La Embajada impide a tres chinos viajar a Espa?a como turistas para ayudar a un hermano tetrapl¨¦jico
El coche en el que viajaba Xin Ben Chen en Palma de Mallorca, donde trabajaba como cocinero, se estrell¨® hace casi un a?o contra un ¨¢rbol. Dos de las v¨¦rtebras de este ciudadano chino, de 27 a?os de edad, al igual que el tronco de madera que le cerr¨® el paso, quedaron reducidas a astillas. Desde entonces vive anclado a una silla de ruedas. Tres de sus hermanos han pretendido de forma reiterada venir a Espa?a para ayudarle, pero las autoridades consulares les deniegan sistem¨¢ticamente los visados que han solicitado para viajar como turistas por recelar de que luego quieran quedarse de manera indefinida, aunque, explican, podr¨ªan acogerse a otro permiso por razones humanitarias. La abogada de Xin Ben sostiene, sin embargo, que nadie les ha informado de esta otra posibilidad.
Casos similares
Vi¨¦ndole postrado en la cama, es f¨¢cil entender por qu¨¦ Xin Ben Chen no quiere que se le fotograf¨ªe en el dormitorio del piso en el que vive en Madrid. Cada vez que trata de incorporarse para recibir a alguien que le visita, su tronco y sus extremidades no le responden. Se han quedado sordos a la llamada de esa fuerza interior que este joven ciudadano chino asegura tener todav¨ªa. Xiu Jin, su hermana, ha llegado a solicitar hasta tres veces el visado de turista para poder viajar a Espa?a y reunirse con ¨¦l. La respuesta de las autoridades consulares en Pek¨ªn siempre ha sido la misma: no existen suficientes garant¨ªas de su retorno posterior a su pa¨ªs.A Xin Pin y Xin Quan, los otros dos hermanos de Xin Ben, les ha pasado lo mismo. Eso s¨ª, ellos s¨®lo han pedido el aludido visado en dos ocasiones. "Est¨¢n muy tristes", aduce Xin Ben t¨ªmidamente. Su retraimiento apenas le deja admitir su propia tristeza, as¨ª como su enfado por todas las trabas burocr¨¢ticas con las que se est¨¢n encontrando. Desde que sali¨® de China, hace ocho a?os, no ha vuelto a ver a su familia.
Pol¨ªtica restrictiva
La abogada de Xin Ben, Bego?a Cendoya, est¨¢ sorprendida por la decisi¨®n de las autoridades espa?olas. M¨¢xime, dice, cuando Xiu Jin, Xin Pin y Xin Quan les han ofrecido todo tipo de garant¨ªas para demostrar que su intenci¨®n no es emigrar a Espa?a, sino tan s¨®lo ayudar a su hermano. "Les han presentado billetes [de avi¨®n] cerrados de ida y vuelta. Incluso les han ense?ado el dinero que iban a traer. Hasta han pagado tres meses de seguro m¨¦dico. Pero no les ha servido de nada", declara Cendoya.
"He visto casos similares en la prensa china. Pero siempre, en una o dos semanas, consegu¨ªan arreglar los documentos y venirse", comenta Gang Lin, primo de Xin Ben y su ¨²nico pariente en Espa?a. Para cuidar al hijo de su t¨ªa, Gang ha tenido que dejar su trabajo en Toledo.La lesi¨®n medular que Xin Ben sufri¨® en su accidente automovil¨ªstico, el 20 de septiembre de 1999, ha hecho que actividades tan cotidianas como comer, lavarse, vestirse o acostarse resulten imposibles para ¨¦l sin la asistencia de otra persona durante las 24 horas de cada d¨ªa.
Tan importante como esto, afirma Susana Mart¨ªn, trabajadora social en ASPAYM (la Asociaci¨®n de Parapl¨¦jicos y Grandes Minusv¨¢lidos F¨ªsicos de la Comunidad de Madrid), es "estar en un ambiente familiar ¨®ptimo".
As¨ª, pues, al ver que su situaci¨®n era irreversible, los tres hermanos de Xin Ben decidieron a comienzos de este a?o viajar a Espa?a y reunirse con ¨¦l para cuidarle. Su mayor preocupaci¨®n era poder estar con ¨¦l en cuanto saliera del hospital, ofrecerle su cari?o y ayudarle a establecerse.
En febrero comenzaron todas las gestiones. Sin embargo, el 17 de junio pasado, cuando el menor de la familia Chen recibi¨® el alta m¨¦dica en el Hospital Nacional de Parapl¨¦jicos, de Toledo, al que hab¨ªa sido trasladado desde Palma de Mallorca para recibir un mejor tratamiento, ninguno de sus hermanos hab¨ªa conseguido el preceptivo visado. Su caso ha llegado incluso a la mesa del Defensor del Pueblo.
