGB, ese momento en el que los j¨®venes a¨²n no piensan en el futuro, supo que quer¨ªa dejarlo todo para dedicarse a la danza. Molde¨® su cuerpo junto a distintos profesores y perfeccion¨® la rigurosa t¨¦cnica del ballet cl¨¢sico junto a V¨ªctor Ullate. Pero surgieron las desavenencias entre ellos y Corella resolvi¨® abandonar la compa?¨ªa y emprender su propio camino en solitario. Ten¨ªa pocas opciones para forjar su trayectoria en Espa?a y se march¨® a Par¨ªs.
En diciembre de 1994 gan¨® la Medalla de Oro del VI Concurso Internacional de Ballet de la capital francesa y abri¨® as¨ª las puertas de su estrellato. A los pocos meses, el American Ballet Theatre, una de las compa?¨ªas cl¨¢sicas m¨¢s prestigiosas del mundo, reconoci¨® su trabajo y le contrat¨® como solista. Hoy es su bailar¨ªn principal.
Corella, considerado como uno de los mejores bailarines del mundo, sabe que ha tocado techo. "La verdad es que como bailar¨ªn no puedo pedir m¨¢s", reconoce. "En este momento he bailado todos las coreograf¨ªas del repertorio cl¨¢sico, he sido artista invitado en el Royal Ballet de Londres, en la Scala de Mil¨¢n, ahora me voy a Jap¨®n... y tengo el mejor trabajo que se puede pedir en mi caso, que es estar en el American Ballet Theatre, para m¨ª, la mejor compa?¨ªa del mundo".
Por eso se fue a Nueva York con 19 a?os, pero tambi¨¦n porque no encontraba salidas profesionales en Espa?a. "Es un pena que te tengas que ir de este pa¨ªs porque no hay una compa?¨ªa cl¨¢sica", dice. Corella nunca se ha callado, da la sensaci¨®n de que piensa que ha alzado la voz demasiado y quiz¨¢ por eso mide m¨¢s las palabras. "He dicho mucho y he intentado mucho y no se consigue nada. Pero insisto en que creo que har¨ªa falta una compa?¨ªa de ballet cl¨¢sico, una compa?¨ªa nacional".
Corella no cuestiona la formaci¨®n que se imparte en Espa?a, todo lo contrario. De hecho invita a repasar la importante lista de bailarines espa?oles que trabajan en compa?¨ªas de todo el mundo. "No hay d¨¦ficit en la formaci¨®n. Hay tantos buenos bailarines que se podr¨ªa formar una de las mejores compa?¨ªas de cl¨¢sico del mundo". ?Cree que en Espa?a la danza es el hermano pobre de las disciplinas art¨ªsticas?. "Yo creo que s¨ª", responde de inmediato. Pero calla unos segundos, se lo piensa y a?ade: cuanto m¨¢s dices es peor pero creo que es un problema de ignorancia. No hay cultura del ballet, no existe en cuesti¨®n de decidir sobre los espect¨¢culos de danza o acerca de qu¨¦ se debe hacer con una compa?¨ªa".
El bailar¨ªn no descarta volver a Espa?a ni tampoco montar alg¨²n d¨ªa su propio grupo de baile. "Me gustar¨ªa ser alg¨²n d¨ªa director o core¨®grafo, ayudar aqu¨ª a otros bailarines". Pero todav¨ªa le queda cuerda en los escenarios para rato, ¨¦l dice que para quince o veinte a?os m¨¢s "si el cuerpo aguanta".
Arteta no tiene la misma determinaci¨®n de instalarse en Espa?a, aunque viene a menudo. Quiz¨¢ por su situaci¨®n personal. En 1998 se cas¨® con el bar¨ªtono estadounidense Dwayne Croft y las carreteras de ambos est¨¢n all¨ª.
La soprano se inici¨® en el mundo de la m¨²sica de la mano de su padre. En 1993 gan¨® dos importantes concursos de canto; el Nuevas Voces del Metropolitan de Nueva York y el Pl¨¢cido Domingo de Par¨ªs. Debut¨® en el Met de Nueva York con La Boh¨¨me ese mismo a?o y desde entonces no ha parado un instante. Ha actuado en las principales plazas internacionales, ha compartido escenario junto a los maestros del canto y su voz ha sido reclamada por distintas autoridades. Particip¨® en 1994 -y en posteriores ocasiones- en la Gala de Reyes con motivo del homenaje al rey Don Juan Carlos en su cumplea?os; y en 1998 dio un recital en la Casa Blanca delante de Bill Clinton.
Pero Arteta advierte que una carrera de ¨¦xito tambi¨¦n tiene sus costes. "Te das cuenta de que muchas veces por hacer la carrera no has podido estar todo lo que quisieras con la gente que quieres. El coste personal en ese sentido es el m¨¢s caro". No es un sentimiento exclusivo suyo. Tambi¨¦n Corella siente que el baile roba buena parte de su vida personal, le quita tiempo para estar con su familia, sus amigos. "En realidad paso demasiado tiempo en aviones, teatros, en clase, ensayando, estir¨¢ndome... Pero en realidad cuando sales al escenario se te olvida; es una especie de medicina".
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