MAITE COSTA, Catedr¨¢tica de Econom¨ªa Aplicada y diputada del PSC "Mejor la pantalla que una cadena de montaje"
Los peri¨®dicos vomitan d¨ªa tras d¨ªa informaci¨®n sobre los expertos en inform¨¢tica, bien pagados, que va a necesitar el mercado, espa?ol e internacional. Un joven de hoy tiene que sentirse mucho m¨¢s atra¨ªdo por los empleos de la nueva econom¨ªa que por los de la vieja. Maite Costa, 48 a?os, casada, sin hijos, es catedr¨¢tica de Econom¨ªa Aplicada de la Facultad de Econ¨®micas de la Universidad de Barcelona y especialista en las relaciones entre nueva y vieja econom¨ªa. Seg¨²n ella, no hay peligro: "Cuando hablamos de salarios altos hablamos de aquellos que est¨¢n creando productos tecnol¨®gicos o que toman las grandes decisiones estrat¨¦gicas. ?Qui¨¦n va a tener m¨¢s sueldo, un inform¨¢tico o un F2 especializado en actividades textiles? A lo mejor el segundo, porque hay menos".Pregunta. ?Todo el talento, toda la capacidad de riesgo y toda la visi¨®n de futuro est¨¢n enfocados en la nueva econom¨ªa y ya nadie piensa en la industria?
Respuesta. Lo que se llama vieja econom¨ªa est¨¢ relacionada con la industria manufacturera, y si quiere ser competitiva, ha de estar articulada con la nueva econom¨ªa. Pero es cierto que es all¨ª, en la nueva econom¨ªa, donde se est¨¢n creando las innovaciones, ligadas al mundo de las telecomunicaciones. Es el motor de arranque. Sucede igual que con la electricidad; supuso una revoluci¨®n en la actividad productiva. Pero se seguir¨¢n necesitando coches y telas.
P. ?Cambiar¨¢ la manera de construirlos?
R. En el ejemplo anterior, primero hubo una serie de empresas que produjeron la electricidad. Protagonizaron el cambio tecnol¨®gico. Las que ten¨ªan otros mecanismos de fuerza motriz tuvieron que cambiar todas sus tecnolog¨ªas. Es indiscutible que la nueva econom¨ªa es la que realiza las aportaciones m¨¢s importantes a la productividad. En Espa?a, aumenta el empleo, pero cae la productividad, y la hip¨®tesis de trabajo es que se debe a que todav¨ªa somos muy d¨¦biles en la nueva econom¨ªa y que el empleo que se est¨¢ generando tiene un bajo valor a?adido.
P. Volviendo al joven y al talento. Es evidente que hay fuertes diferencias salariales.
R. Enormes. Hoy hay casi una diferencia de un 80%. Pero en los niveles espec¨ªficos que hemos comentado. En niveles medios o bajos dentro del sector de la nueva econom¨ªa no tienen por qu¨¦ producirse diferencias tan grandes. Hay otro campo que est¨¢ todav¨ªa en proceso de definici¨®n, pero que tiene un gran futuro: los especialistas en los aspectos jur¨ªdicos que plantea Internet, en el sentido de c¨®mo se protege el intercambio comercial, la venta electr¨®nica, el problema fiscal. Si el comercio electr¨®nico va a m¨¢s, como va a ir, alguna soluci¨®n habr¨¢ que encontrar, porque los Estados no pueden permitirse perder una serie de impuestos asociados al tr¨¢fico mercantil.
P. ?El problema se plantea sobre todo cuando se comercia con productos que no necesitan espacio f¨ªsico?
R. S¨ª, sobre todo cuando hay transacciones que son de activos intangibles. Es lo m¨¢s complicado. Estoy pensando en una empresa que visit¨¦, un despachito de traducci¨®n que trabaja por Internet con un fichero muy amplio de traductores de todas las lenguas en todo el mundo. Reciben la solicitud por correo electr¨®nico de un texto que debe ser traducido, por ejemplo, del chino al ¨¢rabe. La traducci¨®n se puede hacer en cualquier pa¨ªs del mundo. Este tipo de transacciones es dif¨ªcilmente controlable.
P. ?Habr¨¢ diferencias entre los impuestos que paga quien trabaja de esta manera y quien lo hace en una oficina cl¨¢sica?
R. Es innegable que hay asimetr¨ªa en la capacidad de control de las rentas que se obtienen a trav¨¦s de negocios que se realizan solamente en la red o que se realizan a trav¨¦s de las v¨ªas convencionales.
P. Usted asesora a sectores industriales desde hace mucho tiempo. ?Ha notado un cambio o siguen preocupados por los temas de antes?
R. No, no. Han cambiado mucho. El ¨²ltimo trabajo que he hecho ha sido un estudio para un plan de innovaci¨®n para empresas textiles de toda Espa?a. En primer lugar, los empresarios quieren saber c¨®mo pueden utilizar las nuevas tecnolog¨ªas para establecer una relaci¨®n permanente en toda la cadena de valor. Igualmente est¨¢n preocupados por el nuevo comercio electr¨®nico.