La hermana de Xin Ben es campesina y sus hermanos empleados. Pese a ello, desde la embajada de Espa?a en Pek¨ªn se asegura que, en el caso de los Chen, no se ha aplicado ning¨²n criterio econ¨®mico.
"China es un pa¨ªs con una tendencia migratoria enorme y la pol¨ªtica que se aplica en estos casos es muy restrictiva", explica Agust¨ªn Anguera, encargado de la secci¨®n consular en la embajada.Respecto a los hermanos de Xin Ben, "el hecho de que nunca hubieran salido de China, as¨ª como la situaci¨®n de su hermano, tetrapl¨¦jico, nos hizo entender que despu¨¦s de 90 d¨ªas no iban a querer volver", contin¨²a Anguera; "las normas a veces son muy fr¨ªas. Pero hay casos en los que, con todo el dolor humano, nos vemos obligados a aplicarlas".
S¨®lo el a?o pasado se presentaron en el pa¨ªs asi¨¢tico unas 19.000 solicitudes de visado, seg¨²n fuentes consulares. Se concedieron unas 10.000, la mitad de los cuales correspondieron a visados de estancia. Un tipo de licencia que se concede pr¨¢cticamente en el d¨ªa. Los beneficiarios, sin embargo, suelen ser turistas, funcionarios, comerciantes o miembros de delegaciones.
"Comprendemos que, en el caso de los hermanos de Xin Ben, hay circunstancias excepcionales. Por eso, desde el principio, les hemos dicho que existe la posibilidad de solicitar otro tipo de permiso por razones humanitarias", a?ade Anguera.
Sin embargo, la abogada de Xin Ben afirma que nunca ha tenido constancia de que a los hermanos de su cliente se les haya hecho esa advertencia. "Cuando se les denegaron sus solicitudes, ni siquiera se les especific¨® la causa [de la negativa]", sostiene.
El reagrupamiento familiar por razones humanitarias ya aparec¨ªa contemplado en la anterior Ley de Extranjer¨ªa para los padres e hijos de los extranjeros residentes en Espa?a. "La actual ley, en vigor desde febrero pasado, ampl¨ªa esta posibilidad a los hermanos. Sin embargo, en todo este tiempo, esta disposici¨®n nunca se ha aplicado", asegura Cendoya.
Por a?adidura, el nuevo proyecto de ley, la reforma, aprobada recientemente por el Consejo de Ministros, ha vuelto a suprimir este derecho para cualquier familiar que no sean los propios ascendientes o descendientes.
El olor de la cocina
Sus padres y sus hermanos est¨¢n ayud¨¢ndole econ¨®micamente. A diferencia de estos ¨²ltimos, a sus padres les resultar¨ªa muy complicado venir a Espa?a. "Mi padre es un hombre muy mayor y no podr¨ªa soportar un viaje tan largo", aclara Xin Ben, que no percibe ninguna pensi¨®n por su invalidez permanente.As¨ª, los ¨²nicos ingresos que entran en el piso madrile?o al que se ha mudado recientemente con su primo son los que provienen de la familia y los amigos. "Aqu¨ª, en Madrid, hay m¨¢s facilidades. Hay m¨¢s gimnasios y los tratamientos son m¨¢s baratos", indica.
Para paliar los efectos de su par¨¢lisis, Xin Ben debe hacer rehabilitaci¨®n a diario, pero el gimnasio al que suele acudir est¨¢ cerrado en agosto. Por tanto, es su primo quien ha de ayudarle estos d¨ªas con los ejercicios que sus brazos y sus piernas no pueden realizar por s¨ª mismos.
Las manos de Xin Ben han olvidado ya el olor de los fogones. Cuando llegaron a Espa?a, hace ocho a?os, se afanaron en la cocina de un restaurante chino en Valencia. All¨ª estuvieron cinco a?os. Hasta que decidi¨® irse a trabajar, tambi¨¦n como cocinero, a Palma de Mallorca.
En la isla estuvo casi tres a?os m¨¢s. Hasta el d¨ªa del fatal accidente. El coche en el que viajaba cuando se produjo ni siquiera era suyo. Pertenec¨ªa a un amigo. ?l iba sentado en el asiento de atr¨¢s.
"?Echas de menos el olor de la cocina?". La pregunta flota en el aire as¨¦ptico, como de hospital, de su habitaci¨®n. Xin Ben no contesta. Pero, por primera vez, desaparece de su rostro ese rictus de dolor que se ha adherido a sus labios y sonr¨ªe.
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