P. ?Piden informaci¨®n sobre los procesos de globalizaci¨®n?
R. S¨ª, pero, a la vez, no abandonan temas que son muy importantes para las empresas convencionales, como las caracter¨ªsticas del entorno. Las empresas necesitan las nuevas tecnolog¨ªas, necesitan desarrollar la cooperaci¨®n, globalizar. Pero la globalizaci¨®n implica simult¨¢neamente tener entornos muy compactos. A pesar de que se asocia la telem¨¢tica con la posibilidad de trabajar como si fu¨¦ramos Robinson Crusoe en una isla y con una pantalla delante, cuando entramos en el proceso de elaboraci¨®n manufacturera eso ya no es posible. La deslocalizaci¨®n no es tan evidente como algunos dicen.
P. As¨ª que no hay tanto riesgo de que las empresas cambien de lugar. S¨®lo de forma de trabajar...
R. Ya ha cambiado y va a cambiar todav¨ªa m¨¢s. Tendr¨ªa que ver ahora un almac¨¦n. Los minoristas iban y solicitaban las piezas que quer¨ªan comprar y que estaban en estantes. El jefe de almac¨¦n daba instrucciones a su equipo, bajaban la pieza, la cortaban y se la llevaban. Hoy est¨¢ todo automatizado. El almac¨¦n es como un gran contenedor al que no se puede entrar, las piezas est¨¢n puestas dentro de una gran caja met¨¢lica y, por un ordenador, un solo se?or da una orden y un robot saca la pieza, se corta autom¨¢ticamente y vuelve a entrar. El jefe de almac¨¦n del modelo anterior no sirve. El que hay ahora es un inform¨¢tico que tiene que controlar el programa, hacer las combinaciones adecuadas y las reparaciones inform¨¢ticas pertinentes. Y nadie m¨¢s.
P. ?El jefe del almac¨¦n puede ser la misma persona que antes, reciclado?
R. El salto en el nivel de formaci¨®n de los trabajadores, eso s¨ª que es un cambio radical. Es importante tener una constante capacidad de aprendizaje.
P. ?Se puede pedir constante aprendizaje a alguien que est¨¢ cobrando 150.000 pesetas?
R. S¨ª, porque si no, se va a quedar sin trabajo. Desaparece su puesto de trabajo. La capacidad de aprendizaje debe ser constante porque las nuevas tecnolog¨ªas cambian. Por lo tanto, no se trata de aprender algo y quedarse estancado: es aprender a aprender.
P. ?Es razonable pedir esa disposici¨®n al cambio permanente en trabajos mec¨¢nicos?
R. Es razonable si quieres estar siempre empleado. Pero tambi¨¦n creo que las nuevas tecnolog¨ªas permitir¨¢n aumentar el inter¨¦s por la tarea realizada. Es mucho m¨¢s interesante intelectualmente controlar una pantalla que est¨¢ indicando los diferentes niveles de temperatura, la aparici¨®n de productos defectuosos en cadena, que estar simplemente controlando la pieza que te pasa por delante 100.000 veces diarias durante 10 horas.
P. La nueva tecnolog¨ªa permite aumentar la productividad. ?Tiene un l¨ªmite en la vieja econom¨ªa?
R. El progreso t¨¦cnico no tiene l¨ªmite.
P. Y la productividad, ?tampoco?
R. Tampoco.
P. ?Porque ya no est¨¢ relacionada con la persona, sino con la tecnolog¨ªa?
R. No, sigue relacionada con la persona en la medida que la persona desea tener conocimientos de esa nueva tecnolog¨ªa. Pero el esfuerzo f¨ªsico ser¨¢ menor y cada vez mayor el intelectual.
P. ?Y eso, tampoco tiene l¨ªmite?
R. La pregunta ser¨ªa, ?tiene l¨ªmite el progreso t¨¦cnico? La historia nos demuestra que la incorporaci¨®n de avances tecnol¨®gicos da lugar a nuevos sectores, nuevas actividades que pasan a ocupar a la poblaci¨®n que busca empleo.
P. Ese proceso ya lo hemos conocido a lo largo de la historia....
R. Lo que s¨ª es nuevo es el reto de cambio constante. En la historia de la humanidad, los cambios nunca se han producido de forma tan acelerada. Y van a serlo todav¨ªa m¨¢s.
P. ?Puede suceder que el ser humano no est¨¦ hecho para ese cambio constante?
R. No soy m¨¢s que una lectora de las p¨¢ginas de ciencia y salud de los diarios, pero s¨¦ que utilizamos un porcentaje bajo de nuestra capacidad intelectual. Y que podemos desarrollarla 100 veces m¨¢s.
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